Nos creemos héroes y heroínas porque estamos en casa, en nuestras casas,no llega a un mes, porque no abrazamos a nuestros familiares, estamos asustados porque no sabemos cómo va evolucionar, tenemos incertidumbres y nos sentimos frágiles.
En estos días muchas personas, gente a la que se le supone sabiduría, escribe sus reflexiones, adelanta su opinión sobre el incierto futuro en todos los ámbitos. Yo sólo pretendo desde estas líneas trasladar la empatía por los que sufren,desde hace años y demasiadas veces cerramos ojos y balcones para ni ver ni escuchar sus lamentos.
¿Nos imaginamos cómo va a vivir esta situación quién no puede ni lavarse las manos?Casi 2 millones de personas en la franja de Gaza, donde vive la población refugiada palestina,no pueden ni soñar con lavarse las manos con agua potable y jabón. El 97% del agua está contaminada y la potable depende de los camiones que puedan entrar a la Franja. Pobreza extrema, inseguridad alimentaria, opresión de la ocupación, dependencia total de las ayudas. Sin saber al día siguiente qué van a comer…, eso sí es agotador y estresante. 13 años de bloqueo israelí, por tierra mar y aire. Y Resisten!!
O la situacióndel pueblo saharaui, 44 años esperando una solución pacífica a un conflicto que les obliga a no poder disfrutar ni decidir en su propio territorio.O los millones de sirios que han tenido que huir de su tierra natal porque ésta no les brinda siquiera lo más elemental, protección, hace ya 9 años que la guerralos expulsa y han de vivir confinados en campamentos….
Y la situación de las mujeres en Arabia o Irán y en tantos y tantos lugares de este planeta, donde elhecho de haber nacido mujer ya es sinónimo de sumisión, de sufrir violencia, de estar sujetas a matrimonios forzados, de abusos, de violaciones y de tantas barbaridades que como sociedad de este mundo consentimos… y ellas siguen viviendo y resistiendo!!Estos días, el tiempo robado a socialización me ha dado la oportunidad de reflexión, de pensar sola… Estoy segura que esa introspección ha sido generalizada y probablemente nos ha servido para entender mejor la importancia del cuidado mutuo y colectivo, la necesidad de colaborar para construir una sociedad diferente, que proteja a las personas más vulnerables y que aborde la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad con coraje y con urgencia.
El desafío es enorme, demasiadagente en el mundo no puede planificar un futuro, está ocupada en sobrevivir… Sobrevivir. Ése es nuestro miedo estos días y en eso están ocupados nuestros gobiernos, en que sobrevivamos en las mejores condiciones para el futuro. Pero hay otros que ya están avanzando el día después con la misma mirada y con los mismos fundamentos neoliberales que hasta ahora, y por eso hay quién pone en la balanza vida frente a competitividad, frente a beneficios, frente a déficit.
Hay quien aprovecha para "colar" mensajes racistas y fascistas, ojalá esta crisis ayude a ampliar y consolidar una gran red de activistas que frente al auge de la extrema derecha, defienda de forma unitaria los derechos humanos, en el mundo sí, pero también en aquellos de nuestros barrios donde la desigualdad está más instalada.
No permitamos discursos de odio, no dejemos que se extiendan, silenciemos y bloqueemos a las personas tóxicas que no aportan nada bueno a nuestras vidas.
Convivimos con personas de Venezuela, Colombia, Honduras, Chile.., creemos acaso que ha sido fácil para ellos abandonar su tierra y a su gente y hacen lo posible y lo imposible por resistir, con la esperanza de volver a sus países.
Confío en mi Gobierno, que está sufriendo unos ataques indecentes de aquellos que esta situación la viven sin corazón ni razón, sólo en términos de números y estadísticas. Confío en la sanidad que hemos forjado, estoy convencida que saldremos con las menores bajas posibles, y aún así serán siempre demasiadas, pero no se trata de mirarnos el ombligo.
Los avances internacionales en materia científica y tecnológica se deben compartir dentro y fuera de nuestras fronteras, debe primar la solidaridad que en estos momentos además coincide con el interés propio. No sabemos cómo será el mundo tras esta pandemia, pero nuestraspalabras y nuestros hechos por los que optemos ahora seguro que lo van a determinar.Este bofetón del coronavirus nos ha de despertar, y nos ha de poner los pies en el suelo, somos frágiles, necesitamos la proximidad, el calor humano y la Justicia. Exactamente igual que los millones de seres humanos que claman lo mismo desde hace años y RESISTEN.
Trini Castelló, portavoz de Cooperación y Derechos Humanos del PSPV-PSOE en Les Corts Valencianes.