Se acabó 2016 y las Navidades y, con ello, comienza la cuesta de enero. ¿Realmente existe todavía la cuesta de enero o es una reminiscencia del pasado? ¿Qué diferencias hay entre la cuesta de enero y la de septiembre? Tanto en el primero como el noveno mes del año las familias lo pasan un poco mal económicamente pues el gasto en estos meses es mayor por diferentes motivos. En enero se entra tras el gasto de las Navidades y con un aumento del precio de determinados servicios. En septiembre se realiza fundamentalmente el gasto para la vuelta al cole y también se viene de las vacaciones de verano por lo que ambos meses tienen cuestas muy similares. Pero ¿realmente hay que pasar por este trago?
Lo más importante es tener claro el dinero que se quiere uno gastar durante las vacaciones veraniegas y esa cifra tiene que tener en cuanta que al mes siguiente hay un 'gasto extra' en cuanto a material escolar y libros se refiere'. En Navidad pasa lo mismo, regalos, alimentación y ocio se llevan la mayor parte del presupuesto y también hay que contemplar que en enero la 'vida sube'. Las familias son conscientes de estos gastos por lo que siendo un poco previsores se puede minimizar las consecuencias.
Muchos colegios reparten en la reunión de final de curso el listado de libros y material escolar para el curso siguiente. Por lo que los padres pueden saber el coste total, incluso adquirir sino todos parte de ellos adelantándose al gasto de septiembre y repartiendo el coste a lo largo del verano. Muchas empresas dedicadas a vender material para la vuelta al cole y librerías también financian las compras. Esto unido a un 'control' del gasto vacacional puede hacer que la cuesta de septiembre ya no sea tanta cuesta y se convierta en tan sólo un repecho.
Con la de enero puede llegar incluso a pasar lo mismo. No se puede saber cuantos euros acabará subiendo el servicio de transporte público, luz, agua, telefonía y demás servicios pero sí se puede controlar el gasto navideño escalando las compras. Desde hace unos años, muchas familias adelantan la compra de regalos y detalles, incluso ya son muchos que las compras de alimentos las realizan en el mes de noviembre. Comprar el marisco a buen precio y congelarlo para las fechas navideñas no es nada descabellado y ayuda a ahorrar unos cuantos euros y a liberar de gasto el mes de diciembre. Incluso, para los más rezagados, comprar a partir del 1 de enero en los diferentes establecimientos que ya han puesto las rebajas (hay incluso quien las pone a mediados de diciembre). El periodo de rebajas está liberalizado desde hace años por los que los chollos y las gangas ya se pueden encontrar en cualquier momento.
Si este año ha sido previsor puede que la cuesta de enero ya sea un simple repecho en el camino, si no ha tenido en cuenta estos detalles puede que si también es de los que vive la vuelta al cole pueda aplicar algún truco para convertir esa temible cuesta de hace años en una simple rampa con un elevación moderada.