Valencia ha sido reconocida, por primera vez, como Ciudad Arbórea del Mundo. Y es que su apuesta por la creación de zonas verdes, como el Parque Central, el Jardín del Turia o el parque de La Rambleta, pero también las políticas impulsadas por el Ayuntamiento de Valencia para el cuidado de los árboles; el hecho de contar con una estructura municipal dedicada a la gestión forestal; así como dotar de recursos financieros a los árboles y promover una conciencia social sobre el arbolado han propiciado que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Fundación Arbor Day hayan declarado a la capital del Turia como 'Tree Cities of the World'.
Este reconocimiento ha llegado en esta edición a seis continentes de todo el mundo, siendo los países que cuentan con más ciudades reconocidas Estados Unidos, Brasil, Inglaterra, Canadá, México y España. Así, el reconocimiento a Valencia supone integrarla en una red global donde tendrá, por vez primera, la oportunidad de conectarse con ciudades de todo el mundo para compartir y adoptar los enfoques más exitosos para la gestión de árboles y bosques.
En definitiva, zonas verdes que conforman los pulmones de la ciudad, como es el caso del Jardín del Turia, considerado como uno de los jardines urbanos más grandes de Europa, y que, finalmente, culminará con el futuro parque de Desembocadura de Valencia, que está previsto que esté listo a finales de 2024.
Tal y como estaba previsto, el proyecto '(Con)fluir' – ganador del concurso de ideas – plantea el parque de Desembocadura como un gran bosque urbano con nuevas zonas verdes que generará un recorrido desde el final del cauce del río hasta el mar. Asimismo, este plan también contaba con una zona infantil que recreará a gran escala el barco del naufragio de Gulliver que dará continuidad al actual parque que lleva el mismo nombre.
La zona de Natzaret será una de las claves del proyecto de este parque, ya que sufrirá un proceso de regeneración una vez finalizaran los trabajos. En concreto, se prevé unir este poblado marítimo, el puerto de Valencia y el resto de la ciudad que, hasta ahora, ha estado aislada del casco urbano de Valencia.
Los trabajos de creación de este espacio verde se desarrollan sobre una superficie de 109.000 metros cuadrados (desde el puente de Astilleros hasta la zona de Natzaret) y tienen un presupuesto de 16,7 millones de euros, de los que se prevé que 13,5 millones sean aportados por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV).