Israel Galván defiende el espíritu infantil en el baile de los ‘Seises’

A la obra se le suman las voces blancas de un coro de 30 niños de la Escolanía de Ntra. Sra. de los Desamparados de València

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'Seises' (Natalia Benosilio)
'Seises' (Natalia Benosilio)

El bailaor y coreógrafo Israel Galván reinterpreta en su último espectáculo, 'Seises', la danza ritual y sagrada que una decena de niños efectúan tradicionalmente en la Catedral de Sevilla y que el sábado presentará en el Teatro Principal, a las 20h, en el contexto del Festival 10 Sentidos que este año lleva por lema Las Ilusiones. 

El artista sevillano liga el emblema de esta edición a toda su trayectoria y retrata ante el público una puesta en escena donde recorre un particular paseo por los recuerdos de su niñez y los paisajes sonoros de su ciudad natal. Una propuesta que ha sido posible gracias a la colaboración con el Escalante Centre d’Arts Escèniques y que encabeza la programación del primer fin de semana del Festival 10 Sentidos.

Acompañado con música de Alessandro y Domenico Scarlatti y del ‘Fandango’ del Padre Antonio Soler, a la obra se le suman las voces blancas de un coro de 30 niños de la Escolanía de Ntra. Sra. de los Desamparados de València. No es una elección baladí, ya que ‘Seises’ tiene un fuerte componente autobiográfico inspirado en los recuerdos infantiles y el deseo del andaluz por ser bailarín desde pequeño.

Es precisamente en la serenidad e ilusión de esos niños donde el bailaor ha encontrado la inspiración para esta nueva propuesta que le transporta a la inocencia de sus primeros años de trayectoria. A pesar de que la liturgia del baile de los Seises se repite en Carnaval, el Corpus y la Inmaculada, nada le llamaba especialmente la atención a Israel Galván hasta que se sintió atraído por el relevé. De ahí la importancia de este paso, que se ejecuta en el baile original, y que ahora ha incorporado en su propuesta. A diferencia de obras anteriores, donde ponía el foco en la tradición con cierto toque de espectacularidad, ahora, el Premio Nacional de Danza en 2005, recurre a un planteamiento minimalista construido sobre un solo en dos partes.

En la primera, recrea los paisajes visuales y sonoros de Sevilla a partir de las sonatas para clavicémbalo y pianoforte de Alessandro y de Domenico Scarlatti, del Fandango del Padre Antonio Soler y del imaginario de cuerpos hiperrealistas del pintor sevillano Diego Velázquez. Una segunda parte de la coreografía celebra la belleza y la glorificación del cuerpo a partir de su martirio y consumo, en una contradicción que tiene como fondo sonoro la lectura de poemas sobre el amor, y concluye con la interpretación musical de Daria van den Bercken y Gerard Bouwhuis al clavecín y piano, además de Helena Astolfi y Ramón Martínez.

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