Polvo o barro: el desierto al que se enfrentan los vecinos de San Marcelino y Camí Real

”Es tracta d’una de les zones més degradades i abandonades del barri”

Guardar

El barrio de San Marcelino ha cambiado, considerablemente, con el paso de los años. Rodeado, en un primer momento, por huertas, que desaparecieron tanto por el plan Sur, como por el soterramiento de las vías del tren y el paso del AVE, este barrio ha cambiado su paisaje, por un lado, por el bulevar sur que, aun siendo una autopista urbana, es un entorno más amable con zonas verdes, carril bici y aceras anchas, que se han convertido en el paso de cientos de personas que practican deporte al aire libre. Pero, al otro, y en contraposición, este barrio también se encuentra delimitado por grandes solares, que iban a albergar lo que se conocía como Parque Sur, pero que, finalmente, se ha quedado en agua de borrajas, en una especie de desierto de arena, que genera polvo en los días de viento, y se convierte en un lodazal en los días de lluvia.

Y es que, a pesar de que, en 2016, la empresa municipal AUMSA encargó, al arquitecto David Estal, un estudio de necesidades previas a la reurbanización de San Marcelino, en el que, entre otras actuaciones, se planteó la importancia de la urbanización de los descampados cercanos a la CV-400, mediante la incorporación de zonas verdes, zona para perros o zonas de juegos infantiles, entre otros elementos, pasa el tiempo y parece que este proyecto se ha quedado olvidado en el cajón.

Pero la Asociación de Vecinos y Vecinas del Barrio de San Marcelino no están dispuestos a dejarlo pasar, y ya han enviado un comunicado al Director General de Obras Públicas, Transporte y Movilidad de la Generalitat Valenciana, Carlos Domingo Soler, con el objetivo de que, de una vez por todas, coordine los recursos necesarios para llevar a cabo lo prometido.

"El entorno de la zona afectada por la entrada del AVE y el soterramiento de las vías es, en la actualidad, una de las zonas más degradadas y abandonadas del barrio”

En este sentido, afirman que “tras ocho años de activación de la línea de alta velocidad Madrid – Valencia, el entorno de la zona afectada por la entrada del AVE y el soterramiento de las vías es, en la actualidad, una de las zonas más degradadas y abandonadas del barrio”, a lo que añaden que “la presencia en ella de importantes dotaciones y patrimonio, así como las molestias padecidas por los vecinos” tanto del barrio de San Marcelino, como el de Camí Real, que comparten servicios, como el centro de salud, colegios o comercios, “no han sido motivos suficientes para su urbanización definitiva” que, además, “faciliten y hagan más amable la comunicación entre ambos barrios”.

Una dejadez que se ha traducido en molestias constantes para los vecinos y vecinas del barrio. Así, en el comunicado, la Asociación Vecinal de San Marcelino expone tres problemáticas principales: la inundación de ambos barrios cada vez que llueve con intensidad; “las inmensas montañas de tierra dejadas por ADIF, procedentes de las excavaciones para construir los túneles ferroviarios que, en lugar de llevarlos a una zona agrícola, las dejaron en nuestro barrio generando barro, cuando llueve, y polvo molesto en épocas de sequía y viento”; y la problemática de la urbanización del entorno de las parcelas, resultantes de la construcción de los túneles del AVE.

inundaciones-san-marcelino Foto: Enric Pla

Y es que, a pesar de que se acordó destinar una partida del presupuesto municipal para “realizar un proyecto conjunto que abarcaría desde el Bulevar Sur hasta el PKm. 0 de la CV-400 y desde la calle Alcalà de Xivert (Camí Real) hasta la calle Salvador Perles (San Marcelino), y que contaría con amplios paseos, árboles, aparcamiento y extensas zonas ajardinadas...”, proyecto del que les entregaron hasta planos, la realidad ha sido bien distinta.

En este sentido, la asociación denuncia que “en lugar de bulevar se ha hecho una carretera, en lugar de amplios paseos con árboles y farolas de jardín, se han hecho exiguas aceras sin árboles y con un alumbrado propio de una carretera, convirtiendo el vial, pero sobre todo las aceras en algo inhóspito que invita a andar por ellas sólo lo imprescindible”.

Archivado en:

Destacados