Empleo denuncia que la reforma del subsidio de desempleo es poco ambiciosa y no aborda su aspecto más importante: la coordinación con las políticas activas de empleo

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El secretario autonómico de Empleo, Antonio Galvañ, ha valorado la reforma del subsidio de desempleo que se ha aprobado este miércoles en el Consejo de Ministros, tras llegar a un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y el de Economía. 

Galvañ, que ha destacado de manera positiva que el Gobierno haya finalizado con la incertidumbre de las personas desempleadas y con el debate interno, ha tildado la reforma de “poco ambiciosa”. De esta manera, el director general de Labora ha expresado que el problema de la reforma del régimen de subsidios es que “no aborda en paralelo lo más importante: una mayor coordinación de las prestaciones y subsidios por desempleo con las políticas de activación”.

“Sí que hay elementos positivos en la reforma y se avanza en la compatibilidad de la percepción del subsidio y el empleo, cubriendo además algunas lagunas”, ha reconocido el secretario autonómico de Empleo.

No obstante, Antonio Galvañ ha solicitado una mejor coordinación entre los servicios públicos de empleo para, entre todos, “ser más eficaces y diseñar políticas de empleo que realmente consigan rebajar la tasa de desempleo”. 

“Si no diseñamos una formación que realmente mejore la empleabilidad de las personas, unas acciones de fomento de empleo que garanticen que las empresas tengan la ayuda necesaria para transformar a una persona desempleada en una persona activa y productiva y que pueda prolongar su vida laboral hasta el final de su carrera productiva no estaremos siendo eficaces con los fondos públicos”, ha señalado.

Para Galvañ, el seguro de desempleo tiene dos funciones: por una, prestar una cobertura y no desproteger al desempleado en una situación en que una persona se ha quedado sin puesto de trabajo, pero, fundamentalmente y en paralelo, hay que complementar el cambio con una reforma en profundidad de las políticas activas de empleo. Esos recursos tienen que ir destinados a la búsqueda activa de empleo. “Si esta persona tiene un déficit de formación, por ejemplo, estos recursos que le proporciona la prestación tienen que servir para que pueda adquirir competencias que le permitan insertarse en el mercado laboral”, ha señalado.

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