Edu Rodríguez, piloto de Stunt Riding nacido en Puçol, admite que la superación personal es su principal motivación

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El piloto Edu Rodríguez admite que la superación personal y profesional es su principal motivación para continuar con el Stunt Riding, y asegura que aquello que le mueve a seguir con su profesión es salir a entrenar y tener la «ilusión» de querer sacar un nuevo truco, de «seguir innovando». El jueves 5 de septiembre, a las 19 horas, en el parking de la antigua estación de Renfe, el piloto realiza una exhibición en su pueblo, Puçol, durante las fiestas locales.

Rodríguez empezó en el mundo de las motos a los 12 años y desde entonces ha logrado proclamarse vencedor en una de las pruebas del campeonato europeo celebrado en Italia en 2015, además de haber sido campeón de España dos años consecutivos en el único campeonato federado del país, que se celebra en Andalucía.

El deportista profesional considera que desde un principio la sociedad debería tener una buena impresión de esta modalidad ya que, erróneamente, el Stunt Riding siempre ha estado relacionado con el vandalismo: «Se necesita una persona que les enseñe “el buen camino”, ya que también existen personas profesionales que tienen sus patrocinadores y practican la disciplina de manera adecuada». Por esto, es probable que un truco que para él ha sido complicado de conseguir sea menos aplaudido que cualquier acrobacia sencilla.

«Estoy seguro de que el día de la exhibición en Puçol hay mucha gente que no está preparada para ver lo que voy a hacer, ni se lo imaginan», confiesa Edu Rodríguez, que explica la importancia que tiene la cultura que tenga la sociedad acerca del Stunt Riding para comprender de una manera u otra el deporte. «Quiero llegar después de estos años para demostrar a toda mi gente lo que he conseguido y lo que puedo llegar a hacer», reconoce.

El bicampeón de España afirma que las victorias en los campeonatos han ayudado a impulsar su carrera y a visibilizar la existencia de su profesión: «Hacemos todo lo posible por mantener el deporte en su nivel más sano y profesional, con la intención de que se hagan más competiciones como la de Motonavo, que se realiza en Andalucía, y es la única federada de España».

Además, el piloto denuncia la falta de implicación de las asociaciones y empresas, que es un inconveniente para impulsar el Stunt Riding en este país en el que hay muchos pilotos, tanto amateurs como profesionales, que están en activo y comparten las mismas dificultades: «Al haber falta de cultura acerca de este deporte, hay muy pocas asociaciones que inviertan dinero en realizar un evento de las características de una competición».

No obstante, define las competiciones como algo «tedioso», ya que asegura que el trabajo de sus entrenamientos se ve condicionado parcialmente por la suerte en cada campeonato: «En un tiempo de aproximadamente tres minutos y medio tienes que demostrar todo lo que sabes hacer, y sin fallos».

El campeón europeo confirma que, en su situación, sí es posible vivir únicamente del Stunt Riding ya que, una vez te introduces en esta disciplina, van surgiendo diferentes trabajos y oportunidades. Sin embargo, reconoce que en el momento en que empezó con su deporte esto no era posible, ya que no había interés por parte de las empresas: «Para lograr la implicación de las empresas te lo tienes que trabajar, ya que el Stunt Riding no tiene tanta repercusión mediática».

También resalta la complicación del proceso de aprendizaje de su disciplina, por la ausencia de medios que había, tanto en Puçol como en España, en el momento en que empezó en este deporte: «Las asociaciones a las que intentábamos explicarles en qué consistía el Stunt Riding para que nos ayudasen no nos entendían, porque no era algo conocido, entonces encontrábamos muchísimas dificultades para entrenar».

En aquellos tiempos, lo que necesitaban era una pista de asfalto alejada del tráfico, que les permitiese practicar sus trucos sin poner en peligro a nadie. Por esta razón, era obligatorio estar constantemente pendiente tanto del entrenamiento como del entorno, por si se acercaba la policía a llamarles la atención: «Teníamos que llevar la moto en un remolque a un recinto o polígono industrial, con mucha precaución». El deportista asegura que incluso hoy en día sigue siendo un proceso muy complicado.

Asimismo, admite que su vida sin el Stunt Riding hubiese sido completamente diferente, ya que esta profesión le ha brindado numerosas oportunidades que no hubiese podido alcanzar de otro modo. A pesar de esto, todas esas oportunidades le han llegado gracias a su trabajo: «La moto me ha servido en la vida para proponerme cosas y conseguirlas».

Para conseguirlas es clave el proceso de preparación, un proceso «bastante complejo» ya que lo principal es comprender la filosofía del deporte y estar «entrenado mentalmente». «Lo primero de todo es entender la situación, entender que esto es un deporte y que tienes que realizarlo en lugares seguros en los que no puedas hacer daño a nadie», explica Rodríguez, para quien el Stunt Riding es su forma de vida, no solamente un deporte.

«Es una disciplina que tienes que sentir, y como con esto, sucede con todo; si no lo sientes no puedes llegar a lo alto», y por ello confiesa que le «hierve la sangre» cuando piensa en el Stunt Riding y cuando ve un espacio que podría servirle para entrenar. Aun así, los entrenamientos físicos son importantes y complementarios a los «entrenamientos mentales», ya que el peso de una motocicleta requiere de muchas horas de gimnasio para alcanzar el máximo rendimiento en las exhibiciones y competiciones, independientemente de su duración.

El deportista confiesa que su profesión también le ha conllevado cierto impacto emocional e incluso sentimiento de soledad, al dedicarse a una disciplina que no es compartida por la mayoría de la sociedad. A pesar de ello, poco a poco se ha ido rodeando de personas que compartían su misma afición, y se ha sentido mucho más unido a ellas por ese motivo. «Tener un deporte en común crea un vínculo muy fuerte con esas personas, que se vuelven cercanas a tu vida y sabes que siempre van a estar ahí», explica agradecido.

Este joven de Puçol descubrió el Stunt Riding a raíz de ver por Internet videos de otros pilotos, y destaca el apoyo que sus padres le proporcionaron desde el principio, y la confianza que le ofrecen para todo aquello que quiera conseguir. «Era bastante diferente al típico niño que quería jugar a futbol, yo les dije: “mamá, papa, quiero hacer acrobacias en moto”», explica el piloto, y añade que a partir de ese momento empezó poco a poco a practicar, para conseguir la evolución que le ha llevado a donde está hoy en día.

Actualmente, su edad le ha hecho plantearse su profesión de manera diferente, ya que la vida del deportista tiene un límite y de su cuerpo depende su profesión. No obstante, asegura que ni mucho menos se plantea dejarlo ahora mismo y que sigue motivado y «con ganas de hacer cosas nuevas».

Por último, Edu también cuenta que ha participado en la grabación de una película del cine de Bollywood como doble de acción, en la que ha podido presenciar la grandeza de esta industria cinematográfica: «En la película iban a grabar unas escenas en Portugal, y hay una de ellas en la que había una persecución en moto; ahí es donde entra mi papel». Tras el rodaje, destaca los grandes despliegues de gente que ha presenciado y describe esta experiencia como «impresionante».

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