No hay duda de que los mercados municipales de Valencia son los templos del kilómetro cero. Productos de proximidad, frescos y, sobre todo, de calidad que, cada día, los vendedores ponen a la venta promocionando una alimentación sostenible y saludable. Pero, además, los mercados son puntos de encuentro vecinal; espacios de socialización, de cercanía, que vertebran todos y cada uno de los barrios de la ciudad. Se dice que si su supervivencia está en peligro, que no hay relevo generacional, pero no es, ni de lejos, un punto de vista que compartan los vendedores de los mercados municipales de Valencia. Y es que para ellos, el mercado sigue latiendo con fuerza.
“El discurso pesimista de que los mercados se están muriendo, ni es cierto, ni nos ayuda. La gente sigue viniendo a comprar a los mercados. Están llenos de vida y lo que hay que hacer es seguir fomentándolos”, señala Cristina Oliete, gerente del Mercado Central de Valencia. Una opinión que también comparte la secretaria del Mercado de Algirós, Raquel Chisbert, donde “no solo somos el único mercado de la ciudad con el 100 % de ocupación, sino que somos gente joven y dinámica la que estamos al frente de los puestos de venta”.
Por su parte, Alicia García, presidenta de la Asociación de Vendedores del Mercado de Ruzafa, asegura que "los mercados están más vivos que nunca", como reza la última campaña que han lanzado. Y añade que "los mercados son la élite de la alimentación de calidad; quien quiere comer bien, sabe que tiene que comprar en el mercado".
Así, desde las distintas asociaciones de vendedores miran hacia el futuro con optimismo. Si bien es cierto que cada mercado tiene sus propias características, todos ellos comparten que la clave para seguir garantizando, por un lado, el relevo generacional y, por otro, la atracción de nuevos clientes es adaptarse a las necesidades de los nuevos consumidores y hacer uso de las nuevas tecnologías para no quedarse atrás.
En este sentido, la venta online se ha alzado como una de las grandes aliadas. La gran mayoría de los mercados municipales ya la han incorporado porque, como explica Cristina Oliete, del Mercado Central, “es esencial que nos adaptemos a los nuevos hábitos de compra”. Y es que los canales de venta online de los mercados – que permiten la compra de productos las 24 horas del día e incorporan un servicio a domicilio – están ayudando a que nuevos clientes opten por un consumo más sostenible y de proximidad. Así, desde el Mercado de Algirós están en trámites para que el Ayuntamiento de Valencia les instale “cámaras para que los usuarios puedan recoger sus pedidos por la tarde en el mismo mercado, como ya están en otros mercados de la ciudad” para facilitar, todavía más, el proceso de compra.
Por eso, todos están de acuerdo en que no es necesaria la apertura de los mercados en horario de tarde. En este punto, Raquel explica que “el Mercado de Algirós abre los viernes por la tarde desde hace 15 o 20 años y, al final, son muy pocos los puestos que abren porque no compensa mucho para la gente que viene. La clientela tiene muy asumido que en el mercado se compra por las mañanas y, quien no puede venir, tiene a su alcance otras opciones para seguir comprando en el mercado, como es el canal de venta online”.
Asimismo, el Mercado de Ruzafa explica que "no es un tema que se hayan planteado porque los vendedores van muy temprado a Mercavalencia, y luego abren los puestos para vender los productos frescos, del día. Por eso, un horario vespertino sería muy complicado". Aun así, Alicia García tiene muy claro que esto no es un inconveniente para el futuro de los mercados que "existen desde la prehistoria y su supervivencia está más que asegurada".
En cuanto al relevo generacional – aunque en el de Algirós no sufren esta problemática, ya que el 60% de los puestos han pasado de padres a hijos y el otro 40% son nuevos comerciantes – sí que supone un aspecto a tener en cuenta en otros mercados. Cristina Oliete, gerente del Mercado Central, tiene claro que “el objetivo no tiene que ser que los puestos pasen de generación en generación, porque el hijo de un arquitecto, no tiene por qué ser arquitecto”, sino que “hay que formar a los futuros vendedores. Es importante incluir formación de carnicería, pescadería, panadería… porque igual hay gente que sí que le gustaría dedicarse a estas profesiones, pero no encuentra oferta formativa para tal fin”.
Y en el caso de aquellos mercados que luchan por sobrevivir, como el mercado de la Valvanera – el único que no es de propiedad municipal – una salida para no sucumbir al paso del tiempo es reinventarse. Por eso, entidades vecinales y asociaciones del barrio se han unido al proyecto ‘La Valvanera reviscola’ para darle una segunda vida a este espacio emblemático del barrio, y de gran valor patrimonial.
Fue el pasado domingo cuando llevaron a cabo la primera acción en el mercado, con la organización de un mercadillo artesanal, pero la idea, como cuenta Alicia, la creadora de esta iniciativa, es “continuar haciendo acciones para que este mercado pueda convertirse en un espacio cultural y artístico en el que puedan levantar las persianas nuevos negocios dedicados a la artesanía, por ejemplo”.
Los mercados, símbolo de identidad
En la Comunitat Valenciana, hay 157 mercados municipales: 82 en la provincia de Valencia, 62 en la de Alicante y 13 en Castellón. La inmensa mayoría son de gestión municipal directa y una decena, aproximadamente, tienen gestión indirecta, es decir, son los propios comerciantes asociados quienes se hacen cargo de ellos. Además, se estima que por cada vendedor o vendedora se generan 2,5 puestos de trabajo directos y que la facturación en 2024 de los mercados municipales valencianos rondará los 1.940 millones de euros.
Por este motivo, los presupuestos de la Generalitat Valenciana han contemplado, para este ejercicio, un máximo de 2.930.000 euros en concepto de ayudas y subvenciones para los mercados municipales. La partida mayor, 2.800.000 euros, va dirigida a actuaciones de reforma y adecuación de las instalaciones, mientras que 130.000 euros se destinan a subvencionar tanto los gastos de inversión como corrientes de los Mercados Excelentes.
Y es que como ha subrayado la directora general de Comercio, Artesanía y Consumo, Maribel Sáez, dependiente de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, “los mercados municipales son espacios que aúnan valores de enorme significación. Fomentan el consumo sostenible por su apuesta por los productos de proximidad, tienen una función social vertebradora de los propios barrios y municipios donde se insertan y son un símbolo de identidad que hay que preservar.”