La lucha de la turistificación es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la ciudad de Valencia. Y es que en los últimos años, la proyección de la capital del Turia como una de las mejores ciudades del mundo para vivir ha hecho que, cada vez, más personas se interesan por visitar nuestra ciudad. Un escenario aparentemente beneficioso, pero que ya está afectando a distintos barrios de la ciudad. El distrito de Ciutat Vella fue uno de los primeros en dar la voz de alarma ante la oleada de apartamentos turísticos que fueron inundando los barrios del centro de la ciudad y que provocaron una importante subida en los precios del alquiler y, como consecuencia, la expulsión de los vecinos “de toda la vida”.
Una situación que se ha ido extendiendo a otras zonas de Valencia. En esta ocasión, el distrito de La Saïdia también ha querido mostrar su rechazo a la turistificación y gentrificación que está sufriendo el barrio convocando distintas protestas y actos reivindicativos a lo largo de este mes de febrero. Y es que como explican, este fenómeno no solo está expulsando a los residentes, sino que ha supuesto un incremento en el precio de los alquileres y de las viviendas en venta.
Para, precisamente, exigir un control sobre este fenómeno, distintas asociaciones y entidades vecinales de La Saïdia han convocado para el próximo 24 de febrero una manifestación. Eso sí, antes de la fecha, concretamente este sábado, día 10 de febrero, han organizado un concierto en la Protectora con el objetivo de recaudar fondos y visibilizar la manifestación del 24 de febrero.

València instalará sensores en la ciudad para evitar aglomeraciones
Desde el Ayuntamiento de Valencia ya se está trabajando en ordenar y planificar el turismo haciendo uso de la última tecnología. En este sentido, y como explicaba la concejala de Turismo e Innovación, Paula Llobet, se instalarán sensores en la ciudad para crear mapas de calor y evitar aglomeraciones en las zonas turísticas.
Estos mapas de calor utilizarán una gama de colores que irán desde los más cálidos – rojo, naranja y amarillo – para señalar las zonas de la ciudad más saturadas; hasta los más fríos – azul y verde – para señalar las zonas de menor tránsito. Con esta iniciativa, señalaba Llobet, “queremos monitorizar los movimientos de los turistas para recopilar la información en tiempo real y señalar qué zonas están más congestionadas para evitar acudir en esos momentos”.
En definitiva, una herramienta que facilitará la convivencia entre los turistas, los residentes, el tráfico rodado y los servicios de transporte público.