Hace unos días, València Extra informaba de la petición que el Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana hacía a las diferentes administraciones públicas, con el objetivo de que se pusieran manos a la obra para frenar la contaminación acústica que sufren algunos barrios valencianos. A lo largo de 2017, han sido 804 las quejas que se han tramitado por ruidos procedentes de terrazas, botellones o tráfico de vehículos, entre otros.
Y es que la publicación del mapa de ruido de 2017 dejó patente que, a pesar de que nuestra ciudad ha reducido considerablemente los ruidos nocivos, también es cierto que distritos como Extramurs o l'Eixample, siguen sufriendo problemas que inciden en la contaminación ambiental. Un hecho que supone “enfrentamientos” y malestar entre los vecinos del barrio.
Este mismo problema es el que viene padeciendo los vecinos del barrio del Carmen, una de las zonas de ocio por excelencia de nuestra ciudad. Cada día, y más especialmente los fines de semana, los vecinos se ven en la obligación de soportar botellones hasta altas horas o despedidas de soltero/a, acompañadas de las famosas charangas. Una ruidosa actividad que podría llegar a su fin en Ciutat Vella.
La asociación de vecinos del barrio ha solicitado al Ayuntamiento de Valencia que se prohíban este tipo de actividades. Y es que tal y como informan los vecinos, las charangas pueden estar dando vueltas por la zona entre tres y cuatro horas, lo que impide el descanso de los residentes. Ante esta situación, que se está convirtiendo en algo insostenible, desde el Consistorio se está planteando la posibilidad de prohibirlas en el Centro de Valencia, igual que ya se ha hecho en otras ciudades como Zaragoza, Gandía o Benicàssim.