La ciudad de Valencia alberga un sinfín de edificios con un patrimonio histórico muy rico. Uno de ellos es el Palau de Calatayud, propiedad de la Generalitat Valenciana. Este inmueble tan emblemático para los valencianos será reformado en enero por la Dirección General de Patrimonio, competencia de la Conselleria de Hacienda, Economía y Administración Pública. La modificación tiene un coste de 8.876.211 euros y tiene prevista una duración de dos años en total. La empresa constructora Víctor Tormo S.L. se encargará de realizar una obra que permitirá recuperar casi cuatro mil metros cuadrados para un uso administrativo.
Se trata de un inmueble de arquitectura burguesa, diseñada en 1907 por el arquitecto Juan Luis Calvo, con elementos neobarrocos. Su acceso principal está ubicado en la calle Miguelete número 5 de Valencia y agrupa además las calles Santo Cáliz y Horno de los Apóstoles.
Para conocer el estado del edificio, la Conselleria de Hacienda ha realizado intervenciones como la excavación arqueológica preliminar, la demolición y retirada de tabiquerías y revestimientos impropios y un análisis estructural. La propia Generalitat Valenciana, ha informado en un comunicado que este inmueble carecía de una buena accesibilidad y seguridad que provocaron su desalojo hace 8 años, puesto que nunca había sido objeto de intervención unitaria.
Modificaciones
En la reforma se pretende mantener la estructura y el espacio existente, así como todos los elementos visibles y espacios libres públicos. Por tanto, se mantendrán intactas las fachadas y se sustituirán las carpinterías de madera por otras del mismo material que mejoren el aislamiento, la calidad y la eficiencia energética.
Se mantendrán los elementos que permiten el esquema tipológico básico como la escalera principal y las salas nobles, decoraciones, pavimentos y carpinterías originales. En cuanto a la mejora de la accesibilidad, se colocarán dos rampas para cumplir con la normativa. El proyecto de reforma tiene como premisa mostrar a los vecinos y vecinas de Valencia los elementos del patrimonio cultural que son testigo de las transformaciones que se han desarrollado en la capital del Túria a lo largo de los años.
Por otro lado, la restauración recuperará los revestimientos originales, como los pavimentos de gres de Nolla y las baldosas hidráulicas, las decoraciones de los falsos techos y de paredes. A través del estudio de color realizado se recuperarán los colores originales, así como las carpinterías interiores de madera originales. Gracias a este análisis, se descubrió un muro de tapial datado de la época medieval que se conserva en perfectas condiciones, el cual se está valorando trasladarlo a algún museo de Valencia por su valor histórico.
En cuanto a la eficiencia energética, se eliminarán las cubiertas de policarbonato de los patios interiores y se instalará un agua de vidrio con células fotovoltaicas que cubrirán ambos patios, reduciendo el consumo energético gracias a la energía limpia. Además, las obras contemplan modernizar las instalaciones del edificio, el sistema eléctrico, telecomunicaciones y climatización.
Por su parte, la consellera de Hacienda, Economía y Administración Pública, Ruth Merino, ha señalado que una de las motivaciones de la rehabilitación es combinar el valor cultural e histórico para hacer un uso administrativo. “Consideramos que estas sedes institucionales para servir a la ciudadanía es la mejor forma para optimizar y preservar el patrimonio que tenemos en la Generalitat”, apunta Merino.