“Pinto porque amo la pintura. Pintar para mí es un placer inmenso”. Con estas palabras describía Joaquín Sorolla su pasión por pintar, una actividad que desarrolló durante toda su vida hasta su muerte en el año 1923. Con motivo del centenario del fallecimiento de este emblemático artista valenciano, la ciudad se ha engalanado para mostrar a través de muestras, exposiciones y eventos la obra pictórica de uno de los mejores pintores del siglo XX.
Una de estas muestras es “Sorolla, una nueva dimensión” la primera experiencia inmersiva dedicada a este artista que se ha ianugurado en el edificio La Base (antigua sede del equipo Alinghi en la America’s Cup) situado en La Marina de València. Se trata de una exposición en la que se busca “profundizar en el epicentro del arte de Sorolla haciendo uso de las tecnologías avanzadas”, como las proyecciones audiovisuales en tres dimensiones, la inteligencia artificial o la realidad virtual, ha explicado Artur Duart, comisario de la exposición y presidente de Layers of Reality.
Precisamente, ha sido esta empresa fundada en 2017, la responsable de crear las proyecciones y los recursos audiovisuales a través de las que el público asistente conocerá los detalles de la obra de Sorolla tras más de un año de trabajo. Además de “Sorolla, una nueva dimensión”, Layers of Reality también ha trabajado en otras grandes exposiciones inmersivas como la dedicada a Gustav Klimt, Frida Kahlo o Salvador Dalí.

El principal objetivo de esta exposición, que además ofrece una experiencia totalmente inmersiva en el mundo Sorolla, es “reinterpretar su obra gracias al arte digital”, ha detallado Duart. En ese sentido, se busca reinterpretar sus creaciones aplicando técnicas modernas y propias del siglo XXI para “abrir la obra del pintor a nuevos públicos”, ha proseguido.
Se prevé que el edificio La Base acoja esta exposición durante los próximos siete meses, hasta enero de 2024, cuando se convertirá en una muestra itinerante y viaje hasta Alicante, Castellón, Madrid o Barcelona. No solo eso, sino que está exposición surge con un espíritu de internalización mediante el que, previsiblemente, también aterrizará en grandes ciudades a nivel mundial como Singapur, Nueva York, Londres o también Bruselas a lo largo de 2024.
Las entradas ya están a la venta a través de la web www.sorollaexpo.com y en este portal se puede escoger el día y la hora en la que se visitará la exposición y adquirir la entrada para acceder. La entrada general tiene un precio de 14,50 euros y para niños (a partir de tres años) y mayores de 65 años esta vale 9,50 euros; aunque también se han puesto a la venta packs de tres o cuatro entradas dirigidos a familias.
Un recorrido por “Sorolla, una nueva dimensión”
La primera sala de la muestra introduce al visitante en la València del siglo XXI y principios del siglo XX en la que nació, creció y vivió Sorolla. Así, se busca contraponer una ciudad en la que la modernidad y las nuevas construcciones se abrían paso con una urbe en la que la ruralidad todavía tenía un espacio destacado. De esta manera, los dos extremos de la sala donde están las fotografías ejemplificando los dos modelos de ciudad se encuentran divididos por una embarcación de vela latina que gracias a una proyección simula estar navegando por l’Albufera de València.
En la segunda y tercera estancia, el visitante puede descubrir más detalles sobre la faceta personal de Sorolla: la educación de sus hijas, cómo fue su infancia y la relación con sus familiares. Además, también aparece representada la relación con otros artistas coetáneos de Sorolla como Mariano Benlliure o Vicente Blasco Ibáñez que se expone al rededor de la fuente que se encuentra en la plaza Redonda de València (representada mediante un monumento firmado por el artista fallero Paco Pellicer). La sala está presidida por una gran mesa de comedor a tamaño real, ya preparada, que simula la misma mesa que aparece en uno de sus cuadros.

La segunda parte de la exposición —aquella que se considera inmersiva y combina la parte física con las intervenciones digitales— se inicia entrando en la imponente sala de proyecciones. En ella, se proyecta un vídeo animado y con gran realismo de 21 minutos de duración que se puede ver en uno de los pequeños sillones repartidos por toda la sala. Así, el vídeo con las obras de Sorolla se exhibe en las altas paredes e incluso el suelo para favorecer la inmersión del espectador que se consigue con la música ambiental (obra de Rafel Plana) que pone sonido a las imágenes en movimiento.
En la última sala se encuentra el espacio de realidad virtual donde el público podrá adentrarse gracias a las gafas de realidad virtual en los cuadros de Sorolla y visualizar los escenarios, personajes e historias que él pintó. Además, también se encuentran seis obras que han sido reinterpretadas y recreadas con técnicas digitales actuales como la inteligencia artificial. Y dirigido al público más infantil se ha instalado una zona recreativa en la que podrán dibujar, con su propio estilo e imaginación, una obra de Sorolla que será proyectada en la misma sala.