Tamarit: “120 objetos cotidianos cobran vida en el CCCC para explicarnos cómo nos mejoran la vida gracias a su diseño”

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 Exposición ‘¿Por qué soy así?’ del CCCC
Exposición ‘¿Por qué soy así?’ del CCCC

La secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, ha presentado la exposición ‘¿Por qué soy así?’, organizada por Cultura de la Generalitat mediante el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) y el World Design Capital València 2022 en el marco del programa de World Design Capital València 2022. Una muestra que cuenta con el apoyo de la Diputación de Valencia. 

Raquel Tamarit ha explicitado que “desde el departamento del conseller Vicent Marzà queremos servir de altavoz de la World Design Capital València 2022 y por esta razón con la muestra que organizamos en un espacio artístico fundamental para nosotros, como es el Centre del Carme, queremos aportar nuestro granito de arena de difusión y reflexión en el marco de actividades de nuestra capital del diseño”. 

“Los diseños expuestos forman parte de la colección Pérez de Albéniz-Bergasa y han sido recopilados y dibujados por Juli Capella para explicar su funcionamiento. 120 objetos cotidianos cuentan en primera persona, ayudados por dibujos, cómo son y por qué son así. Todos ellos están agrupados en 10 apartados según sus diferentes prioridades estratégicas: abaratar, reducir, facilitar, sorprender, complementar o innovar”, ha añadido Tamarit. 

En la presentación han participado también Juli Capella, comisario, arquitecto y diseñador; José Luis Pérez Pont, director del CCCC y del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, y Xavi Calvo, director de World Design Capital València 2022. 

“Hoy abrimos al público la primera de las exposiciones que coproducimos junto a València Capital Mundial del Diseño 2022. Una muestra que permitirá a nuestros visitantes comprender el importante papel que juega el diseño a la hora de facilitar nuestro día a día, en cuestiones que probablemente no hayamos pensado y que nos sorprenderán, y que sientan las bases del resto de exposiciones que hemos programado, en las que descubriremos escenarios domésticos futuros, haremos jugar al público o repasaremos la gráfica de las marcas de fruta que nos acompañan desde finales de la década de los cincuenta”, explica Pérez Pont. 

De esta forma, el arquitecto y diseñador barcelonés Juli Capella vuelve al CCCC como comisario de este proyecto —uno de los más relevantes de los primeros meses del programa de la capitalidad—, 30 años después de haber comisariado en este mismo lugar la primera exposición sobre diseñadores valencianos.

120 objetos nos hablan sobre ellos

La muestra ‘¿Por qué soy así?’ reúne 120 objetos que nos hablan y cuentan por qué tienen la forma que tienen. “Es una exposición pensada para el público general, huyendo intencionadamente de las muestras de y para diseñadores. Se trata de sensibilizar al visitante con el diseño, pero de una manera afable, no impositiva, con modestos objetos cotidianos que le son familiares y sabe entender”, relata el comisario del proyecto. 

“Todos los productos que nos rodean han sido creados para cumplir una función. Sea una cafetera, un zapato o un libro; cada uno nos da un servicio: hacer café, poder caminar protegiendo el pie o leer. Para resolver esa función han adquirido una forma concreta, con unos materiales y unas dimensiones adecuadas. La relación entre su uso y su aspecto es lo que conocemos como diseño. Todo cuanto nos rodea está diseñado, sea de modo más consciente o inconsciente. Las cosas no caen de un árbol ni brotan de la tierra. Son fruto de un complejo proceso de imaginación, proyección y producción. Por eso podemos decir que los objetos, con sus formas, nos hablan de cómo son y nos explican por qué nacieron así”, añade. 

Capella explica que “algunos objetos han nacido por el ingenio innovador de algún visionario, como la bombilla; la mayoría suelen obedecer a mejoras que se van añadiendo sobre tipologías ya existentes, como una botella, a la que puedes añadir para taparla una chapa, o un tapón de corcho, que a su vez requerirá un sacacorchos, un dosificador… Muchas piezas son servidoras de otras anteriores, como la funda del móvil, la escobilla del váter o un cenicero, que no existirían sin la presencia del objeto al que deben servir: teléfono, inodoro o cigarrillo. Otras suponen humildes mejoras, pero a menudo importantes, como un embudo o el abrefácil (¡si funciona y no te quedas con la anilla en la mano!). Hay también algunas estrategias constantes en la evolución del diseño de los objetos, como ir disminuyendo su peso o su volumen, hacerlos plegables, más duraderos, más baratos, más versátiles o con varias funciones, como la navaja suiza…”.

Más allá de función y forma

Evidentemente, algunos objetos se benefician de múltiples estrategias de mejora, no solo de una. Un secador eléctrico, respecto a la toalla, es una innovación, pero también un acelerador del tiempo de secado y puede ser plegable y diminuto. Ciertamente, también hay productos que en realidad solo buscan ser más bellos, o más lujosos, o más sorprendentes. Y aquí es donde la premisa de funcionar no se puede restringir al uso, algunos por ser más estilizados funcionan peor. Aunque pueden argumentar que cumplen otra función, sea estética, simbólica o emocional, como un zapato de tacón alto, a cambio de no ser tan funcional para caminar ofrece belleza a su portador.

Los 120 objetos seleccionados se han puesto sobre 10 mesas de análisis para poder entender sus virtudes. Se trata de saber apreciarlos más allá de su inmediata percepción cotidiana, cada día nos servimos de ellos, pero sin apenas prestarles atención. Solo cuando no funcionan nos fijamos en qué forma tienen y buscamos un recambio mejor. Ahora sabremos escucharlos y entender por qué son cómo son.

Anónimos y estrellas

Entre las piezas seleccionadas hay muchas anónimas y de autor desconocido, pero también obras de reputados diseñadores de estilos muy diversos, como Dieter Rams, Philippe Starck, Achille Castiglioni, Alessandro Mendini, Ettore Sottsass, André Ricard, Rafael Marquina, Daniel Gil, Tibor Kalman o Matteo Thun, y de los valencianos Daniel Nebot, Lavernia & Cienfuegos, Culdesac, Inma Bermúdez, Alberto Arza y Joan Rojeski. Y de empresas relevantes como Braun, Olivetti, Bic, Apple, Victorinox, Swatch, Alessi, Sony o la empresa valenciana Closca.

Pero la mayoría son piezas sin autor ni empresa reconocida, intentando diluir la frontera entre el diseño culto del que nos ayuda cada día de forma servicial y discreta. Como una percha, una huevera o un clip. ¿Qué haríamos sin todos estos objetos? Vivir peor, sin duda. El diseño no es solo exhibición formal, sino mejor calidad de vida.

Juli Capella vuelve a València

Juli Capella, arquitecto y diseñador nacido en Barcelona en 1960, estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Creó las revistas ‘De Diseño’ y ‘ARDI’ (arquitectura y diseño), en la cual se publicó un reportaje monográfico del grupo La Nave en 1988. Creó el certamen bienal Primavera del Diseño en 1991. Fue presidente del FAD e impulsor del Año del Diseño en 2003. Fue miembro del Consejo Nacional de la Cultura de Cataluña y recibió la mención honorífica de los Premios Nacionales de Diseño en 2000. 

Ha comisariado exposiciones de diseñadores como Achile Castiglioni, Philippe Starck, Oriol Bohigas, Ingo Maurer u Oscar Tusquets. También temáticas, como ‘Cocos, copias y coincidencias’, que visitó el MUVIM; Bravos Spanish Groundbreaking Design; ‘300% Spanish Design’, o ‘Tapas Spanish Design for Food’, que visitó el CCCC en 2016. En 1994 comisarió junto a Quim Larrea la primera exposición sobre diseño valenciano que tuvo lugar en el Centre del Carme, dependiente por entonces del IVAM, donde posteriormente presentó la exposición ‘Patas’.
 

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