El Ayuntamiento de València ha propuesto para el año 2024 una revolución tributaria y una modificación de las ordenanzas fiscales que permitirán rebajar algunos impuestos municipales. En ese sentido, el consistorio ha diseñado una bajada del 20 % del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el aumento de las bonificaciones para familias numerosas; además de la reducción de la tasa de alcantarillado y el impuesto de circulación (un 8,5 % menos en el último caso); así como la bonificación del 95 % del impuesto de la plusvalía.
Una reducción de impuestos que busca implantar de cara a 2024 el equipo municipal liderado por la alcaldesa María José Catalá y que supondrá un ahorro de entre "60 y 70 millones de euros" a quienes residen en la capital valenciana. Así lo explicó la edil de Hacienda, María José Ferrer San Segundo, durante la rueda de prensa del pasado viernes en la que expuso esta bajada de impuestos.
Sin embargo, la pregunta que surge tras el anuncio de la titular de Hacienda es si la merma de ingresos que recibirán las arcas municipales en concepto de ingresos por el pago de impuestos se traducirá en menos inversiones y servicios públicos para la ciudadanía.
Se trata de una cuestión que Ferrer San Segundo quiso responder para aclarar que esta "estaría resuelta en los presupuestos municipales del año 2024". Unas cuentas que se debatirán en el pleno del mes de noviembre, por lo que la concejala no quiso avanzar cómo se compensaría ese descenso de ingresos.
"La reducción de los ingresos de impuestos no va a tener ninguna merma en los servicios públicos y prestaciones municipales y vamos a seguir trabajando en optimizar los recursos", declaró. Además, la edil aseguró que habría "una compensación para que el capítulo de ingresos no baje en los próximos presupuestos".
"No está previsto rebajar en inversiones y cubrir esa bajada de los ingresos por impuestos en recortes a la población", finalizó María José Ferrer San Segundo.
Una modificación fiscal que necesita el apoyo de más partidos
Esta medida fiscal ya ha sido aprobada en la Junta de Gobierno Local del viernes 13 de octubre y será debatida el próximo miércoles en la comisión de Hacienda que se reunirá en la sede consistorial y en la que estarán todos los grupos políticos con representación en el hemiciclo.
En esa comisión, se hablará sobre esta propuesta del equipo de Catalá aunque la aprobación definitiva deberá darse en el pleno municipal que se celebrará el próximo 24 de octubre. Así, esta modificación de las ordenanzas fiscales presentada por el Partido Popular deberá recibir el apoyo de al menos una formación política más para salir adelante; por lo que se prevé que el PP busque el respaldo de Vox, su socio preferente, para que el hemiciclo dé luz verde a este paquete de bajada de impuestos.
Es por ello que Ferrer San Segundo aprovechó para pedir al resto de partidos que "apoyen sin prejuicios ideológicos esta medida si les parece razonable". "Miren por la coherencia, por ayudar a las familias y no por ideología o cuestiones estratégicas que no tienen nada que ver con lo que se trata", apuntó la concejala.