Washrocks, la colada a domicilio

L'app propone externalizar el lavado de la ropa.

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Al salir de casa de los padres por primera vez, uno empieza a comprender varias cosas: que la luz, el agua o el gas no son gratis, que llenar la nevera al 50% de su capacidad es un esfuerzo diario, y que la ropa sucia no va a aparecer perfectamente doblada y planchada en el armario como por arte de magia nunca más. Para este último problema, Washrocks pretender convertirse en la solución.

Desde hace unos cuantos años existe una tendencia incipiente a externalizar las tareas domésticas. Pedir comida a domicilio, por ejemplo, ya es una costumbre arraigada en todos los hogares españoles. Hacer la colada fuera de casa, en cambio, aún es visto con extrañeza por parte de la población.

La start-up con origen en Barcelona quiere ser la app que te haga olvidar el largo proceso de meter y sacar una lavadora, o planchar las camisas del trabajo. Su premisa es muy sencilla, tienes que disfrutar de tu tiempo, y sólo poniendo y quitando lavadoras pierdes unas 4 horas a la semana.

“El primer impacto y la diferencia que hace novedoso nuestro servicio es que somos los primeros que llegamos y cogemos algo de tu casa”, asegura Iván Hernández, CEO de Washrocks. “Una vez has realizado el pedido, el transportista llega a tu casa para recoger tu ropa, y te la devolvemos lista para guardar en el cajón. Las familias deben usar su tiempo para lo que realmente importa, no para lavar planchar y doblar la ropa”, continúa.

Para utilizar el servicio de Washrocks basta con descargar el app gratuito en cualquier dispositivo iOS o Android, y el pedido estará hecho en menos de un minuto. De 7 de la mañana a 11 de la noche durante los 365 días del año, el usuario puede escoger el servicio que se desea utilizar, la hora y dirección donde han de pasar a recogerlo, y lo tendrá listo en 24 horas.

Washrocks es un middleman business, actúa como intermediario entre usuarios, lavanderías y tintorerías con las que tiene acuerdos que le permiten ofrecer precios competitivos, y los transportistas que recogen y entregan la ropa en cada casa. Proporcionan un servicio que da valor no sólo a la rentabilidad económica, sino también  a la monetización y optimización del tiempo cualitativo de todo aquel que decide probar su app. El usuario que hace su pedido por primera vez en Washrocks puede  lavar gratis una bolsa de 5kg en lavandería, o una americana/dos camisas en tintorería.

Desde Enero, sus pedidos han crecido más del 36% cada mes, y 7 de cada 10 usuarios ha repetido. Su público objetivo mayoritario es cualquier tipo de estructura familiar de nivel económico medio-alto, y la edad media de sus clientes se sitúa entre los 25 y 45 años. El 55% de los usuarios son hombres, el 45% mujeres, y el gasto medio por pedido es de 30 euros.

Un modelo de empresa basado en el compromiso

Nacida en 2015, Washrocks es una start-up de jóvenes talentos -con  una media de edad de 27 años- que a día de hoy factura cerca de 20.000 euros mensuales. Cuenta con presencia en toda Barcelona y Madrid, crece un 25% cada mes, espera cerrar 2016 con una facturación total de unos 300.000 euros, y se gestiona con tan sólo 5 personas. Iván Hernández, Ignacio Espada, Oihane Claver, Cristina Viñals y Cristian Valle.

“Haciendo una buena repartición de tareas y trabajando de forma óptima no se necesitan más personas.  Es un modelo atractivo para los inversores porque tiene un coste fijo mínimo que cubre todas las áreas de trabajo. No dudaremos en contratar si es necesario, pero de momento está bien. Contamos con la ayuda de una persona en prácticas que se ocupa de los diseños, creación de banners, etc. El desarrollo de app lo realizan dos de los socios fundadores que no se ocupan de gestiones diarias, y en la oficina todos nos echamos una mano. Yo estoy a cargo, pero si tengo que coger una llamada de un cliente y solucionar su problema lo hago”, cuenta Iván Hernández.

El pasado Diciembre recibieron una inversión de 420.000 euros, y ahora están gestionando una nueva ronda de financiación de 500.000 euros a destinar en tres puntos principales: la adquisición de nuevos clientes para seguir creciendo de forma controlada, mejorar la app para incluir nuevas funcionalidades, y ampliar su presencia en nuevas ciudades.

“Por el servicio que ofrecemos y la disponibilidad horaria de Washrocks, el modelo de negocio sólo tiene sentido en grandes ciudades”, afirma Iván Hernández. Ante esta circunstancia, las miras de Washrocks se alejan de España.

La empresa apunta a Milán, Amsterdam, y París como puntos en los que planean estar asentados a corto-medio plazo. Para fijar estos objetivos en el mapa, han estudiado los barrios y habitantes de la ciudad, su renta per cápita, los tipos de estructuras familiares más predominantes, y el número de lavanderías y tintorerías por kilómetro cuadrado.

Hasta entonces, esperan seguir creciendo día a día de la mano de todas las personas que quieran olvidar cómo se utilizaba una lavadora.

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