La situación de los humedales españoles, como Doñana o l'Albufera de València, se encuentra estas últimas semanas en el punto de mira tanto a nivel político como a nivel social. Y es que la, para algunas voces críticas, controvertida ley que quiere impulsar la Junta de Andalucía, gobernada por el Partido Popular y Vox en coalición, ha puesto sobre la mesa en qué estado se encuentran las zonas húmedas de nuestro país y qué se puede hacer y qué no para conservarlas y asegurar su supervivencia.
En ese sentido, la ley del gobierno andaluz pretende convertir en suelos de regadío cientos de hectáreas de cultivos de fresas en la Corona Norte de Doñana y usar esas aguas para regar los campos de cultivo. Aún así, esta ley se ha topado con la negativa de la Comisión Europea que afirma que perjudicará este entorno natural; y también con el 'no' del gobierno central, ya que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha advertido a la Junta que si sigue adelante este proyecto legislativo lo llevará al Tribunal Constitucional.
Precisamente, la contrariedad de la administración central y también la europea coinciden con el criterio de los expertos que afirman que Doñana es un acuífero sobreexplotado ya desde 2020 y con esta nueva ley aumentaría la presión sobre este humedal que correría el riesgo de secarse y finalmente desaparecer. En contraposición con la delicada situación en la que se encuentra el futuro del Parque Natural de Doñana, se encuentra el de l'Albufera de València donde las administraciones públicas valencianas han llevado a cabo en los últimos años diversas acciones para asegurar su continuidad en el tiempo.
Caudal ecológico y renaturalización de l'Albufera
Una de las iniciativas que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de València, propietario de l'Albufera, ha sido el establecimiento de un caudal ecológico para asegurar la suficiencia de agua en este entorno natural y evitar su desaparición. Así, fue en abril de 2022 cuando la Generalitat Valencia junto con el consistorio municipal y la Confederación Hidrográfica del Júcar alcanzaron un acuerdo para que esta zona tuviera, por primera vez, una aportación hídrica anual suplementaria de 60 hectómetros cúbicos.
Así, este zona húmeda recibirá cada año agua procedente del río Túria, el embalse de Tous o la Acequia Real del Júcar con el objetivo de mantener constantes los niveles de agua de este lago. Joan Ribó, alcalde de la ciudad, aseguró el pasado viernes durante el Fórum Europa Tribuna Mediterránea, que gracias a la política medioambiental que se está llevando a cabo en l'Albufera se ha convertido en la "joya" de València cuyas aguas son cada vez más transparentes gracias al caudal ecológico.
Fue en ese mismo encuentro donde Ribó anunció que el consistorio adquiriría los denominados 'tancats' (zonas de arrozal que se han delimitado del lago para cultivar el arroz) para renaturalizarlos y aumentar las zonas preservadas de protección a la flora y la fauna de este paraje natural valenciano. De esta manera, el Ayuntamiento pretende incrementar la biodiversidad en esta área de la ciudad y preservarla.
Vuelta de los flamencos a l'Albufera
En ese mismo foro, Joan Ribó mostró su disconformidad con la nueva ley que prevé ampliar las zonas de riego en Doñana. "Mientras otros desecan sus humedales, nosotros potenciamos los nuestros, porque sabemos que es un elemento fundamental", afirmó el primer edil. En ese contexto, Ribó atribuyó la crisis hídrica de Doñana a la llegada de nuevos ejemplares de flamencos al humedal valenciano. "Hasta los flamencos están emigrando de Doñana a l'Albufera", confirmó.
De hecho, uno de los objetivos de la reconversión de los 'tancats' será "buscarles un lugar" a los flamencos y aumentar la protección sobre este entorno. "Un hotel de cinco estrellas para las aves", así describió Ribó a l'Albufera, por su alta calidad del aire y del agua y un lugar donde, por primera vez en años, ha sido posible la cría de flamencos debido "seguramente", destaca Ribó, a su "emigración desde Doñana".