El comercio local en la zona DANA, todavía en proceso de reconstrucción

El futuro del comercio local valenciano, entre la recuperación y el cierre definitivo tras la DANA

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Comercio afectado por la DANA (Ayudas DANA)
Comercio afectado por la DANA (Ayudas DANA)

Casi un año después de la DANA que arrasó la provincia Valencia el 29 de octubre de 2024, el comercio de proximidad sigue marcado por un proceso de reconstrucción complejo y desigual. La catástrofe dejó tras de sí más de 8.100 negocios dañados, la mayoría con pérdidas estructurales y mercancía inutilizada. Aunque la situación ha mejorado respecto a los seis meses posteriores, cuando se contabilizaban más de 3.000 cierres, la recuperación avanza con lentitud y en algunas localidades el impacto se siente todavía con fuerza.

En Massanassa, uno de los municipios más castigados, más de la mitad de los comercios siguen con la persiana bajada y se calcula que uno de cada cinco no volverá a abrir. Muchos propietarios de edad avanzada han optado por jubilarse antes de iniciar la costosa reapertura, mientras que otros negocios que ya arrastraban problemas desde la pandemia han acabado cerrando de manera definitiva. La DANA, en ese sentido, ha actuado como incentivo a un deterioro silencioso que desde hace años afecta al comercio local. Además, la falta de infraestructuras básicas como puentes, ascensores o conexiones de transporte dificulta la movilidad y, con ella, la actividad económica de las localidades afectadas. 

Ayudas y campañas de apoyo

Durante estos meses se han puesto en marcha distintas medidas para reactivar el consumo y apoyar a los negocios. La Diputació de València y la Cámara de Comercio han lanzado el Bono Comercio DANA, que permite a los vecinos de las localidades afectadas comprar un bono de 50 euros y obtener el doble para gastar en tiendas de proximidad. Este programa, operativo hasta final de año, coincidirá con la campaña de Navidad y se espera que contribuya a dinamizar sectores como la moda, la alimentación, la óptica o los servicios personales.

En paralelo, la Generalitat Valenciana ha aprobado un paquete extraordinario de 5 millones de euros para las ayudas EMDANA. Se trata de una línea de subvenciones puesta en marcha por la Generalitat Valenciana para respaldar a los negocios damnificados, tanto los que tuvieron que cerrar tras la DANA y han vuelto a reabrir como los que han empezado de cero en alguno de los municipios afectados.

En cuanto a la movilización del propio sector, cabe recordar la campaña solidaria “El comercio salva al comercio”, impulsada en los primeros meses tras la DANA para recaudar fondos mediante bolsas solidarias, sellos en productos y donaciones directas. Aunque esta iniciativa de la Confederació de Comerç d’Alacant, Castelló i València (Confecomerç) tuvo mucho éxito, ya se ha cedido protagonismo a un nuevo proyecto de mayor alcance.

Y es que el pasado jueves se presentó la campaña “A grandes males, pequeños comercios”, que busca reivindicar el papel del comercio de proximidad frente al crecimiento imparable de las grandes plataformas online. La iniciativa, desarrollada junto a asociaciones locales, gremios y mercados municipales, subraya que cada compra en un pequeño comercio contribuye a proteger el entorno, impulsar la economía local y promover la sostenibilidad, además de ofrecer un trato cercano y personalizado. Frente a un modelo de consumo dominado por las grandes plataformas, la Confederación quiere mostrar que elegir el pequeño comercio es también apostar por un futuro más sostenible.

Los turistas no apuestan por el comercio local

La desconexión entre turismo y comercio local es otro de los puntos que la campaña quiere visibilizar. A pesar de que la Comunitat Valenciana registró este verano un aumento del 8,3% en el gasto turístico respecto al año anterior, los pequeños comercios no vieron reflejado ese incremento en su facturación. El turista prioriza el gasto en transporte y alojamiento, dejando de lado el consumo en tiendas de proximidad. Para Confecomerç, es necesario promover un turismo de mayor calidad que integre la experiencia de compra como parte del atractivo cultural y social de cada municipio.

Por otro lado, además de las ayudas, el presidente de Confecomerç, Rafael Torres, exige que se aumente el presupuesto en financiación al sector comercial. Y es que, pese a que este ámbito representa el 12% del PIB y es el que más empleo genera en España, sufre una infrafinanciación crónica tanto a nivel estatal como autonómico. Un incremento de la inversión supondría, sin duda, un gran colchón para el futuro del comercio local valenciano.

A poco más de un mes de que se cumpla un año de la riada, el comercio local en Valencia se encuentra en una encrucijada. Aunque se han dado pasos significativos con campañas de apoyo, ayudas públicas y movilización social, la recuperación no termina de consolidarse y las cicatrices siguen siendo visibles en muchas localidades. La lenta reactivación de negocios, el cierre definitivo de numerosos establecimientos y la falta de conexión entre turismo y comercio de proximidad evidencian que aún queda un largo camino por recorrer que permita a los pequeños comercios no solo sobrevivir, sino también recuperar su papel como motor económico y social en la Comunitat Valenciana.

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