Vendido el primer edificio residencial 'verde' de València

L’habitatge, que compta amb la certificació energètica A, consumirà un 72% menys d’energia que les altres cases de la ciutat

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La nueva era del ladrillo está dejando atrás el característico color rojizo para adoptar el verde como bandera. Y es que en apenas año y medio se han conseguido vender las 16 viviendas del primer residencial 'verde' de València, el edificio Marqués de Cruïlles, en el barrio de Patraix. Los compradores (un 18% de ellos inversores extranjeros) obtendrán las llaves de sus nuevos hogares en abril de 2019.

Su construcción dio comienzo en febrero de 2017 y finalizó este mes de agosto, convirtiéndolo en el primer edificio de viviendas en la comarca que obtiene el certificado VERDE  (Valoración de Eficiencia de Referencia de Edificios) y la calificación energética "A", que entregan el Green Building Council España (GBCE).

En toda España, actualmente hay solo 91 edificios con la llamada certificación VERDE. De entre ellos, únicamente 21 son bloques de viviendas y hasta ahora, no había ninguno en València. Estos inmuebles se enfocan hacia la sostenibilidad desde el proceso de diseño y construcción, tienen una alta eficiencia energética y un coste de mantenimiento mucho más bajo que la media.

En concreto, el Marqués de Cruïlles tendrá un consumo de energía primaria inferior en un 71,58% a la media de las casas de la ciudad, según han informado fuentes de Jecama, su promotora. "El edificio permite reducir en un 96,47% la demanda de calefacción y en un 15,6% la de refrigeración, lo que implica un ahorro económico en torno a los 2.000 euros anuales por familia", ha explicado Jesús Boix, consejero delegado de la empresa.

El edificio tiene 16 viviendas: 12 pisos, dos dúplex de tres y cuatro habitaciones y dos áticos, que han sido vendidos por precios a partir de los 193.000 euros. Su diseño también aboga por la movilidad sostenible, por lo que dispone de 32 plazas específicas para bicicletas, además de 17 plazas de garaje con conexión para la recarga de vehículos eléctricos o híbridos.

Esta promoción ha recibido el premio al Primer Edificio Sostenible por parte de la Asociación Vecinal de Patraix a raíz de la elección de este barrio para su construcción, un referente en València que supondrá un impulso de modernidad y una apuesta por la calidad y la sostenibilidad.

Objetivo 2020: el futuro del urbanismo en España

El caso del edificio Marqués de Cruïlles marca solo el principio de una transición en el modelo urbanístico autonómico y estatal. España, como el resto de países europeos, tiene un plazo de dos años para que las nuevas viviendas que se construyan tengan un consumo de energía casi nulo, ya que en 2020 la energía requerida tendrá que ser muy baja y la poca que se necesite deberá ser aportada por renovables localizadas en el propio edificio o en su entorno.

Estas condiciones las marca el nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), que fue aprobado el pasado mes de julio y entrará en vigor en 2019. Siguiendo estas pautas, se estima que los inmuebles nuevos tendrán ahorros de energía entre el 60% y el 80% respecto a los tradicionales, y en el caso de la rehabilitación, al menos un 40% o 50%.

Mientras llega la nueva normativa, como se ha dicho, ya hay ejemplos por todo el país de viviendas que apenas consumen energía, como la sede de Google en Madrid, la sede del grupo textil Hallotex en Mataró (Barcelona) o el complejo residencial Arroyo Bonadal en Tres Cantos (Madrid).

El ahorro viene después

Aprobada la nueva Ley, la duda que más se ha manifestado es cómo afectará este nuevo modelo de construcción sostenible a los precios de los inmuebles. Se habló en el Congreso de Edificios de Energía casi Nula, en el que su directora, Inés Leal, admitió que habría un encarecimiento del precio pero que sería "más económico en el tiempo".

Esto es debido al sobrecoste en las partidas relativas a la envolvente del edificio (fachada, cubiertas, suelos...) y a la mejora de la eficiencia de las instalaciones, lo cual incrementaría el precio en un 15% según sus estimaciones. No obstante, afirmó que "este gasto se puede considerar como una inversión. Aunque el desembolso de dinero a corto plazo sea elevado, a largo plazo se traduce en un ahorro energético que puede llegar a los 1.500 o 2.000 euros anuales".

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