Desde hace años, gracias a la coordinación de los pueblos mediante la federación valenciana, la bendición de animales cuenta durante más de un mes con celebraciones en los distintos pueblos de la comarca. Normalmente, Puçol era el último y el 21 de febrero tocaba cerrar la fiesta a nivel comarcal… No obstante, este año se ha suspendido, aunque la asociación local promete volver en fiestas con alguna sorpresa.
La Asociación para la Bendición de Animales de Sant Antoni Abad nació a finales del siglo XX para evitar que se perdiera esta fiesta tradicional. Sus integrantes son apenas ocho vecinos, pero invierten el tiempo que sea preciso para que no sólo desfilen los caballos (protagonistas iniciales de la fiesta) sino también todos los vecinos que deseen ver a su mascota bendecida.
La cita suele ser el penúltimo domingo de febrero, a las 12 del mediodía, justo después de la misa matinal. Con la imagen del santo en la puerta de la iglesia de los Santos Juanes y, tras la suelta de palomas a cargo de la Asociación de Colombaires, comienza el largo desfile de perros, gatos, conejos, pájaros y mascotas de todo tipo, que van siendo bendecidas por el párroco Ismael Ortiz.
Para finalizar, el desfile individual de las carrozas y caballos, uno a uno, exhibiendo su dominio y la preparación tanto de jinetes como de equinos. Un espectáculo en el que los vecinos participan como protagonistas y también como espectadores a lo largo de la mañana.«A todos ellos les entregamos cada año un pequeño detalle como agradecimiento por su participación en la bendición de Puçol», recuerda José Vicente Sanchis, secretario de la asociación local. «Pero este año no ha sido posible por la pandemia, así que tenemos que esperar a que la situación se normalice… pero no vamos a estar parados sin más, ya estamos preparando una actividad especial para las fiestas del pueblo».
Tratándose de estos amantes de los caballos y expertos en recuperar tradiciones, el desafío en el que trabajan los ocho componentes de este incansable grupo es intenso: una jornada de tiro y arrastre, una tradición que desde hace años se ha perdido en las fiestas de Puçol, pero que la asociación está dispuesta a recuperar, «al menos probaremos una vez y, en función del éxito que tenga, veremos en qué fecha se podría realizar en futuras ediciones».