El parque metropolitano antiinundaciones de València da un paso adelante con la confirmación de dos medidas que marcarán su diseño final: la creación de espacios climáticos para mitigar los efectos de las olas de calor y la implantación de un sistema de monitoraje ambiental continuo.
El anuncio lo realizó este martes el conseller de Medi Ambient, Vicente Martínez Mus, tras visitar el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), organismo que asesorará de manera directa en la puesta en marcha de estas mejoras. Según explicó, el objetivo es que la gran infraestructura verde no solo actúe como defensa frente a futuras riadas, sino que también se convierta en un espacio de bienestar y salud para la ciudadanía.
Con estas dos novedades, el proyecto antidana da un salto cualitativo y se adapta a los retos del cambio climático, integrando soluciones que van más allá de la gestión hidráulica y que sitúan el confort ciudadano en el centro de la planificación.
Espacios climáticos en València: refugios frente al calor extremo
La primera novedad confirmada son los espacios climáticos, áreas diseñadas para ofrecer protección en episodios de calor cada vez más frecuentes. Estos refugios contarán con zonas de sombra, vegetación densa y adaptada, fuentes de agua potable, bancos y áreas accesibles para el descanso o el ocio familiar.
El conseller recalcó que estos espacios estarán pensados para seguir practicando deporte o actividades al aire libre incluso en condiciones de calor extremo. “No se trata solo de prevenir inundaciones, sino también de construir entornos habitables los 365 días del año”, explicó.
Con esta medida, el parque metropolitano antidana refuerza su papel de infraestructura climática. Ya no será únicamente un escudo frente a las riadas, sino también un lugar que protege frente a otra gran amenaza: las olas de calor. Una apuesta que conecta con la creciente necesidad de diseñar ciudades resilientes capaces de hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos.
Monitoraje ambiental en tiempo real en el parque antidana
La segunda novedad confirmada es la implantación de un sistema de monitoraje ambiental continuo, gestionado con el apoyo del CEAM. Este mecanismo permitirá medir en tiempo real parámetros como la temperatura, la humedad o la calidad del aire en distintos puntos de los corredores verdes.
El objetivo es doble: anticipar episodios de riesgo y contar con datos científicos que sirvan para mejorar la gestión del territorio y diseñar nuevas políticas públicas de adaptación climática. Además, el monitoraje reforzará la función hidráulica del parque, ya que facilitará prever impactos sobre el suelo, la vegetación y el caudal del agua en episodios de lluvias torrenciales.
Martínez Mus subrayó que esta colaboración científica abre “una oportunidad para consolidar un modelo de regeneración territorial basado en la ciencia, la sensibilidad ambiental y la calidad de vida metropolitana”.
Parque metropolitano antiinundaciones de València: un proyecto ya en marcha en l’Horta Sud
Las novedades anunciadas se integran en un proyecto que ya estaba en marcha desde julio, cuando el president Carlos Mazón presentó las líneas maestras del parque metropolitano antiinundaciones de València, también conocido como parque antidana.
La infraestructura tendrá 35 kilómetros de corredores verdes, regenerará 1.500 hectáreas y contará con una inversión de 150 millones de euros. Conectará el Parque Natural del Turia y l’Albufera, atravesando municipios de l’Horta Sud como Catarroja, Massanassa, Sedaví, Paiporta o Picanya. Además de su función hidráulica, integrará ciclovías, áreas deportivas, espacios de ocio y, previsiblemente, un memorial en recuerdo de las víctimas de la riada de 2024.
Lo que cambia ahora es el enfoque: los espacios climáticos y el monitoraje ambiental añaden una dimensión de bienestar ciudadano y de adaptación climática que hasta ahora no estaba en primer plano.
Con estas dos mejoras, el parque metropolitano antiinundaciones de València se consolida como una respuesta integral a los desafíos del siglo XXI. Ya no se trata solo de prevenir nuevas danas, sino de crear un territorio capaz de resistir y adaptarse a fenómenos climáticos cada vez más extremos.
El conseller Martínez Mus lo resumió en una frase: “Estamos construyendo una metrópoli resiliente, biosaludable y cohesionada”. Una idea que refleja bien la nueva etapa que se abre para València y su área metropolitana, donde la naturaleza y la innovación se combinan al servicio del bienestar colectivo.