La propuesta educativa, que se centra en la concienciación del alumnado y la generación de hábitos eficientes, ha conseguido en esta primera edición un ahorro energético de más de 24.000 euros y de 40 toneladas de emisiones de CO2. El alcalde de València, Joan Ribó, acompañado del concejal de Energías Renovables y Cambio Climático, Roberto Jaramillo; la concejala de Educación, Maria Oliver; y el concejal de Gobierno Interior, Sergi Campillo, ha participado hoy en el acto de entrega de los resultados del Proyecto Educativo 50/50 València Cambia por el Clima, sobre hábitos de ahorro y eficiencia energética en colegios públicos de València, promovido desde la Unión Europea. «Esta primera edición permite que la mitad del ahorro, revierta en inversiones en las escuelas y a iniciativas de mejora de la eficiencia energética», ha comunicado el edil.
Este proyecto ha servido de experiencia piloto para mejorar y reducir el consumo de agua y electricidad en 5 escuelas públicas de la ciudad mediante un cambio de hábitos, en el que entre los centros que han participado se ha conseguido ahorrar un 18,07%. Los colegios que han trabajado en este proyecto han sido el colegio Lluís Vives, Lopez Rosat, Santiago Calatrava, Sant Isidre y Cervantes. Ribó ha explicado que estas medidas ayudan a «reducir los gases del efecto invernadero y mejorar el rendimiento, es una forma eficaz de trabajar por nuestro futuro, por cuidar y conservar lo que tenemos», también se ha dirigido a los cinco colegios para comunicarles que han conseguido «excelentes resultados».
Por otra parte, Jaramillo ha calificado los resultados de «impresionantes» y ha comunicado que «el año que viene se ampliará el número de colegios a 10, ya que es necesaria la educación ambiental».
El Ayuntamiento devolverá a cada una de las escuelas el ahorro generado: el 50% en beneficios económicos para invertir en las necesidades de la escuela, y el otro 50% deberá ir destinado a reinvertir en nuevas acciones que representen más ahorro. Es por eso, que la filosofía de este proyecto es establecer un beneficio directo para el colectivo de personas que hacen un uso de una instalación y que en muchas ocasiones no perciben los costes asociados al consumo de energía ni son beneficiarios de los posibles ahorros. Asimismo, es una herramienta para motivar el cambio de hábitos y modificar la percepción de la energía como una cuestión lejana.
Para finalizar el acto, los niños y niñas representantes de cada colegio han explicado qué medidas han tomado y cómo las han llevado a cabo. Algunas de ellas han sido apuntar cada mes los resultados, apagar las luces que no eran necesarias, etc.
En cuanto a los resultados conseguidos en cada centro: el colegio Santiago Calatrava contaba con un importe de partida de más de 42.000 y ha conseguido un ahorro de 6.000 euros; el colegio López Rosat contaba con más de 26.000 euros y ha conseguido un ahorro de más de 8.700 euros; Lluis Vives contaba con 15.600 euros y ha conseguido ahorrar más de 1.400 euros; el colegio de Sant Isidre empezó con más de 15.200 euros y ha ahorrado más de 5.500 euros y, por último, el colegio Cervantes tenía un importe de partida de 34.200 euros y ha conseguido ahorrar más de 2.200 euros.