Centenares de mesas se dispusieron en las calles Magdalena, Calvario y Camií Fons, para elaborar el plato valenciano por excelencia. Sin embargo, la tradicional Noche de Paellas estuvo marcada por la lluvia.
El Ayuntamiento de Rafelbunyol se encargó de que no faltara nada en una noche tan especial, proveyendo todo aquello necesario para su celebración. En este aspecto, puso a disposición de la ciudadanía: mesas, sillas, arroz, pollo, además de la leña y bolsas de basura.
Cuando los y las vecinas estaban empezando a elaborar sus paellas empezó a llover con virulencia. La tregua de la lluvia y las ganas de fiesta de la ciudadanía hicieron que la fiesta continuara y todavía fueron muchas las paellas que se elaboraron a pie de calle.
Pero la noche no acabó después de degustar el plato de paella, sino que continuó con aquello que no puede faltar un día de fiesta: la música.
A las 23:30h todo empezaba con una discomòbil en la plaza del Ayuntamiento; en la misma plaza, a la 1:30h una txaranga se disponía a trasladar la fiesta y al vecindario de Rafelbunyol desde la plaza hasta la zona de Late Creueta, donde disfrutaron finalmente a las 2:30h del orquesta "Vértigo".