Con las cifras de contagios por COVID-19 cada vez más bajas, la sociedad vuelve poco a poco a la normalidad prepandémica. Uno de los numerosos cambios que se introdujeron durante los meses más complicados fue el cambio en la fecha del pago por parte del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y los bancos de las prestaciones por desempleo.
Concretamente, se decidió adelantar el cobro de las mismas para proporcionar cobertura económica a algunos de los sectores más vulnerables, llegando a sus beneficiarios antes del día 7 de cada mes.
La mejora de la situación sanitaria ha traído consigo la vuelta a las fechas habituales de cobro por lo que, tal y como recuerda el SEPE en su página web, el pago de las prestaciones se vuelve a efectuar entre el día 10 y el día 15 de cada mes (habitualmente es el día 10 y, en caso de ser festivo, el siguiente día laboral).
Desde el SEPE se matiza que cualquier adelanto al margen de estas fechas dependerá de la voluntad de la entidad bancaria en la que esté domiciliado el pago, ya que el Servicio Público de Empleo Estatal envía la información para el pago de las prestaciones a las entidades financieras en el plazo estipulado para su abono y el pago adelantado se produce a criterio de las propias entidades.
Además de la recuperación de las fechas de cobro habituales, se ha modificado y mejorado el sistema de cita previa, muy criticado durante la pandemia. El teléfono de cita previa también ha variado, siendo actualmente el 91 926 79 70, de atención 24 horas al día.
Con anterioridad, el SEPE había recuperado dos mecanismos tradicionales que se vieron modificados por la pandemia de coronavirus: la renovación de la demanda de empleo (que fue automática durante más de un año en algunas comunidades autónomas) y la obligación de las búsquedas activas de empleo para el cobro del subsidio por desempleo.