La Passejà de San Onofre ha sido uno de los actos más emotivos de las fiestas de Quart de Poblet. Los vecinos acompañaron al santo por las calles de la población con música y mucha pólvora. La fiesta originaria se remonta al siglo XVIII cuando en la primavera de 1723 los labradores decidieron pedir al Santo su intercesión para paliar la sequía. La noche del 9 al 10 de junio comenzó a llover y conforme avanzaba la tempestad ésta se convirtió en piedra lo que en lugar de mejorar la situación podría echar a perder la cosecha y dar paso a una época de hambruna. Los agricultores salieron a los campos a salvar lo que pudieran de la cosecha y al llegar se dieron cuenta de que la piedra solo caía en la población. Acto que entendieron como una señal de la protección del patrón del pueblo por lo que acudieron a la ermita y sacaron el anda de viejo ermitaño para agradecerle su intervención milagrosa. Desde entonces, esta tradición tiene en la música, el fuego y la participación popular sus señas de identidad.
Castillos de fuegos artificiales en honor al santo, musica tradicional de tabal y dolçaina y de bandas es lo que han podido disfrutar todos aquellos que se han acercado a venerar al santo.
Desde este año, el consistorio espera que se declare la Passejà de San Onofre, Fiesta de interés turístico autonómico con el fin de reconocer la importancia de esta festividad.
Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana
El pasado mes de julio, el pleno del Ayuntamiento de Quart de Poblet aprobó por unanimidad solicitar a la Generalitat la declaración de la Passejà de Sant Onofre como Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana de ámbito autonómico. En estos momentos, la petición realizada a través de la Agencia Valenciana de Turismo todavía no tiene ninguna resolución por parte de la administración autonómica.