El Pleno del Ayuntamiento de València ha aprobado este martes 14 de noviembre las cuentas municipales que tendrá el consitorio el próximo año 2024. El Salón de Plenos de la Diputació de Valencia ha vuelto a acoger la sesión plenaria en la que los grupos políticos que conforman la corporación municipal han votado el proyecto de presupuestos elaborado por PP y Vox.
Así, esa propuesta ha recibido los votos a favor de los dos partidos del gobierno, el Partido Popular y Vox; mientras que las formaciones que integran la oposición han rechazado las cuentas de 2024, ya que Compromís y el PSPV han votado en contra. En total, el Ayuntamiento de València tendrá un presupuesto general y consolidado (incluyendo las partidas a los organismos autónomos) que asciende a 1116,9 millones de euros.
Una cifra que registra un incremento del 7,11 % respecto a las cuentas de 2023. Un aumento que se contrapone a la bajada masiva de impuestos que el Ayuntamiento prevé compensar con los remanentes, las transferencias del Estado (que ascienden a los 482 millones de euros) y el descenso de la inversión municipal prevista este 2024 para las obras del canal de acceso por los retrasos de esta actuación.
Compromis y PSPV tildan los presupuestos de PP y Vox de "sectarios"
Durante el debate político, la primera teniente de alcalde y concejala de Hacienda y Presupuestos, María José Ferrer San Segundo, ha destacado que “se trata de una cifra récord para cumplir con los compromisos con la ciudadanía que, además, contempla la mayor rebaja fiscal de la historia del Ayuntamiento y, todo ello, con un presupuesto sin recortes, que amortiza deuda y responde a las necesidades de la ciudad”.
Asimismo, Ferrer San Segundo ha subrayado que “esta rebaja fiscal, cifrada en 70 millones de euros, beneficiará a 700.000 tributantes, de los que 400.000 son viviendas, a muchos comercios, 33.000 oficinas, 700 hosteleros, familias numerosas, etc”. En concreto, el IBI baja un 20 %, el impuesto de circulación un 8,5 %, la tasa de alcantarillado un 50 % y el impuesto de plusvalía un 95 %”.
Por su parte, la portavoz del grupo socialista, Sandra Gómez, ha calificado el presupuesto de “irresponsable, vacío y sectario”, ya que según ha manifestado “crece la deuda consolidada en 37,3 millones de euros; incumple la regla de gasto que les va a llevar a un plan de ajuste; sube la deuda, por primera vez, en 11 años; no tiene presupuestado todo su gasto corriente; no incluye ninguna idea, proyecto o inversión nueva; y la rebaja fiscal solo beneficiará a los que más tienen”.

En este sentido, Gómez ha afirmado que estas cuentas se han elaborado “en la mejor situación económica posible y con unos ingresos excepcionales de 80 millones de euros del Gobierno de España y 46 millones de los Next Generation sin embargo puede que el Ministerio de Hacienda les pida un plan de ajuste para que recorten”. Finalmente, la portavoz socialista ha destacado la eliminación de ayudas “a entidades como Fisabio, Ayuda contra la Drogadicción o el Teléfono de la Esperanza por considerarlas de extrema izquierda”.
Joan Ribó (Compromís), ha considerado que las cuentas municipales “carecen de base documental y son insostenibles en el tiempo” quien también ha calificado el presupuesto de “sectario y que beneficia al que más propiedades tiene”. El portavoz de la formación (que ya ha anunciado que dejará el cargo próximamente) ha indicado que “el milagro de las cuentas de 2024 se debe a las transferencias del Estado” y ha destacado que la rebaja del impuesto de circulación “no hace más sostenible a València a nivel de movilidad”. Asimismo, la concejala, Eva Coscollà, ha desgranado los diferentes capítulos para concluir que “la herencia recibida ha sido muy buena” por lo que el presupuesto “es continuista, carente de ideas nuevas y con las mismas inversiones que ya estaban”.
Mientras tanto, el portavoz de Vox, Juanma Bádenas, ha afirmado que “se tratan de unas cuentas que no están ideologizadas ni son supremacistas”, comparándolos con los presupuestos del anterior gobierno que, a su juicio, se "dedicó a regar a las llamadas izquierdas indefinidas, construir chiringuitos y a hacer políticas moralizantes ideologizadas”.