La UPV se convierte en un laboratorio de pruebas para aplicar iniciativas de descarbonización en los barrios de València

Debora Domingo: “Estamos testeando iniciativas que no sería rentable probarlas a gran escala con el objetivo de reproducirlas en los barrios si vemos que compensa”

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La ciudad de València quiere liderar la descarbonización de los próximos diez años. Así, además de presentar, el pasado viernes, su candidatura para ser una de las cien ciudades europeas que formen parte del proyecto de la Unión Europea ‘Ciudades inteligentes y climáticamente neutras’ en 2030; también ha comenzado a tejer lazos entre entidades sociales, universidades y empresas con el objetivo de llevar a cabo iniciativas que avancen en esta transformación de la ciudad. Y, sin duda, un ejemplo de estas alianzas es la que el Ayuntamiento de València ha firmado con la Universitat Politècnica de València (UPV).

En esta declaración de intenciones, el campus de Vera se convertirá en un laboratorio y banco de pruebas para generar conocimiento sobre la descarbonización y aplicarlo en los barrios; pero además ofrecerá asesoramiento científico e impulsará proyectos docentes y de investigación. Para conocer más detalles acerca de esta colaboración, València Extra ha hablado con la vicerectora de la UPV, Debora Domingo, que ha señalado que “lo que nosotros llamamos binomio ciudad-Universidad es algo que se viene trabajando desde hace años”. No obstante, este compromiso se reafirma porque “el objetivo de València de ser ciudad neutra en carbono en 2030 coincide plenamente con los objetivos de la UPV de ser la primera universidad española que se pueda certificar neutra en carbono”.

“En realidad venía cocinándose desde hace tiempo, pero el hecho de que se formalizase un documento a nosotros nos parecía que era muy importante – apunta la vicerectora de la UPV – porque en ese convenio marco se van a ir ubicando los distintos convenios para proyectos específicos. Así, una de las acciones más destacadas es la creación de un livinglab donde vamos a poner en marcha diferentes iniciativas de descarbonización que, después, serán susceptibles de ser replicadas en el exterior”.

Y es que como explica Debora Domingo, “la UPV, en el fondo, tiene el tamaño de un barrio completo y mueve a 40.000 personas todos los días, pero teniendo en cuenta que en el campus se pueden llevar a cabo iniciativas más experimentales. Por poner un ejemplo, tal vez podemos probar si se puede poner generación de energía eólica en las cubiertas de los edificios y a partir de ahí estudiar si compensa o no compensa exportarlo al resto de barrios de València. En el campus estamos testeando cosas que tal vez no serían muy rentables si se tomasen ese tipo de decisiones a gran escala; y las estamos probando a menor escala poniendo toda la materia gris. En el fondo, en la UPV contamos con investigadores de primera línea en avances de este tipo que hacen posible que podamos liderar el proceso de descarbonización”.

Actualmente, la Universitat Politècnica de València se sitúa entre las 200 universidades del mundo más comprometidas con el medio ambiente y la sostenibilidad, pero además es la única universidad española certificada con el sello europeo EMAS, un sello de garantía de gestión medioambiental. “Desde hace más de 10 años, la UPV hace una gestión medioambiental propia con auditorías internas y externas y, a día de hoy, ya certificamos que toda nuestra energía proviene de fuentes renovables, que no significa que las hagamos nosotros in situ en el campus, simplemente las compramos renovables. Además, hemos mejorado muchísimo el consumo energético, el consumo de agua y la política de residuos gracias a automatismos”.

Un trabajo de fondo y una apuesta por la innovación que conviertan a la UPV en uno de los mejores aliados para conseguir que València sea ciudad neutra a lo largo de la próxima década. 

La UV se suma también a la declaración 'València, ciudad climáticamente neutra 2030'

La Universitat de València, al adherirse a este proceso de transformación, se compromete a poner al servicio de la ciudad los aprendizajes y las soluciones desarrolladas en el camino hacia el cumplimiento de la descarbonización en 2030; aprobar metas y objetivos, y diseñar una hoja de ruta para lograr la descarbonización de los campus, con una visión de justicia climática.

Asimismo, se compromete a comunicar a la comunidad universitaria el valor social del proceso de descarbonización para concienciar e implicar a la ciudadanía; alinear a la misión climática y dotar de una orientación estratégica las aportaciones que se realizan desde la comunidad universitaria de la UV (personal docente e investigador, de administración y servicios, alumnado, facultades y escuela, departamentos, institutos de investigación, centro cultural, jardín botánico y demás estructuras de la UV) como actores del ecosistema de innovación de la ciudad de València; y generar nuevos espacios de co-generación de soluciones, diálogo estratégico y orientado a la transferencia mutua de conocimiento e incidencia sobre las políticas públicas orientadas a la consecución de la misión climática de la ciudad.

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