La posible 'extensión del peatón' en València, un reflejo de Europa y el mundo

Lisboa, Florència, Praga i Bruixes ja tenen corts al trànsit i conversions en zona de vianants més restrictives que València

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El 29 de noviembre de 2015 el nuevo gobierno de la ciudad de València erá aún un 'niño', con apenas cinco meses de vida. Fue ese el primer domingo, que luego se repetirían cada mes, en el que la nueva corporación apuntara su ambiciones de movilidad: la Plaza del Ayuntamiento era para uso exclusivo de los peatones y vehículos de movilidad personal. "Hay que cambiar el modelo hacia otro más humano", señaló el ya entonces Concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi.

Desde entonces han pasado casi cuatro años, y la movilidad en València ha cambiado. Entre críticas de la oposición, y agradecimientos y demandas de diversos colectivos, se ha expandido una red ciclista y se ha comenzado la "ciudad amable" con la peatonalización de diversos espacios. La Plaza del Ayuntamiento de forma intermitente; los alrededores del Mercat Central de forma permanente.

Los principales planes proyectados por el Govern de la Nau contempla la peatonalización de tres grandes plazas de Ciutat Vella. La misma Plaza del Ayuntamiento -el 'corazón' de la ciudad-, la plaza de Brujas -Mercat Central- y la Plaza de la Reina, además de la "pacificación del tráfico" de otras, como la Plaza de San Agustín.

El proyecto de la Plaza de la Reina será el primero en materializarse y, parece seguro, en realizarse en esta legislatura. La "luz verde" llegó el pasado 23 de mayo, pocos días antes de las elecciones. Será un nuevo espacio dedicado al uso lúdico y social, peatonal y sin paso de vehículos -excepto emergencias-.

Contaminación y masificación

Times Square

Desde la oposición, especialmente desde el PP, se criticó a las diversas medidas sobre peatonalización, pacificación del tráfico y extensión de carriles bici es muestra de la "guerra al coche" del ejecutivo local. También criticaron la ejecución de las obras, inevitablemente necesarias para la reforma, porque serán un "golpe mortal" al comercio.

Las tendencias a peatonalizar y reducir el tráfico, sin embargo, van en consonancia con Europa y otras 'grandes urbes' del mundo. Desde lugares cercanos como Madrid, con la restricción al tráfico de Madrid Central -que el pacto entre PP, Ciudadanos y la ultraderecha de Vox quieren eliminar pese a las advertencias de la Unión Europea sobre contaminación-, hasta al otro lado del atlántico. Nueva York también lleva a cabo este tipo de políticas, como la peatonalización de Broadway o parte de Times Square.

En Berlín, se apuesta por peatonalizar Unter den Liden, una de las principales avenidas comerciales de la ciudad; en París se platea peatonalizar el centro en general; en Roma restringir el tráfico... Lisboa, Florencia, Praga y Brujas, entre otras ciudades europeas, reservan su casco histórico para los peatones y vehículos de movilidad personal. Entre las grandes razones, la contaminación -los vehículos generan el 13% de la contaminación mundial, aunque sus acumulaciones en las urbes causan incluso muertes- y la masificación.

En València, los planes pasan por sumar nuevas zonas peatonales -amarillo- a las ya existentes -verde-. Además, controlar el acceso de vehículos al centro histórico para que accedan sólo residentes, transporte público y emergencias -azul-.

Hay, incluso, propuestas para pacificar el tráfico en todo el Distrito 1 de València -morado- o peatonalizar grandes zonas. Desde Amics del Carme y asociaciones de vecinos reclaman "un barrio peatonal" pero "no a medias"; sin bucles -arriba a la izquierda- y con una "peatonalización justa".

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