El Ayuntamiento de Valencia pondrá en marcha mañana un nuevo plan de reordenación en Ciutat Vella para reducir el tráfico oportunista e innecesario y favorecer el tránsito de viandantes. El objetivo último es recuperar el carácter residencial del centro histórico de la ciudad, mejorando la calidad del aire y la seguridad vial, y reduciendo la contaminación.
Una de las principales medidas del consistorio es reducir la velocidad máxima de los vehículos a 20 km/h y conceder la máxima prioridad a los peatones. Esta medida no es nueva, puesto que desde hace un año ya se aplica con éxito en el bucle de las calles Salvador y Serrano. Los datos revelan que de 5.000 vehículos diarios se ha pasado a unos 300.
La actuación establece cinco bucles de entrada y de salida para canalizar el tráfico en el interior de Ciutat Vella. Concretamente, en la zona delimitada por la calle Guillem Sorolla por el sur, la avenida Guillem de Castro por el oeste, Blanqueries por el norte y las calles Serranos, Calatrava, Puríssima, Estamenyeria Vella y Ercilla por el este.
En su interior, la calle Quart cambiará de sentido entre la Calle de la Mare de Déu de la Misericòrdia i la emblemática Plaza del Tossal. Otras que también modificarán su sentido serán las calles Ripalda, Pinzón, y Mare de Déu de la Misericòrdia. El plan, además, crea cuatro zonas peatonales nuevas: el entorno de la Plaza Santa Úrsula; el de la Plaza del Árbol y del Carmen; y la calle de Dalt, entre las calles Sant Tomás y l’Hostal de Morella.
Cabe destacar también que estos cambios se realizarán mediante señalización vertical u horizontal de manera que no existan obstáculos, por lo que los vehículos de emergencia podrán acceder a cualquier zona en situaciones excepcionales.