La cuenca mediterránea es una de las zonas que más va a sentir –y, de hecho, ya siente–, las consecuencias del calentamiento global. Para paliar los efectos del cambio climático parece coherente contar con la colaboración entre las administraciones públicas, el sector de las empresas e instituciones privadas y la ciudadanía en su conjunto.
La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI), la administración que suministra agua potable a 1,6 millones de personas que viven la ciudad de València y en su área metropolitana, ha fijado una hoja de ruta basada en dos líneas de trabajo: cuidar al máximo el agua como un recurso escaso y limitado y reducir su huella de carbono.
Así lo explicó su presidenta, Elisa Valía, en el desayuno informativo organizado por el diario València Extra y À Punt, con la colaboración de la EMSHI, bajo el lema ‘Ser neutro en carbono: la vía para la sostenibilidad’, y donde también participaron Victoria Rosselló, doctora en Física y jefa del departamento de Meteorología de À Punt; y Carmen Hernández, investigadora del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA).
Además, con el objetivo de ser neutros en carbono, esta entidad también está invirtiendo en energías limpias y apuesta por la economía circular en los procesos a los que se somete el agua para que sea apta para el consumo humano y transportarla hasta el punto de entrega de los 48 municipios que forman esta administración, tal y como ha explicado la presidenta.
Durante su intervención, Valía se ha detenido en “la importancia de que las administraciones públicas sean un ejemplo a la hora de utilizar sistemas que contribuyan a la descarbonización”. "Estamos pidiendo a empresas y a la ciudadanía que cambie su modelo productivo o la manera de consumir para contribuir a la neutralidad de carbono, por lo que desde la administración tenemos que dar ejemplo”, ha concluido.