El premio a la constancia de Salva Palau

El pilotari de Alginet se estrena como titular en la Copa Caixa Popular de escala i corda después de mucho tiempo sin opciones de jugar en competiciones largas

Guardar

Salva Palau se estrena como titular en la Copa Caixa Popular - Funpival
Salva Palau se estrena como titular en la Copa Caixa Popular - Funpival

Salva Palau ya puede sonreír. El joven jugador de Alginet será titular en la próxima Copa Caixa Popular de escala i corda después de mucho tiempo atrapado en la paradoja que muy a menudo implica la carrera deportiva de un jugador en la pilota profesional. Hay momentos, hay casos, en los cuales un pilotari puede ser demasiado bueno para jugar en la Liga 2 y la Copa 2 al mismo tiempo que no lo es bastante para jugar la Liga y la Copa. Estos pilotaris se quedan en tierra de nadie, sin espacio, sin lugar, sin oportunidades de competir con los que están por arriba y sin opción de hacerlo con los que están por bajo. Ese era el caso de Salva Palau.

Sí, jugar la Copa Caixa Popular es para Salva Palau un premio a la constancia, al trabajo paciente. A la resistencia cuando todo te pide abandonar. A sus 25 años, el escaleter de Alginet hace un tiempo que demuestra su pegada, su progresión en el dominio de las partidas y su desarrollo como pilotari profesional. Su izquierda violenta, pero irregular, ha evolucionado con el crecimiento de un jugador más redondo, más maduro y más estable. Ahora, todo esto ha ocurrido en el oscuridad del día a día y algunos trofeos, en las partidas con menos repercusión, donde todo costa más. Palacio ha tenido que picar mucha piedra para llegar hasta aquí.

El caso de Palau ejemplifica la dificultad y la contradicción en la cual vive instalada la pelota profesional desde hace un tiempo, sobre todo en el caso de los jugadores más jóvenes. En este caso, el rendimiento del escaleter de la Ribera ha sido ascendente. Después de apuntar maneras de muy joven, fue ganando presencia en los trinquetes despacio. Aun así, se consideraba que todavía no tenía el nivel para entrar en las grandes competiciones por equipos de la temporada. Ni en la Copa ni la Liga. Con un número de equipos limitado en las dos competiciones, entre seis y ocho, Palau tenía que demostrar que estaba mejor que uno de los ocho restos del circuito si quería tener una opción. ¿Y cómo se demuestra esto? No hay ninguna estadística ni clasificación que se pueda utilizar como prueba. Todo depende, sólo, del organizador de la competición.

Al caso de Salva Palau se le añadía una circunstancia todavía más frustrante. Quedaba claro que no era suficiente bueno para jugar la Liga o la Copa, pero es que, además, se pensaba que era demasiado bueno para jugar la Liga 2 o la Copa 2, donde se da cabida a los jugadores que se encuentran en el segundo escalón. Por lo tanto, Salva vio cómo, durante varias temporadas, se quedaba fuera de las cuatro competiciones, quedando en el limbo de las partidas del día a día y algunos trofeos.

Para un jugador joven, en plena progresión, quedar limitado a las partidas del día a día o a ser un suplente del que echar mano puntualmente en la Liga y la Copa (en el caso de haber alguna baja) puede suponer un grave riesgo de desmotivación. No ver la luz al final del túnel es, a día de hoy, el factor que impulsa al abandono a muchos jugadores jóvenes. Pero Palau resistió. Su izquierda ha continuado golpeando con fuerza la pelota en el día a día y siempre ha dado la cara en el Individual. No ha bajado los brazos y ahora tiene su oportunidad. Después de la retirada de Genovés II y Soro III la temporada pasada, a Salva Palau se le han abierto las puertas para las grandes competiciones. En sus manos está ahora mantener esa posición de privilegio. En la pilota profesional, además de demostrar nivel, también hay que esperar el momento. Este es el de Salva Palau.

Por otro lado, la situación de Palau no es más que la larga y dura espera vivida y sufrida por otros muchos pilotaris en otros momentos. La situación de la pilota es tan compleja que hay que esperar que alguna figura dejo un lugar para que algún joven pueda entrar en la rueda. Al menos, así es cómo funciona a día de hoy (veremos a partir de enero de 2024). Hacen falta muchas partidas, muchas semanas, muchos pelotazos y mucho nivel para ganarse un nombre en los grandes carteles. El número de equipos, de momento, es reducido y la competitividad es máxima. Con todo, y queriendo mirar el vaso medio lleno, el caso de Salva Palau es un mensaje para todos los jóvenes que viene por detrás. Es el premio a la constancia.

Destacados