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El proyecto de construcción de la Línea 10 de Metrovalencia, antigua T2, avanza según lo previsto. Y es que después de años paralizado, cuando en 2011 el anterior Gobierno valenciano detuvo las obras por la falta de liquidez, todo apunta a que, finalmente, será en enero de 2019 cuando arranquen las obras, gracias a los fondos europeos. Un proceso que ya está despertando el interés de diferentes empresas del sector, que se han presentado a la licitación abierta por Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) a principios del pasado mes de marzo.
El Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ya ha anunciado que se pondrá en marcha, con un presupuesto de 50 millones de euros – 30 millones aportados por el Consell y 20 por los fondos Feder-, la construcción de la L10, dividida en dos fases: Una primera que conectará el centro de Valencia y el Oceanogràfic, y que será la que comience en enero de 2019 y termine en 2021; y otra fase que llegará hasta el barrio de Nazaret, y que se prevé que termine en el año 2023.
Desde la asociación vecinal del barrio han solicitado una reunión urgente con Ximo Puig para añadir a los presupuestos del 2019 tanto la ejecución de la L10 hasta Nazaret, en vez de esperar a que se ejecute en una segunda fase, así como la conexión con el Canyamelar por el Pont de les Drassanes y La Marina. Y es que, al parecer, en los presupuestos se habría incluido la redacción del proyecto de prolongación, pero no su ejecución.
Una construcción que, ahora más que nunca, puede llegar a convertirse en una realidad, después de que se haya dado luz verde a la construcción de la futura ciudad del Levante U.D, así como a la puesta en marcha del esperado Parque de Desembocadura, que pondría fin a la prolongación del Jardín del Turia. Unos proyectos que, sin duda, revitalizarán este barrio abandonado durante tanto tiempo, y que reclama a gritos unas conexiones de movilidad dignas, que además eviten ese exceso de vehículos que se está intentando evitar en la ciudad.
Asimismo, la licitación de este proyecto también incluye futuras ampliaciones de la red de metro hacia el Hospital La Fe, la Plaza del Ayuntamiento y la llegada del metro hasta el Mercado Central, que iría desde la calle Alicante al mercado y finalizando en Pont de Fusta para dotar también a esta zona de unas mejores comunicaciones.