El concejal de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, ha lamentado su profunda decepción ante la falta de sensibilidad de la alcaldesa María José Catalá y de su equipo de gobierno respecto a la conmemoración del 400 aniversario de la Fiesta de los Niños de la calle de San Vicente, una de las celebraciones de barrio más antiguas y arraigadas de la ciudad.
Esta festividad, que este año celebra sus cuatro siglos de historia, tiene sus orígenes en el siglo XV y está vinculada al Colegio Imperial de Niños Huérfanos fundado por San Vicente Ferrer para atender a niños abandonados. Con el paso del tiempo, los niños de esta institución realizaban procesiones por las calles de Valencia para recaudar fondos, dando lugar a una tradición que ha perdurado hasta nuestros días. Actualmente, la fiesta incluye diversos actos festivos que tendrán lugar durante este fin de semana y los primeros días de junio.
Fuset recuerda que los organizadores de la fiesta dirigieron a principios de año una carta a la alcaldesa solicitando una reunión y colaboración institucional para celebrar este aniversario tan significativo. El concejal valencianista lamenta que “no solo no han sido recibidos por la alcaldesa, sino que tampoco han recibido el más mínimo apoyo, ni económico ni organizativo por parte del Ayuntamiento de Valencia”. Fuset recuerda que el Partido Popular y Vox rechazaron una enmienda de Compromís a los presupuestos municipales de este año que proponía dotar a la festividad de una ayuda económica mediante convenio, como tienen otras fiestas de la ciudad.
Desde Compromís señalan que la concejala de Fiestas y Tradiciones, Mónica Gil, no solo no ha concedido ninguna ayuda, sino que tampoco ha facilitado recursos como la cesión de espacios de cartelería en mupis, una práctica habitual con otras fiestas de la ciudad, y ha avanzado que “eso no será impedimento para que el lunes baje a hacerse la foto”.
Desde Compromís recuerdan que la festividad, una de las que más abonados y colaboradores tiene en la ciudad después de las Fallas o la Semana Santa Marinera, es símbolo de una identidad colectiva que merecía ser reconocida y apoyada institucionalmente. Los valencianistas apuntan que la división en dos de la antigua concejalía de Cultura Festiva, fruto del pacto entre PP y VOX, lejos de mejorar la gestión, está afectando a la preservación de las fiestas y la cultura popular de la ciudad.