Opinión

Desparasitar Feria Valencia

Guardar

Una institución centenaria como Feria Valencia, pionera en el Estado español, no merece una Comisión de Investigación en  las Cortes Valencianas para la revisión de su gestión durante los gobiernos del PP.

No la merece por su proyección internacional, por su impacto en la economía y el factor de atracción de acuerdos comerciales de un amplio alcance de nuestros sectores productivos.

Pero es necesario que todos los valencianos y valencianas conozcamos cuál ha sido la gestión que ha realizado el Partido Popular en sus años “de fiesta y bonanza” para no volver a repetir un modelo parecido y, además, como ejercicio de transparencia, para que vemos de qué manera las cúpulas del Partido Popular se han aprovechado.

Se aprovechaban hasta el punto que, el 2008, organizaron un congreso “por la patilla” y ahora los tribunales les obligan a pagar  más de medio millón de euros que costó.

Una naturaleza jurídica ambigua, la de Feria Valencia, con pronunciamientos que la consideran pública y otras que la consideran privada, junto con la necesidad de una ampliación de espacio y de servicios, serían la base para hacer aterrizar sobre la misma la trama parasitària de la caja B del PP que, en estos momentos, está siendo enjuiciada.

El gobierno más fuerte de Rita Barberà forzó que esta ampliación se quedara en suelo de la capital, con lo cual condicionó una urbanización y edificación, a mayor gloria de la señora alcaldesa, como el aeropuerto del ‘abuelito’ en Castelló. En aquel momento se evitó realizar un debate seré de aquello que hubiera sido más interesante en cuanto a ubicación y recinto ferial, dado que el coste no era un problema: era la época del ‘pelotasso’.

Y pagaba la Generalitat Valenciana, en cualquier caso, porque así lo decidieron los sucesivos Consejos de los señores Zaplana, Olivas y Camps. Con esa garantía, y sin desarrollar los mecanismos de control entre la Generalitat y Feria, no había que esforzarse a acertar con la financiación, propiciado también por la coyuntura de la época. Tampoco había que controlar el gasto cuando estalló la crisis y los gestores de Feria (Catalá, Juste, Vargas, Calomarde) decidieron salir adelante con una política de expansión y de mayor gasto. De nuevo una decisión política que acabó haciendo más grande los recortes y el ERO que acabó con la carrera profesional de hombres y mujeres con más de 20 años de experiencia en la misma Feria. Víctimas también del mecanismo macròfit del PP.

Y con esta gestión enmarcada dentro del modelo de grandes acontecimientos y especulación, que casi nos trae a la ruina, generando una deuda de más de 1.000 millones de euros que tenemos que pagar y que nos ha empobrecido como valencianos y valencianas, el PP alimentaba su “modus vivendi” a expensas del erario público, con escandalosos gastos personales, con congresos sin pagar y con la sombra de la sospecha de los buitres de la Gürtel, que están siendo juzgados por la financiación en B al PP.

Por eso, aislar al PP de Feria ha sido la mejor garantía para su supervivencia y recuperación.

Destacados