El Museu de Prehistòria renueva su exposición permanente con piezas del cementerio mesolítico más antiguo de la Península

El Museu de Prehistòria de la Diputació de València abre al público la sala renovada dedicada a las últimas poblaciones cazadoras y recolectoras de nuestras tierras

Guardar

Museu de Prehistòria de la Diputació de València
Museu de Prehistòria de la Diputació de València

Con la renovación en 2020 de la sala permanente dedicada a las primeras sociedades que poblaron nuestras tierras, el Museu de Prehistòria de València continúa con el objetivo de poner al alcance de la ciudadanía las últimas investigaciones, en este caso, las dedicadas a los grupos mesolíticos “gracias a la profesionalidad del Servicio de Investigación Prehistórica y todo el equipo del Mupreva” ha destacado el diputado de Cultura, Xavier Rius.

Entre hace 13.700 y 7.500 años, se desarrollan en el área mediterránea ibérica las últimas poblaciones de grupos cazadores recolectores de la prehistoria. Dos de los yacimientos más representativos de este largo y cambiante periodo se encuentran en la sala renovada que presenta el Mupreva.

En la Cueva de la Cocina (Dos Aguas) se documentó un campamento estacional dedicado a la caza de cabras montesas, dentro de un espacio de tiempo de cerca de mil años (entre el IX y el VIII milenios antes del presente). Pero la cavidad de Cocina parece haber sido también un lugar de encuentro durante o después de la actividad de cacería para celebraciones, rituales e intercambios de todo tipo. Esto se inferiría por la presencia de plaquetas de piedra grabadas con motivos geométricos y abstractos y otros objetos singulares. El significado de las plaquetas y su decoración es totalmente desconocido, pero estos elementos de arte mueble parecen darle a la cueva de la Cocina el carácter de un lugar de agregación o de encuentro importante para los últimos grupos cazadores y recolectores mesolíticos.

El yacimiento de El Collado (Oliva) se encuentra al aire libre, es un “closquer” –denominado así por la cantidad de caparazones y valvas de moluscos que se encontraron– producto del consumo humano. Estos ocupantes corresponden a grupos cazadores y recolectores principalmente del Mesolítico antiguo, que visitaban de forma recurrente este lugar durante un periodo superior a 1500 años (entre el X y el VIII milenios antes del presente), desde donde se explotarían los recursos estacionales de un entorno privilegiado.

El cementerio mesolítico más antiguo de la Península

Catorce enterramientos en fosas, abiertas en el suelo del mismo lugar de habitación son las «tumbas» que representan el cementerio mesolítico más antiguo de la Península Ibérica y la de más duración, con un tiempo de utilización de prácticamente mil años (entre el X y el IX milenios antes del presente).

En total se reconocieron 15 inhumaciones, 13 individuales y 2 en la misma fosa. Los sepultados se disponían en posición horizontal sobre uno de sus lados de forma flexionada, y correspondían a 4 mujeres y 7 hombres con seguridad, y 4 todavía no identificados. La mayoría tenían entre 20-30 años, si bien se localizan también de más edad (alguno, de más de 40 años) y de menos (entre 12-18 años), además de un neonato. La variada representación de sexos y edades entre los inhumados de El Collado informa sobre un comportamiento no discriminante ante la muerte de las gentes mesolíticas.

La renovación de esta sala es fruto de los trabajos de investigación desarrollados desde el propio Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) del museo, que a pocos años de cumplir el centenario –su creación data de 1927– continúa trabajando en la investigación de las poblaciones más antiguas de nuestras tierras.

Archivado en:

Destacados