¿Qué hacen Suso, Prandelli y Layhoon en Singapur?

Director esportiu, entrenador i presidenta viatgen a Singapur per a reunir-se amb Peter Lim

Guardar

Jesús García Pitarch, Cesare Prandelli y Layhoon Chan se subieron a un avión dirección Singapur prácticamente acabado el 3-2 en Anoeta. Si bien este viaje estaba presupuestado hace un par de semanas, en este momento visitar la tierra de Peter Lim puede ser un gesto significativo… o absolutamente nada.

La crisis del Valencia ya superó todas las expectativas. Si no fuera porque el Espanyol venció 2-1 al Sporting la tarde del domingo, el equipo del Túria dormiría hasta el 2017 en la zona roja de la clasificación. Aunque tener los mismos puntos que los de Gijón tampoco es victoria, es casi lo mismo, es el descenso que te respira en la nuca.

Lo anunció Prandelli en la rueda de prensa en que llamó la atención a sus dirigidos: quería estar con el dueño del equipo y transmitirle su preocupación. Al igual que a Suso, quien confirmó que debido a la sanción de la UE es difícil moverse en el mercado, el futuro negro le preocupa. El italiano quiere fichajes de invierno, es ese su interés principal.

¿Qué hacen en Singapur tres de las autoridades más importantes del club? La reunión urgente —que por ahora confirma la permanencia del vínculo de Meriton— fue pensada para encontrar una salida al mal momento con presión y acciones claras, disculpando la ambigüedad de la palabra. Salidas importantes, nuevos refuerzos, delanteros, ¿por favor?…

Sin embargo, ¿por qué tienen que moverse tres de los encargados que trabajan en la ciudad y no Peter Lim, que ya se perdió quince jornadas de Liga? La mejor manera para conocer a tu equipo es apoyarlo en el estadio. Cuando cumpla un año de ausencia el aficionado olvidará su cara. Prandelli deja sin entrenador al equipo por unos días y el año todavía no termina: la próxima semana es la vuelta de la Copa del Rey contra el Leganés. Cosas sin explicación.

Cuando se concrete la cumbre valencianista en Singapur el tema principal será la voluntad que pueda poner el máximo accionista para mejorar la situación de un Valencia en serios problemas. Se habla de una revolución, pero la suspicacia a veces sirve, ya que, como sabemos, un plantel destruido psicológicamente no se recupera por arte de magia porque exista más dinero sobre la mesa.

El proceso es más largo y complejo y lamentablemente esta podría ser una reunión más en la larga noche valencianista.

Destacados