Potenciar la Comunitat Valenciana Rural para frenar la "desertificación humana"

La despoblació rural és un problema que afecta gran part de l'interior de la Comunitat, per al que el nou govern proposa solucions com estendre la fibra òptica

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La Comunidad Valenciana es una de las pocas que,  en las últimas revisiones del padrón, ha aumentado su población. Sin embargo, esta se concentra en grandes ciudades, como València o Alacant. La mayoría de la población se concentra a lo largo de la cosa valenciana, mientras que el interior lucha por su supervivencia, con 143 pueblos con menos de 500 habitantes, y cuya tendencia demográfica es, pese a la media de la Comunitat, perder población.

Castelló es la provincia más afectada. Toda la provincia tiene una densidad media -habitantes por kilómetro cuadrado- de 102. Dos veces menos que Alacant, con 300,7, pero aún mucho más alarmante comparada con València: 868,1 habitantes por Km². En total, 143 municipios fueron los primeros en entrar en un plan para lograr su supervivencia.

Desde el recién firmado Pacte del Botànic II, este es un problema que también se aborda. El mundo rural, como elemento regulador de la naturaleza y del cambio climático, aparece en el documento del nuevo ejecutivo por varias razones: desde la supervivencia cultural y económica de estas poblaciones, hasta su relación con el medio ambiente.

"Mejoraremos el transporte público en materia de horarios y frecuencias, así como nuevas rutas, que ayude a minimizar la despoblación rural y beneficie la cohesión rural", detalla el documento.

Si bien ya existe en marcha la agenda 'AVANT', de la cual nacen las ayudas antes mencionadas, estas son principalmente económicas. Desde el nuevo pacto propone desarrollar una nueva Estrategia Valenciana de Desarrollo Rural Sostenible, que incorpora "incentivos fiscales y económicos", con fondos específicos para promover el "desarrollo rural integral", mejorar las dotaciones ya planteadas e, incluso, aumentar la extensión de Internet con fibra óptica en todo el territorio.

"La despoblación debilita nuestro territorio", señala el ya President Ximo Puig durante su discurso de investidura. Asegura que la despoblación de "amplias zonas de la Comunitat" ha hecho "emerger nuevas formas de desigualdad". Vivir en zonas de baja densidad de población significa menor vida social, menos negocios pero, sobre todo, menos servicios públicos, desde centros de salud hasta bancos.

En Castelló, la provincia más afectada, un 80% de la población se concentra en 11 municipios, 10 de los cuales están en el litoral. El resto, 125, concentran sólo el 20% de la población; hay casos extremos como el de Castell de Cabres, con 19 habitantes y una densidad de 0,62.

Por ello desde el nuevo acuerdo señalan una "prioridad" impulsar la Agenda Valenciana contra la Despoblación porque, asegura Puig, esa concentración en unos entornos en detrimentos de otros es una dualización "que empobrece el conjunto": "Es nuestra responsabilidad frenar la desertificación humana".

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