La Comunitat Valenciana, pionera en fomentar viviendas con perspectiva de género: ¿Qué requisitos tendrán que cumplir?

La Conselleria ha elaborado una guía con recomendaciones para aplicar criterios de género en entornos domésticos

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Viviendas del parque público de la Generalitat
Viviendas del parque público de la Generalitat

La perspectiva de género llega también a las viviendas. La Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática ha lanzado la guía ‘Proyectar los espacios de la vida cotidiana. Criterios de género para el diseño y contratación pública de vivienda’, que pretende marcar las directrices para que las viviendas futuras, la construcción de estos “espacios domésticos”, incorporen la perspectiva de género. Pero, ¿en qué consiste? 

Con esta publicación, desde la Conselleria se pretende incentivar una “arquitectura feminista”, es decir, la construcción de espacios en los que se fomenta la corresponsabilidad en la conciliación familiar. Y es que como explicaba el conseller y vicepresidente tercero, Héctor Illueca, “los hogares actuales albergan una gran diversidad de actividades y gran parte del trabajo de cuidados continúa recayendo mayoritariamente sobre las mujeres”.

De esta manera, lo que se plantea es “cuestionar la neutralidad del entorno construido y estudiar cómo, en función de la forma en la que se estructuran los hogares, se siguen perpetuando las desigualdades o, por el contrario, se potencia la corresponsabilidad en las tareas relacionadas con los cuidados”. 

Desde hace décadas, existen estudios orientados a reivindicar la importancia de abordar la perspectiva de género en los entornos domésticos. Pues bien, la Comunitat Valenciana se ha convertido en una de las comunidades autónomas pioneras, junto con Euskadi, en trabajar sobre esta problemática con el objetivo de aportar soluciones tanto para el sector público en materia de vivienda, como para el sector privado.

En esta guía, elaborada por la directora de la Cátedra Unesco de Género de la Politécnica de Madrid, Inés Sánchez de Madariaga, y la profesora de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de la Politécnica de València, Inés Novella, se marcan una serie de recomendaciones como dotar de mayor superficie a los espacios asociados a los cuidados o replantear las relaciones espaciales para evitar la jerarquización, entre otros.

¿Cómo sería una vivienda feminista?

De acuerdo con las recomendaciones, y tal y como avanza El Mundo, una vivienda con perspectiva de género debería tener dormitorios con una superficie mínima de entre 10-12 metros cuadrados y ser todos similares para evitar jerarquías. Asimismo, se recomienda que los baños no estén integrados dentro de los dormitorios e, incluso, aislar el inodoro del resto del aseo para que este pueda seguir siendo utilizado al mismo tiempo por más de una persona.

Además, la cocina no se debería contemplar como un espacio aislado, sino que se recomienda que se conecte espacial o visualmente con el comedor, con el objetivo de permitir la interrelación. En este punto, señalan que se debería diseñar con el espacio suficiente para que pueda ser utilizada simultáneamente por más de una persona. 

Y en cuanto a la colada, la arquitectura feminista contempla que las viviendas tengan un espacio de tres metros cuadrados, aproximadamente, para ubicar la lavadora, la tabla de planchar o la ropa sucia, evitando tendederos semiocultos o de difícil acceso.

A todas estas recomendaciones, se suma la importancia de construir viviendas con terrazas o balcones que permitan la práctica de alguna actividad, como comer, leer o jugar; así como espacios donde predomine la luz natural.

Finalmente, en materia de seguridad, se recomienda evitar rincones y apostar más por puertas acristaladas, comunicación entre viviendas con espacios comunitarios para crear redes de apoyo vecinal o garajes con lucernarios

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