Alejandro Ramón pone el ejemplo de València en la cumbre del clima

El regidor d’Emergència Climàtica i Transició Energètica ha destacat mig centenar d’actuacions impulsades a la nostra ciutat.

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Coincidiendo con la conclusión de la Cumbre del Clima (COP25) celebrada en Madrid, el concejal de Emergencia Climática y Transición Energética del Ayuntamiento de València, Alejandro Ramon, ha hecho un “balance agridulce por la carencia de acuerdos internacionales firmes para combatir la crisis climática con actuaciones concretas pero, a la vez, por el sentimiento de orgullo por el trabajo contundente que estamos desarrollando en València, situando nuestra ciudad como referente en esa lucha por el futuro de nuestro planeta”.

En este sentido, el edil responsable de las políticas contra la emergencia climática en el consistorio ha puesto en valor los diversos planes que desde el mandato anterior se han aprobado e impulsado en València, como el de Adaptación al Cambio Climático, el de Acción por el Clima y la Energía Sostenible, el Territorial de Emergencias de València o los de Actuación Municipal ante el riesgo de inundaciones y de incendios forestales. Todo, con medidas concretas que han llevado a València a ser Capital Mundial de la Alimentación Saludable y Sostenible en 2017 o a ser incluida con el proyecto Tomorrow entre las ciudades europeas líderes en la lucha contra el cambio climático y en el impulso de iniciativas de carácter disruptivo con que también se define la hoja de ruta climática de nuestra ciudad hacia la neutralidad en carbono. “El papel de los municipios, las medidas desde el ámbito local, son cada vez más importantes, sobre todo dada la carencia de compromiso de las grandes potencias económicas mundiales para hacer frente de forma inmediata y real a la emergencia que ya nos afecta”, ha lamentado Alejandro Ramon.

Desde el Ayuntamiento de València las iniciativas para combatir la emergencia climática han sido transversales, desde las impulsadas por la propia Concejalía de Emergencia Climática y Transición Energética hasta las articuladas por servicios municipales como los de Agricultura y Huerta, Jardinería Sostenible, Servicios Centrales Técnicos, Innovación, Devesa-Albufera, Policía, Protección Civil o Sanidad o por la Fundación Observatorio del Cambio Climático. “La transversalidad es la que demuestra el compromiso firme que desde el primer minuto los gobiernos de Joan Ribó han tenido con esta materia y con otras, como por ejemplo la de igualdad, y esto nos hace sentir orgullosos por el camino comenzado y alentados a continuarlo con determinación para garantizar los derechos de las generaciones futuras”, ha destacado Ramon.

INICIATIVAS CONTRA LA EMERGENCIA CLIMÁTICA

El concejal ha enumerado diversas de las iniciativas que se han impulsado en València entre el mandato anterior y el actual, como las medidas de rehabilitación en el parque de viviendas municipales –con el desarrollo de la certificación energética este año de unas primeras 194 viviendas-, la promoción del autoconsumo en edificios públicos –con la puesta en marcha de varias instalaciones como las del edificio Punt de Ganxo, el Casal Joven, los de los servicios de Cementerios y Juventud, Tabacalera, la guardería infantil o el Centro Municipal de Actividades para Personas Mayores de Benicalap, el edificio Naturia en el jardín del Turia, los centros de mayores de Nou Moles y Patraix y el cementerio del Grau-, la revisión de la normativa municipal para promover la eficiencia energética y el autoconsumo o los cursos de formación en materia de energía para 230 empleadas y empleados municipales.

En paralelo, iniciativas como la puesta en marcha de la Oficina de la Energía ha permitido promover el autoconsumo en edificios privados –con asesoramiento a particulares, comunidades de propietarios y propietarias o centros educativos, entre otros, y con resultados que alcanzan una media de casi un 25 por ciento de ahorro en las facturas domésticas para la gente que se ha informado en la Oficina- y también ha sensibilizado y concienciado sobre los beneficios de las mejoras energéticas. También se ha propiciado el acompañamiento de los servicios sociales frente a la pobreza energética con un grupo de trabajo y se ha incrementado el uso de energías renovables con la ordenación y favoreciendo las instalaciones de generación compartida en comunidades de propietarios y propietarias. “Son iniciativas con un impacto constatable y de las que se benefician directamente los vecinos y las vecinas de nuestra ciudad”, ha puesto en valor el concejal.

València también cuenta con un programa de gestión del uso de la energía para optimizar costes, nuevas zonas de sombra con instalaciones fotovoltaicas que se ampliarán en los próximos meses y un Observatorio Valenciano del Cambio Climático que sensibiliza y conciencia sobre los riesgos vinculados al cambio climático. Además, se han lanzado convocatorias de ideas para movilizar la sociedad identificando nuevos modelos de negocio innovadores relacionados con la adaptación al cambio climático, se han fomentado barrios experimentales y proyectos piloto para probar soluciones innovadoras a partir de la participación en proyectos europeos del H2020 –como el MatchUp o el GrowGreen-, se ha planteado la implantación de sistemas urbanos de drenaje sostenible y el desarrollo de espacios públicos amigables –como el Parque Central o el derivado del GrowGreen en Benicalap-, se han desarrollado tareas para conservar la línea de dunas en las playas del sur y se ha revisado la normativa municipal –tanto de producción como de comercialización y consumo- para fomentar e introducir criterios ambientales.El protagonismo de la huerta de València también ha sido claro en el diseño de las medidas impulsadas, como por ejemplo la de implicar a la ciudadanía en la preservación de la huerta como estructura adaptativa ante el cambio climático, la ampliación de zonas reservadas y protegidas para el uso agrario en el Plan General de Ordenación Urbana y la reversión de la calificación de suelo urbanizable a no urbanizable en determinados terrenos utilizados como agrícolas o abandonados, la protección de enclaves de huerta periurbana, el fomento de los huertos urbanos y la promoción del consumo local de los productos de proximidad.

Los códigos de buenas prácticas han permitido avanzar a muchos servicios municipales por la senda de la lucha contra la emergencia climática y la transición energética. Por ejemplo, desde Servicios Sociales se ha facilitado información y sensibilización en la materia a las personas que atienden, como a personas que reciben el servicio de ayuda a domicilio –para que ahorren energía, reduzcan consumos, reciclen y reutilicen-. También los proyectos de centro de la Universidad Popular se han centrado en sostenibilidad, cambio climático, medio ambiente, huerta y huertos urbanos en Pinedo, Benimaclet, Sant Marcel·lí, Pobles del Nord, Pinedo, Nou Moles, Aiora y Na Rovella.

En el área de Ecología Urbana, la construcción de huertos urbanos o la implementación de la recogida de materia orgánica en nuestra ciudad han sido medidas complementadas por otras como la consolidación de un voluntariado medioambiental en la Devesa de la Albufera, la sustitución paulatina de vehículos contaminantes de recogida de residuos por otros más eficientes energéticamente y con menor impacto sobre el medio ambiente y el fomento de la biodiversidad urbana en parques y jardines.

También han sido especialmente importantes en València las medidas relacionadas con el nuevo modelo de movilidad sostenible, como el impulso de la red de carriles bicis –con una ampliación de 33 km-, la pacificación del tráfico motorizado –con más del 64 % de las calles de la ciudad con una velocidad máxima de 30 km/h-, la mejora del servicio de autobuses municipales con 184 nuevos vehículos –mayoritariamente híbridos-, la conversión para peatones de varios enclaves de la ciudad y la reducción del tráfico motorizado.

Además, en ámbitos como el de la cultura festiva se ha apostado por la sustitución progresiva de los vasos de plástico de usar y tirar por otros compostables, reciclables o reutilizables -que serán obligatorios a las Fallas de 2020-, se ha incentivado el uso de materiales orgánicos en las fallas municipales y se quiere extender su uso al resto de fallas, se han hecho campañas periódicas a favor del reciclaje y de hábitos sostenibles, se ha propiciado una ornamentación navideña de bajo consumo energético y se han aprovechado celebraciones destinadas al público infantil –como Expojove- para realizar trabajos de sensibilización contra el cambio climático.

También desde áreas como Sanidad, Policía Local o Protección Civil se han impulsado medidas en la misma línea, como la nueva ordenanza para el control periódico de plagas, la elaboración de estudios de correlación entre episodios meteorológicos y la proliferación de plagas, el fomento del biocontrol de las plagas de mosquitos, el desarrollo de protocolos de comunicación y coordinación ante olas de calor o el desarrollo de estudios para identificar puntos de riesgo de inundación.

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