Luisa Notario: la oposición "desconoce profundamente el funcionamiento de esta administración"

La nova Regidora de Gestió de Recursos va passar d'assessora a la primera línia política, lloc des del qual vol col·laborar en la "transformació" de la societat

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Lleva tres meses en la primera línea política, pero no es algo 'nuevo' para ella. Luisa Notario tomo posesión y se convirtió en Concejala del nuevo Govern del Rialto el pasado 15 de junio y, desde el 15 del mes siguiente, es la Coordinadora General de "Gestión de Recursos". Un área poco conocida, por la que transita la realidad de todo el Ayuntamiento de València y elementos tan notorios como el Pla Edificant.

La primera línea, confiesa, le gusta. Es desde ahí desde donde pueden aplicarse las "transformaciones sociales" para mejorar la sociedad. Lo estuvo en 2004, al frente de Lambda -Colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales- y ahora, desde el Ayuntamiento, espera hacer políticas transformadoras y aportar su visibilización como primera concejala lesbiana visible del ayuntamiento de València.

Todavía no han pasado los tradicionales 100 días pero, ¿Qué tal los primeros dos meses en el Rialto?

En realidad tuvimos la delegación de competencias desde el 15 de julio exactamente. En mi caso bien, porque parto con una ventaja importante. La pasada legislatura era asesora de Sergi Campillo en esta misma delegación, prácticamente con las mismas competencias, excepto Devesa-Albufera, y las mantengo.

Para mí ha sido un trabajo de continuidad desde otro lugar dentro de la concejalía. Evidentemente, ahora como concejala. Un trabajo de continuidad respecto a lo que ya hacíamos.

¿Cómo fue la semana de alcaldesa en funciones este agosto?

Esa semana, aparte de algún acto institucional en el que fui representando al Ayuntamiento como alcaldesa en funciones, era sobre todo cosas de firma y demás. Estar pendiente un poco, en general, de cualquier acontecimiento importante que pudiera ocurrir en la ciudad.

Es como estar de guardia.

Sí, exactamente. Es alcaldía de guardia. Pero como fue también la semana de agosto que estaba el puente del 15, fue bastante tranquila.

Aunque ‘pasan’ cosas mediáticas por tu área, la “Gestión de recursos” es un poco complicado de entender.

Ya imagino. Esta delegación podríamos decir que es la menos conocida, aunque también es cierto, me atrevo a decir, que puede que sea una de las más importantes. Es un área clave en el funcionamiento del ayuntamiento. Desde aquí, desde Gestión de Recursos, gestiono toda la parte, digamos, “interna” del Ayuntamiento. Mi hija dice que llevo el “Ministerio de Interior”.

Se lleva todo lo interno de la casa, desde personal a gestión de recursos humanos, contratación… Arquitectura y Servicios Municipales Técnicos, que incluye el mantenimiento de edificios municipales...

Es un área transversal.

Sí, es muy transversal. Totalmente transversal, de hecho.

Y entre todo, está también lo relativo al Pla Edificant, que aunque ha habido retrasos, avanza en València.

Sí. Como llevamos el mantenimiento y limpieza de los colegios, el Pla Edificant lo llevamos desde aquí.

El Pla Edificant es un decreto que se aplica en octubre de 2017 desde la Conselleria de Educación, porque en realidad las competencias de las inversiones en las infraestructuras de los colegios son de la Conselleria. Teniendo en cuenta la situación de abandono que han sufrido las infraestructuras educativas durante las dos décadas de gobierno del PP la Conselleria, con los medios personales que tiene, era imposible que en un período de cuatro a ocho años pudiera solucionar todas esas deficiencias en la Comunitat.

'El Pla Edificant se ha gestionado en un tiempo récord para una Administración'

Lo que hace la Conselleria con ese decreto es una delegación de competencias. Con eso consigue utilizar los recursos de los técnicos municipales para agilizar todas esas obras. Por un lado, están las obras de gran envergadura como rehabilitaciones integrales y construcción de nuevos centros. Por otro, las actuaciones más pequeñas de necesidades concretas de algunos centros, con intervenciones de unos 100.000 euros.

En el caso del Ayuntamiento de València, con Sergi Campillo, llegamos al acuerdo con la Conselleria. En primer lugar los técnicos de las dos administraciones hicieron una valoración de los entorno a 100 colegios, para establecer unas prioridades de actuación. Dentro de esas prioridades de actuación sale un paquete de nueve grandes obras, y otro de 12 ‘pequeñas’.

Evidentemente, estamos hablando de 21 obras. Poner eso en marcha implica hacer una memoria, redactar proyecto, redactar pliegos, sacar a licitación, adjudicar y ejecutar la obra.

¿Para el Ayuntamiento es también un gran volumen?

Sí. Una obra en una la administración pública no se pone en marcha de un día para otro. Hay un proceso marcado sobre todo por la Ley de Contratos, que implica un procedimiento administrativo. Y sobre todo, además, con el factor añadido de que al ser una competencia delegada, cada una de esas obras hay que hacer una tramitación “extra” con Conselleria, para delegar las competencias específicas de cada centro. Todo eso tiene que pasar por pleno, también la petición de delegación de competencias, mandar a Conselleria, cuando esta te acepta la delegación tiene que volver a pasar por el pleno… Quiero decir, hay un pleno al mes. Es un proceso muy largo.

Cualquier retraso creará un 'efecto dominó'.

Claro. En todos estos procesos tienes que contar con que sale a licitación, de repente tienes un recurso, una baja temeraria… Incidentes que son habituales en los procesos de licitación que acaban retrasando mucho más todo.

Lo que sí es cierto es que el Servicio de Arquitectura y Servicios Centrales Técnicos, que es quien a gestionado el Pla Edificant en València, ha conseguido en un tiempo récord, que ahora mismo se ejecuten esas 12 obras. Hay algunas que todavía no han empezado, pero lo harán en cuestión de días. Todo el proceso ya se ha hecho, de un decreto que se aprobó hace dos años. Ha sido un tiempo récord para ser una Administración. Siempre pongo el ejemplo; esto no es tu casa en la que decides a quién contratas, cuánto gastas… Hay una tramitación muy larga, con la añadida de la delegación de competencias. Por eso estoy muy satisfecha. Felicito constantemente a todo el equipo del Servicio de Arquitectura, porque trabajan muchísimo.

Y respecto a las Escoletes, ¿el curso inicia con novedades?

La ciudad de València tiene 10 escoletes. Cuando nosotros llegamos en 2015 solamente una de ellas era municipal, en todas las demás la gestión la llevaba una empresa. En el mandato pasado municipalizamos tres. Se acababa el plazo de gestión de esa empresa y asumimos la gestión. Digamos que en estos momentos València tiene 10 escoletes municipales, pero seis de ellas la gestión la lleva una empresa.

Hemos puesto en marcha, gracias a una subvención de la Diputació de 380.000 euros, obras de mejora en las 10. Algunas se están ejecutando ya y otras empezarán en breve.

Cuando acabe el período de gestión de las seis escoletes, ¿se ‘municipalizarán?

Eso, al fin y al cabo, será una decisión del equipo de gobierno y, concretamente, de la Concejala de Educación, Maite Ibáñez. Pero la intención es esa, seguir municipalizando las escoletes que hay en la ciudad.

Desde Ciudadanos y PP se utiliza el Pla Edificant para atacar al Govern.

Tuve mi primer pleno como concejala en julio, y ya le manifesté a la señora [Maria José] Català que me parecía todo un despropósito que justamente ella, que ha sido Consellera de Educación y es una de las grandes responsables de que las infraestructuras de los centros educativos estén como están, se atreva siquiera a hablar de colegios. Es una cuestión de decencia política.

En cuanto a Ciudadanos… Su problema es algo que demuestra constantemente, que antes tenía una justificación porque acababan de llegar, pero ahora ya llevan cuatro años aquí. Desconocen profundamente el funcionamiento de esta administración. Ese desconocimiento les hace decir algunas de las barbaridades que dicen públicamente. Por ejemplo, dijeron que a la adjudicación de la climatización del Museo Fallero le habíamos quitado ciento y pico mil euros. Es que esos ciento y pico mil de los que Fernando Giner hablaba, eran la diferencia entre el precio de licitación y el precio de adjudicación. La ciudadanía no tiene por qué saberlo, pero él sí tiene que saber cómo funciona esto.

'El PP lleva haciendo desde muchísimo años el "miente que algo queda"'

Cuando tu sacas a concurso lo que sea, sale con un precio. Pero luego, en la presentación de ofertas de las empresas, presentan unos precios que son normalmente más bajos que el precio de licitación, porque eso es uno de los criterios de adjudicación. Normalmente, en un porcentaje altísimo, podría ser el 99%, el precio de adjudicación es inferior al de licitación. Me pareció de vergüenza. Fue vergonzoso que nos acusara de que habíamos quitado 100.000 euros, cuando era la baja que la empresa adjudicataria había presentado.

Quizás esté relacionado con los nuevos actores políticos, pero parece que todo vale.

Bueno, ese “todo vale” el PP lo lleva haciendo desde muchísimos años. El “miente que algo queda” o bueno, esos anuncios apocalípticos a los que, desgraciadamente, la señora Català empieza a tenernos acostumbrados. Y eso que en la ciudad de València es una recién llegada. A lo mejor lo que le interesaría, antes de decir las barbaridades que a veces dice, es conocer un poquito más esta administración y esta ciudad.

Ciudadanos parece que están aprendiendo de sus compañeros de la derecha, claro. La escuela es la misma.

Antes de estar en la primera línea política en el Ayuntamiento, ¿habías estado en alguna otra ‘primera línea’?

El mandato pasado fui la asesora de Sergi, pero de donde vengo, realmente, es del movimiento LGTB. Aunque profesionalmente mi profesión con la empresa privada estaba vinculada con todo lo que tiene que ver con administración, gestión administrativa y contabilidad, -ha sido mi profesión toda la vida-, lo destacable es que vengo del movimiento social y asociativo.

Es decir, ahora estas en primera línea política, pero ya estuviste en otra con Lambda. ¿Cambia mucho?

Aunque desde el movimiento asociativo se hace política, el lugar es diferente. A mi siempre me ha gustado estar en primera línea, porque estar ahí te permite poder sacar adelante todos esos proyectos e ideas de transformación de la sociedad. Es, en definitiva, lo que me he dedicado desde hace... Bueno, yo entré en Lambda en el año 2000, así que hace casi 20 años ya.

Antes de Lambda, ¿ya estabas vinculada a algún movimiento social o político?

No. Me dedicaba a sobrevivir.

¿Sobrevivir?

Sí, en cuanto a derechos, a situación personal. Soy de una generación en la que ser lesbiana no era fácil. Hasta el año 2000 no fue cuando decidí visibilizarme y empezar a trabajar, no sólo por mis derechos, sino por los derechos de la comunidad LGTB. Era una persona que estaba, como la mayoría en aquel momento, en el armario. Trabajaba incluso todas esas homofobias y lgtbfobias aprendidas e interiorizadas. A eso me refiero con sobrevivir.

Desde 2004 hasta ahora ha habido un cambio a mejor en cuanto a la visibilización de la diversidad en València. Sin embargo, también ha entrado la ultraderecha en el Ayuntamiento.

Sí, un cambio importante. En realidad… Pensar en la sociedad de hace 15 años y pensar en la de hoy… Son dos sociedades completamente diferentes en cuanto al tema de la asunción de la diversidad, del trabajo por la igualdad, etcétera. No tiene nada que ver. De hecho, hace 14, 15 o 20 años, era muy complicado conseguir alianzas visibles, que se posicionaran públicamente. Hablo de partidos políticos, sindicatos, de personas de relevancia social dentro del mundo del arte, del deporte… La sociedad de hoy no tiene nada que ver.

'La visibilidad siempre es una manera de luchar contra esa heteronormatividad que vivimos'

Después está la irrupción de un partido de la extrema derecha con postulados tan retrógrados y tan en contra de esa igualdad. En contra de todos esos derechos que hemos conseguido con mucho trabajo, sobre todo, en el sentido de convencer al resto de que lo que estábamos pidiendo era favorable para toda la sociedad. Un avance en derechos siempre es un avance en democracia.

Hoy a un partido como es este, Vox, no le sale gratis decir las barbaridades que dice sobre las personas LGTB o cuestiones de igualdad. Porque la sociedad de hoy está en contra. No van a encontrar a la sociedad de su lado, porque mayoritariamente está a favor de la igualdad y diversidad.

Podrían ser una reacción a intentar mantener sus privilegios.

Claro. Pero afortunadamente hoy son una minoría. La minoría son ellos.

Tu trabajo en primera línea, ¿aportará a la visibilización de la diversidad?

Por supuesto, sí. De hecho, soy la primera concejala lesbiana visible del ayuntamiento de València en su historia. Esto no se trata, como algunas veces nos acusan, de “es que a mi no me interesa con quién te acuestes”. Es que yo no cuento con quién me acuesto. Se trata de ‘normalizar’, salvando lo poco que me gusta esa palabra, una realidad de esta sociedad. Y es que está formada por personas LGTB y heterosexuales.

La visibilidad siempre es una manera de luchar contra esa heteronormatividad que vivimos, esa presunción de heterosexualidad que existe. El hecho de que nosotros y nosotras seamos visibles, rompe con eso, porque las personas LGTB además de ser LGTB, que es una parte de nuestra identidad, nos dedicamos a la política, somos el vecino de enfrente, somos quien te atiende en la panadería… No solo personas LGTB.

La palabra normal siempre se ha utilizado mucho en contra de aquello que ha sido minorizado, que no minoritario. A nosotros y a nosotras siempre se nos ha pretendido minorizarnos, cuando a lo mejor no somos minoritarios. Esa palabra, la de la normalidad, siempre se ha utilizado en nuestra contra, porque nosotros “no éramos normales”. Por eso no me acaba de gustar. Pero también, una cosa que hemos hecho muy bien desde el movimiento LGTB, ha sido la reapropiación de todo eso que se ha utilizado históricamente en nuestra contra. Puede que incluso la palabra normal sea parte de ello.

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