La UV y la UPV crean una spin-off conjunta que comercializará sensores detectores de sumisión química

Las dos universidades han trabajado conjuntamente para lanzar la spin-off que producirá sensores detectores de sumisión química y senescencia

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Imagen de sumisión química
Imagen de sumisión química

La Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han creado la primera spin-off conjunta, denominada Optica SL, que comercializará sensores detectores de sumisión química y senescencia. Además, se convierte así en la primera empresa que propone una tecnología de estas características que puede ser empleada a temperatura ambiente y por cualquier usuario.

Optica SL surge del Institut Interuniversitari d'Investigació de Reconeixement Molecular i Desenvolupament Tecnològic (IDM) en colaboración con TRL+, por la unión de los equipos investigadores de ambas universidades. Esta unidad ha permitido que esta iniciativa haya sido posible, y aunque de momento solo se centra en detectores de sumisión química y senescencia, también trabajará en la producción de sensores químicos y biomarcadores de alto valor científico e industrial.

Campus de la Universitat Politècnica de València (UPV)
Campus de la Universitat Politècnica de València (UPV)
 

De acuerdo con esto, esta empresa tiene como objetivo ofrecer soluciones con estos dos últimos tipos de sensores y biomarcadores que satisfagan las necesidades del sector agroalimentario, de salud, de seguridad higiénica-sanitaria, del sector farmacológico y del sector de la industria química.

Además, los sensores de senescencia, que se integrarán en el mercado clínico y centros de investigación sanitaria, son capaces "de ofrecer información de alto valor biomédico sobre el estado de envejecimiento celular in vivo, es decir, sin necesidad de sacrificar los animales de investigación".

En esta línea, la rectora de la UV, Mavi Mestre, que ha suscrito el acuerdo con Luís Morró, CEO de TRL+, y con el rector de la UPV, José E. Capilla, ha subrayado que la entente a la que han llegado es "una prueba de la relación entre la universidad y la sociedad a través de la investigación y de la generación del conocimiento, que permitirá mejorar la calidad de vida de las personas".

Por su parte, Capilla ha recalcado que las instituciones educativas "tienen que trabajar más profundamente en la transferencia del conocimiento a la sociedad".

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