“Indignación” es la palabra que, para la vicealcaldesa y candidata socialista a la alcaldía de València, Sandra Gómez, resume el sentimiento generalizado que está viviendo la ciudad y la afición del Valencia CF. Y es que tras la denuncia de insultos racistas por parte de tres aficionados hacia Vinicius Jr durante el partido de liga entre el club de Mestalla y el Real Madrid, desde la capital española se ha iniciado una ola de desprestigio hacia la afición y hacia la capital del Turia mediante informaciones falsas, vídeos manipulados y horas de programas estatales alimentando estos bulos.
“Estoy indignada por la campaña de desprestigio que se ha iniciado hacia el club, hacia el Mestalla y hacia nuestra ciudad. València no es racista, la afición valencianista no es racista y mucho menos las 46.000 personas que disfrutan de su club cada semana, que muestran el mismo rechazo e indignación”, ha defendido Gómez esta mañana en una entrevista en À Punt.
Y es que entorno a la medianoche de este pasado martes la gota colmó el vaso. El Comité de Competición impuso una sanción de cierre parcial de Mestalla -grada de animación Mario Alberto Kempes- durante cinco partidos, 45.000 euros y la retirada de la tarjeta roja al jugador madridista pese a su agresión manifiesta y probada en vídeo, creando un peligroso e inusual precedente que marcará el futuro de la competición, obviando, además, otras situaciones de racismo vividas en campos españoles estas últimas semanas.
Y todo ello, pese a una actuación, también sin precedentes, del conjunto blanquinegro, que en cuestión de horas y en colaboración con las autoridades, identificó y expulsó de por vida a los tres causantes de esta agresión racista. Por ello, se entiende como desmesurada la sanción, que el club ya ha anunciado que recurrirá hasta su última instancia.
La sombra de racismo ha recaído, no solo en el club de Mestalla, sino en la sociedad valenciana, debido a las falsas acusaciones realizadas por el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, en rueda de prensa, y los vídeos manipulados difundidos por la víctima de los insultos en sus redes sociales, creando un conflicto a escala internacional en el que se han pronunciado hasta las máximas autoridades políticas de Brasil, país de Vinicius Jr.
Un caldo de cultivo que ha provocado, en las últimas 48 horas, acusaciones de racismo, insultos a los futbolistas de la plantilla y a aficionados en las redes sociales, y hasta la quema de camisetas valencianistas.
Campaña de desprestigio desde Madrid
Por todo ello, Sandra Gómez ha denunciado “una injusta campaña de desprestigio hacia nuestra ciudad, un relato que se ha iniciado desde Madrid y que daña profundamente nuestra imagen y reputación nacional e internacional”.
La socialista ha pedido al resto de políticas y políticos “rechazar este relato”, incidiendo en que “en el acta del comité se recogen cuestiones que no son ciertas, como un insulto generalizado a un jugador”. Un insulto racista que nunca se produjo de forma generalizada por parte de los 46.000 aficionados presentes en Mestalla el domingo.
Condena al racismo
Respecto al incidente, Gómez ha mostrado también su indignación “contra los racistas, contra las personas que insultaron durante el partido y que han generado tanto daño a la ciudad de València”, recordando que estas conductas “deben quedar fuera de todos los ámbitos: personal, familiar, laboral... y por supuesto deportivo”.
Por ello, pese a las discrepancias con la dirección del club, la candidata socialista ha celebrado la decisión de la entidad “de localizar y expulsar de por vida a esa gente que no representa al València ni al valencianismo” y ha recordado que “València es la ciudad que acogerá los Gay Games, es una ciudad plural, abierta, diversa y que fomenta los valores del respeto en el deporte”.