València cuenta en la actualidad con 156 kilómetros de carril bici. El cambio de gobierno en el año 2015 trajo al Ayuntamiento de la capital la férrea voluntad de cambiar el modelo de ciudad: menos coches, mejor transporte público y más facilidades para la bicicleta. Esas fueron las premisas bajo las que Giuseppe Grezzi, concejal de Movilidad Sostenible, se propuso hacer de València una ciudad totalmente nueva para el transporte.
Desde el año 2015, se han abierto incansablemente nuevos tramos de Anillo Ciclista para unir los distintos barrios de la ciudad, algunos de ellos fruto de la demanda popular a través de los presupuestos participativos y consultas ciudadanas. Todavía en la actualidad, cinco años después, se siguen construyendo, adaptando y remodelando nuevas vías para bicicletas. Las últimas en incorporarse a este modelo han sido la Avenida Primat Reig, con la inauguración de 2.400 nuevos metros de carril, y la Avenida del Puerto.
El Anillo Ciclista acumula el reconocimiento local, nacional e internacional
Según la Agencia Municipal de la Bicicleta, València es una de las ciudades españolas donde más se utiliza este medio de transporte. De hecho, en junio de 2019 se registró el paso de 6.000 bicis diarias por los puntos de mayor presencia ciclista, lo que supuso un incremento del 60% con respecto al mismo periodo del año anterior.Del mismo modo, en el año 2018, los ciudadanos de València votaron el carril bici y Valenbisi como los dos mejores servicios públicos ofertados en la ciudad. Además, el 50% de los encuestados consideraron que había mejorado notablemente de un año a otro, gracias a la adaptación y apertura de nuevos tramos.
En cuanto a reconocimientos oficiales, el Anell tampoco se queda corto: en el año 2017 se llevó el Primer Premio de la Semana Europea de la Movilidad, otorgado por la Generalitat Valenciana; el Tercer Premio de la Semana de la Movilidad Española, concedido por el Ministerio de Agricultura y Presca, Alimentación y Medio Ambiente, y el XV Premio Ciudad Sostenible otorgado por la Fundación Fórum Ambiental.
Más recientemente, en el año 2019, el carril bici valenciano también recibió el premio Bikefriendly a la mejor infraestructura ciclista del ámbito nacional. Este galardón reconoció especialmente la mejora de la red realizada entre los años 2017 y 2018, y desbancó a los proyectos de otras ciudades como Barcelona y Palma de Mallorca.
Finalmente, Europa también ha fijado su mirada en el Anillo Ciclista valenciano. Y es que, en el año 2018, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) invirtió un total de 1,4 millones de euros en ocho proyectos valencianos relacionados con la movilidad sostenible.
El último halago para el carril bici ha venido de la mano de la profesora Nacima Baron, de la Universidad de París, quien recientemente ha publicado un estudio que relaciona el Anell Ciclista valenciano con el cambio social y político vivido en la ciudad: “el caso valenciano ayuda a comprender cómo las movilidades pueden ser usadas como un instrumento para la transformación del espacio, de la sociedad y de los modelos políticos locales” reclama. De este modo, relaciona directamente la infraestructura ciclista con el empoderamiento local y la recuperación del espacio por parte de la ciudadanía.
La peatonalización, la otra gran pata del nuevo modelo de ciudad
Junto con el carril bici, otra de las grandes apuestas del gobierno del Rialto en materia de movilidad ha sido la peatonalización del centro de la ciudad. Uno de los proyectos más avanzados es el de la Plaza del la Reina, que ya tiene las obras licitadas: se recuperarán 10.000 metros cuadrados para el uso ciudadano, desaparecerán las paradas de autobús que ahora congestionan el tráfico, y se quitarán los accesos al parking desde la plaza para ubicarlos en las calles colindantes.Del mismo modo, el triángulo que une la Lonja, la Plaza de la Reina y la Plaza del Ayuntamiento también quedará cerrado al tráfico. Uno de los proyectos más ambiciosos es, sin duda alguna, el de la propia Plaza del Ayuntamiento, que a partir del 20 de marzo ya empezará a experimentar con la peatonalización blanda: se pondrán bolardos y macetas para impedir el paso de vehículos. Sin embargo, en el largo plazo, se prevé una remodelación total, que supondrá el cambio del asfalto por suelo nuevo y la instalación de nuevo mobiliario para actividades ciudadanas.