El Ágora de la Ciutat de Les Arts i Les Ciències se ha transformado radicalmente en los últimos tres años. Y es que CaixaForum Valencia ha conseguido llenarlo de vida, ser una nueva ventana a la cultura y la ciencia, y hacer que sea un agente clave en la red cultural valenciana. Coincidiendo con el tercer aniversario del centro, hablamos con su director, Álvaro Borrás, para repasar los inicios y conocer los próximos retos.
En junio de 2022, hace tres años, abrió las puertas CaixaForum València. ¿Cuáles eran las expectativas? ¿Cómo ha sido el arranque?
Pues sinceramente, expectativas traducidas en números, no teníamos. Nuestro reto era plantear un proyecto complementario a lo que ocurre en la Ciutat de les Arts i les Ciències, complementario a lo que ocurre en Valencia, y aportar un espacio diferencial. Yo creo que ese reto se ha cumplido, y también tres hitos importantes. El primero, darle vida a este espacio, que estaba absolutamente vacío, infrautilizado, no había nada; el segundo, traer un CaixaForum a Valencia, era una asignatura pendiente; y el tercero, que es muy importante, visibilizar la colaboración público-privada. Como dice un amigo mío, entre lo público y lo privado está lo común, y este es un proyecto que tiene que ver con la colaboración público-privada. El anterior president Ximo Puig y nuestro presidente Jaime Lanaspa acordaron poner en marcha este proyecto con la cesión de un espacio de 50 años, por parte de la Generalitat, con el que nosotros nos comprometemos a construir CaixaForum y llenarlo de actividad durante esos 50 años.
Desde entonces ya ha habido más de una docena de exposiciones que han abordado todo tipo de temáticas y desde todas las disciplinas, ya sea para hablar de cine casero como de la concepción de la mujer desde diferentes creencias. A la hora de diseñar una programación expositiva en CaixaForum Valencia, ¿qué es fundamental?
Ya hemos presentado 15 exposiciones con la recién inaugurada ‘Veneradas y Temidas’ en colaboración con el British Museum. La programación tanto de actividades como de exposiciones no forma parte de una decisión propia del centro, lo que hacemos es una programación que implica a toda la red de centros CaixaForum, un total de nueve en España, más el CosmoCaixa, porque son acuerdos con grandes entidades culturales nacionales e internacionales, y esto nos obliga a tener un calendario muy a largo plazo, muy trabajado y muy estudiado.
¿Qué tenemos en cuenta para hacer esta programación? El ofrecer una cultura a los visitantes que sea desprejuiciada, sin jerarquías, tú lo has dicho, aquí se puede ver desde una exposición de cómic o una de tatuajes -que son cosas que podrían ser consideradas hace un tiempo contraculturales o subculturales- hasta el arte más extenso, con retratos del siglo XIX del Museo del Prado. Ahora mismo tenemos esculturas y piezas ancestrales que vienen del British Museum con prácticamente 5.000 años de existencia, entonces apelamos a todos los públicos, son exposiciones multiformatos. Tenemos en cuenta los intereses y las inquietudes del público y el poder atraer al mayor número de personas, que las personas y familias que vengan hoy, si vienen dentro de tres meses, se encuentren una cosa distinta. Y luego el generar una experiencia global, que el que venga pueda disfrutar de la exposición, pero también de un simple paseo por el centro o del menú temático, pasar por la tienda y comprar objetos y regalos o catálogos. Entonces lo que queremos es que la gente pueda vivir esa experiencia completa.

En CaixaForum nos encontramos con exposiciones muy didácticas, ¿cómo trabajáis en ello?
Exacto. Antes de abrir el de València, obviamente existían otros CaixaForum, pero te diría que, incluso desde antes, siempre hemos tenido una aplicación o proyectos pedagógicos, hablásemos del tema que hablásemos, y cabe recordar que la Fundación “La Caixa” es una entidad eminentemente social. Yo siempre digo que si viviésemos en una metáfora, la cubierta de Calatrava sería un iceberg y lo que vemos es una cosa que luce mucho, es la cultura. La cultura es adjetivo, pero lo realmente sustantivo es la parte social, y es lo que sustenta, lo que justifica todo esto. Nosotros trabajamos para que la divulgación de la cultura y la ciencia sean palancas de transformación social. ¿De crecimiento personal? Sí, porque obviamente la gente que viene aquí esperamos que crezca a través de la experiencia en actividades y exposiciones, pero sobre todo, de transformación social. Una experiencia de este tipo transforma. Y si generamos hábito de consumir cultura, nos garantizamos que hay un crecimiento. Quiero subrayar que siempre hemos tenido proyectos pedagógicos asociados a nuestros programas, tanto si hablamos de pobreza infantil, como si hablamos de empleo, de proyectos de investigación… y, si hablamos de cultura, todavía más.
Por tanto, ¿cuál es vuestro público objetivo?
Nuestro público objetivo o uno de nuestros públicos prioritarios es la comunidad educativa. Es el momento en que las personas y las mentes se están formando. Y es ahí donde tenemos que incidir. Por tanto, intentamos a través del equipo de educadores, que la cultura pueda llegar a todas las edades. Es el momento de intentar generar un espíritu crítico entre los visitantes.
Muchas veces destacas que el objetivo es que el público salga de las exposiciones con más preguntas de las que tenía cuando entró…
Eso es lo que queremos, que sea un semillero de dudas. Tenemos que generar curiosidad y promover la imaginación también entre el público. Por eso, lo que hacemos siempre en las exposiciones y actividades es procurar que sean muy participativas. Yo siempre digo que está muy bien que CaixaForum tenga visitantes, desde que abrimos hemos conseguido más de 2.600.000 visitantes, pero lo que queremos son habitantes. El perfil de visitante aquí, resumiendo mucho, sería el de una mujer; el 65% de las mujeres vienen acompañadas por familia, por hijos menores de 16 años; viene un mínimo de dos veces al año; y consume cultura; las reservas las saca más por taquilla que por internet. Como te digo, este es nuestro perfil mayoritario, pero nuestros perfiles prioritarios son la comunidad educativa, gente en formación, personas que están en situación o en riesgo de exclusión social, entidades sociales con las que trabajamos mucho, y las familias. Para todos estos colectivos, especialmente para los de situación de vulnerabilidad social, personas mayores, personas con soledad no deseada… preparamos muchas actividades. Cuesta mucho atraer hacia la cultura, pero estamos seguros de que participando, crecen.

¿Qué papel juegan en ello los mediadores y mediadoras?
La figura del educador o del mediador es esencial, da igual el centro. Si te enfrentas o intentas disfrutar de una exposición sin la ayuda de un mediador, la experiencia no va a ser la misma. ¿Será positiva? Sí, pero a lo mejor se queda en la parte contemplativa si no tienes las armas, los recursos, el bagaje, el conocimiento para enfrentarte a esa exposición que pueden ofrecer estas figuras. Son absolutamente esenciales y a esas edades mucho más, porque adaptan el discurso de la exposición. Puedes pensar que hay una exposición sobre el retrato del siglo XIX del Prado que es absolutamente elitista, que puede tener acceso alguien que tenga mucho interés en el arte, expertos, forofos, aficionados… pero lo que se cuenta aquí a los chavales que vienen es aquello que pueden asimilar de la exposición, y se pretende que a través de ahí nazca la creatividad y el espíritu crítico. Buscamos que las exposiciones sean no solo contemplativas, sino participativas, que generen dudas, preguntas, curiosidad.
La parte interactiva que ofrecéis, me imagino que es un esfuerzo económico bastante grande. ¿Es así?
Siempre lo es, pero es un esfuerzo económico necesario y que vale la pena, y estamos muy lejos de conseguir la perfección en esto. Introducimos la parte interactiva porque necesitamos que el visitante dialogue con las exposiciones, que matice lo que ve en la exposición, que viva una experiencia que es lo que le va a hacer enriquecer y lo que le va a hacer aprender, el aprendizaje a través de la emoción. Y todo eso requiere ser interactivos. No podemos poner un cuadro con una cartela y que alguien venga y lo lea para entenderlo. Necesitamos ir más allá y proporcionar más vías y más herramientas para que se genere esa interacción entre lo que exponemos y las vivencias del visitante. Y los interactivos son esenciales a través de pantallas, pistas que apelan al público…
Respecto a la parte más social, ¿qué papel juegan las visitas de los escolares o de colectivos en riesgo de exclusión social?
Al año, tenemos una media anual de más de 880.000 visitantes, esto quiere decir que tenemos una media anual superior a la población total de Valencia ciudad. El 75% de nuestros visitantes son valencianos, un 50% de Valencia y un 25% de la provincia. Y luego tenemos un 15% del resto de España y un 10% de personas extranjeras. Como te decía antes, una cosa es el público mayoritario y otra el prioritario. De los 2,6 millones de personas que han venido a este centro, los escolares serían un 7%; las personas en riesgo de vulnerabilidad social un 2%; y las familias un 5% aproximadamente. Son los prioritarios pero son porcentajes muy bajos con respecto al global. Nuestra aspiración es poder dar más cabida a estos públicos prioritarios a través de las visitas a exposiciones y actividades.

¿Cómo es un día cotidiano en CaixaForum Valencia?
Es curioso, por ejemplo los miércoles son los días en los que más actividad hay. Abres las puertas a las 10 de la mañana y empiezan a llegar colegios y a hacer diversas actividades en los espacios, en las salas multiusos, visitas a exposiciones, al edificio, en la Nube… y mientras esto ocurre, pueden ocurrir cosas simultáneamente. La Ciutat de Les Arts i Les Ciències tiene turismo siempre, es como el skyline de Valencia, y esto implica que todo turista viene aquí y muchos entran para conocer el espacio. Además, en el día a día, aparte de nuestras actividades propias, cedemos parte de nuestros espacios a entidades sociales de manera gratuita, a la administración, a universidades, a empresas…
¿Cómo es la relación con otros museos de la ciudad?
Yo creo que tenemos una relación de vecinos magnífica con el resto de equipamientos culturales. Antes de inaugurar CaixaForum, en el Museu de les Ciències ya teníamos mucha colaboración y llegamos a realizar cinco exposiciones con ellos. Y estando ya aquí, la relación sigue existiendo, la exposición de Pixar por ejemplo es en colaboración con nosotros. Y creo, como decía al principio, que lo que ofrecemos es algo complementario, no solo en la Ciutat de Les Arts i les Ciències, sino en toda Valencia. De hecho, estamos asistiendo en los últimos tiempos también a un crecimiento de equipamientos culturales que yo creo que en ningún caso vienen a competir, sino a complementar todo el ecosistema cultural. El Centro de Arte Hortensia Herrero es un ejemplo. Hay lugar para todos y al final beneficia a la sociedad valenciana.
¿Qué papel juega para CaixaForum las alianzas con otros centros? Por ejemplo, el British Museum, el Pompidou, el Museo del Prado… ¿Qué veremos en la próxima temporada?
Estamos trabajando continuamente con alianzas de este tipo, en tres años que estamos aquí, el British ha estado en tres ocasiones, todo parece indicar que en la temporada que viene debería estar también, pero no podemos avanzar nada todavía. El Pompidou también nos ha visitado en dos ocasiones, el Museo del Prado ha estado en una ocasión, pero también ha estado la Cinémathèque Française, el Instituto de Matemáticas de Cataluña...Hay grandes acuerdos con grandes instituciones culturales que tenemos desde hace bastantes años, que son muy fructíferas y que trabajamos directamente desde servicios centrales. Tengamos en cuenta que la programación la hacemos a casi tres años vista y la hacemos en nueve centros de manera simultánea, lo cual requiere tener unas relaciones bien trabajadas y estructuradas.

¿Pero también intentáis tener un guiño con lo local, no?
En los CaixaForum más grandes no, pero sí en los de ciudades medianas. Es una asignatura que tenemos pendiente y que intentamos por lo menos llegar al aprobado a través de las colaboraciones que hacemos en las sesiones de espacio. Por ejemplo, con el Festival 10Sentidos, la Berkley… Queremos que esas colaboraciones vayan a más, porque además entendemos que el ecosistema cultural valenciano ya tiene redes establecidas y queremos sumarnos a las redes, también pensando en la parte social. Nos gustaría formar parte de estos proyectos que ya están en marcha y que están evaluados, validados y que son maravillosos. En cuanto a las exposiciones, por ejemplo, cuando hicimos aquí la de Retratos del siglo XIX con El Prado, consideramos que tenía que haber una presencia especial de artistas valencianos, de la misma manera que en Sevilla se hizo un guiño a los autores andaluces. Es difícil porque hablamos de exposiciones que tienen que viajar a todos los CaixaForum, pero si hay posibilidad, lo hacemos.
¿Qué papel juega CaixaForum Valencia dentro de toda esa red?
En Valencia hicimos un estudio hace un par de años con el Institut Cerdà, y más de un 20% de la actividad que se hacía en Valencia la hacía CaixaForum, principalmente para la comunidad educativa. Nuestra misión es contribuir en la medida posible a generar una sociedad más equilibrada, más justa, y siempre intentando colaborar con los colectivos que más lo necesitan. Estamos ahí.
Tenéis ciclos de actividades, talleres especiales… ¿Qué actividades encuentra el público en CaixaForum?
Tenemos muchas propuestas, como las Nits d’Estiu, el festival En otras palabras, actividades de poesía, conciertos… Hacemos desde vermut poéticos a tertulias, y pronto anunciaremos las Nits d’Estiu de diferentes temáticas, desde la noche del swing, la danza y el ritmo, la magia, el circo, y que llenan el centro de vida. Son espectaculares y vienen muy bien para combatir el calor, son propuestas consolidadas, y a lo largo del año tenemos propuestas para familias, muchas de ellas gratuitas. Queremos crecer ahí, porque es verdad que la gente tiene muy claro que esto es una arquitectura espectacular, que alberga exposiciones, pero también queremos que se sepa que hay muchas actividades.
¿Qué retos tenéis a corto plazo?
Yo creo que seguir manteniendo los básicos. Ofrecer una oferta cultural que sea para todos los públicos, desprejuiciada, que no tenga jerarquía, porque la verdad es que somos conscientes de que la cultura, cada vez más, es uno de los motores de progreso social más relevantes, y que además es sanadora. Yo creo que sana contra temas como la ignorancia, la intolerancia, el adoctrinamiento... es incluso una necesidad básica. Y ese es nuestro papel. También, que crezcan los porcentajes que hablábamos de público prioritario, y que aquí cada vez haya más habitantes que visitantes. Otro reto es el que tú mencionabas, que es ese guiño local, que sea más palpable, principalmente a través de las herramientas que tenemos para hacer cesión de espacios. Y aunque ya lo hemos conseguido, aumentar las cesiones que beneficien cada vez a más entidades sociales. En septiembre será cuando presentemos la temporada, pero sí avanzamos que viene cargada con una combinación donde la cultura y la ciencia estarán yuxtapuestas en nuestras propuestas, con una puerta al museo británico, arte, habrá literatura y ciencia.