Como cada año ha llegado el momento de hacer el cambio de hora para dejar atrás el horario de verano y entrar de lleno en el horario correspondiente a la etapa invernal. Un cambio que siempre se produce, tanto en España como en el resto de los países europeos, el último domingo del mes de octubre.
Así lo especifica la Directiva Europea del Cambio de Hora. Una norma que es de obligado cumplimiento y que se aplica en todos los países que pertenecen a la Unión Europea. Es por este motivo que será en la noche del sábado 29 de octubre y el domingo día 30 cuando los relojes deban retrasarse una hora.
De esta manera, a las 3 de la mañana de este sábado finalizará el horario de verano y los relojes deberán marcar de nuevo las 2 de la mañana. Por esta razón, esa noche dormiremos una hora más. Además, otra de las novedades que trae el cambio de hora es que a partir del momento amanecerá más pronto, pero también se hará de noche antes.
¿Por qué se retrasan los relojes una hora?
Uno de los principales argumentos por los que el cambio de hora se produce todos los años el último domingo de cada mes de octubre es el ahorro energético. Así, el motivo es que la aplicación de esta medida permite que se aprovechen mejor las fuentes de energía y que se pueda ahorrar en la factura.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), el potencial de ahorro en iluminación podría alcanzar en torno a 300 millones de euros, el equivalente al 5 % del total. De esa cantidad, 90 millones corresponde al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar y 210 millones restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Debate sobre la continuidad del cambio de hora
Aun así, el cambio de hora ha ido ganando desde hace años cada vez más detractores y según un informe de 2019 de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, no hay absoluta certeza que retrasar una hora los relojes tenga un claro impacto positivo sobre el ahorro de energía.
Por ello, varios países europeos abrieron el debate en 2018 para plantear la posibilidad de eliminar el cambio de hora que se realiza cada año. Precisamente, a propuesta de Finlandia, la Eurocámara votó sobre la posibilidad de terminar con el cambio de hora. A pesar de recibir 384 votos en contra y tan solo 153 a favor, el Parlamento Europeo se comprometió a estudiar la viabilidad del cambio de hora.
Tras una consulta pública en la que participaron cuatro millones de personas, el 80 % de estas veía con buenos ojos que no hubiean más cambios de hora. Y la Comisión Europea aprobó que cada país pudiera elegir si quiería seguir con el cambio de horario u optar por elegir uno de los dos (el de invierno o el de verano).
Mientras que países como Portugal ya han escogido seguir con el cambio de hora estacional, en España el debate sigue abierto. De hecho, el comité de expertos del Gobierno para decidir si España se queda con el horario de invierno o con el de verano no se puso de acuerdo y ahora mismo está todo en el aire a la espera de que Europa retome el tema.