Después de treinta años en el ámbito de la gestión de los residuos sólidos, Girsa se ha convertido ya en un referente dentro de este sector y presta servicio en localidades y ayuntamientos de toda la provincia. Fue en 2016 cuando la compañía cambió su paradigma para adaptarse a los nuevos tiempos y a partir de 2019 basó su hoja de ruta en el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad de sus acciones.
Así, Girsa hizo una apuesta firme por la innovación y la diversificación de su negocio con la nueva área de Medio Ambiente que surgió con el objetivo de invertir en investigación para solucionar problemas ambientales dentro del campo de la gestión de residuos.
Hasta 2017, la acción empresarial de Girsa se centraba en la "preservación del medio ambiente"; sin embargo, su planificación cambió a partir de ese año para desarrollar también "actuaciones que contribuyeran a mejorarlo", ha destacado Pere López, responsable departamento de Medio Ambiente. Por esta razón, la compañía de gestión de residuos puso como prioridad la sostenibilidad a través de proyectos innovadores con los que promover el cuidado por el entorno medioambiental.
Proyectos de innovación y sostenibilidad
Smart Mulch es una de esas iniciativas que Girsa ha promovido con la colaboración de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidad de León y que ha contado con un presupuesto de 814.000 euros. En ese sentido, este proyecto se propone aprovechar las propiedades y bacterias presentes en la paja del arroz para mejorar los cultivos agrícolas.
Así, Girsa plantea con Smart Mulch la creación de un producto agrícola que solucione los problemas concretos de los campos. Es decir, investigar qué bacterias o elementos pueden ayudar al desarrollo de los campos de cultivo y resolver algunas de sus necesidades y además poder darle un uso a la paja del arroz y evitar su quema y destrucción.
Oracle es otro de los proyectos que Girsa ha puesto en marcha junto con la empresa Colchones Relax para aprovechar los colchones usados y fabricar nuevos a partir de estos hechos con poliuretano reciclado. Esta idea está basada en la economía circular en el mundo del confort para "deshacer la idea de tirar el colchón al vertedero", ha explicado Tomás Zamora, responsable de la empresa grupo Relax, y finalizará el próximo otoño de 2023.
Además, el poliuretano que se fabrique de los colchones ya en desuso también se empleará para crear material aislante tanto térmico como acústico destinado para la construcción de infraestructuras.