Madalina Ghizdeanu es la fundadora de ‘‘Momento de Maquillaje’’, un proyecto con alma, nacido en Valencia pero con raíces en Rumanía. Especializada en maquillaje social y con experiencia en cine, teatro y pasarelas, su enfoque se basa en resaltar la esencia de cada persona, especialmente en los momentos más importantes de su vida. Hablamos con la maquilladora sobre su recorrido, su forma de entender el maquillaje y el papel emocional que juega en la vida de muchas mujeres.
Empezaste en Bucarest y hoy tienes tu propio proyecto en Valencia. ¿Cómo ha sido ese recorrido?
Empecé en 2017 como maquilladora en Bucarest. He trabajado en casi todos los ámbitos del maquillaje: cine, teatro, televisión, publicidad, fotografía, eventos… Pero el maquillaje social siempre ha tenido un lugar muy especial en mi corazón. Por eso mi marca se llama ‘Momento de Maquillaje’, porque creo que el maquillaje tiene un papel muy importante en los momentos clave de la vida: una boda, un bautizo, un aniversario... Es una forma de sacar la esencia de una persona y mostrarla al mundo, sin disfrazarla ni ocultarla.
¿Qué tiene de especial el maquillaje social frente a otros tipos de maquillaje?
Es profundamente personal. Por ejemplo, para una novia en su boda es esencial mirarse al espejo y reconocerse, sentirse ella misma, pero en su mejor versión. Me gusta conocer a mis clientas, hablar con ellas, hacer una videollamada... La compatibilidad es clave. Necesitamos conectar, que haya confianza mutua. El maquillaje no es solo técnica; es también entender a las personas, conectar con ellas, acompañarlas en momentos íntimos de su vida.
Has trabajado también en cine, recientemente en el rodaje de “Ailieen” en Valencia. ¿Cómo es el maquillaje cuando se piensa para la gran pantalla?
En cine, creamos personajes desde cero. Quien escribe el guion tiene una idea, pero somos el equipo de maquillaje y estilismo quienes lo traemos a la realidad. Me fascina ver cómo, al maquillar a un actor o actriz, se transforman. Se sientan siendo ellos mismos y se levantan siendo el personaje. Incluso cambian su voz, su mirada. Esa transformación es mágica y me impresiona cada vez.

¿Has tenido contacto con el mundo fallero y su estética tan particular?
Sí, el año pasado viví mis primeras Fallas y me enamoré. Es un mundo fascinante, lleno de arte, tradición y cultura. El maquillaje y los peinados son fundamentales, y aunque todavía estoy aprendiendo, lo respeto profundamente. Me parece un ámbito muy especial dentro del maquillaje.
Ofreces cursos de automaquillaje personalizados. ¿Qué te llevas tú de esa experiencia?
Lo más bonito es ver su mirada al espejo al final del curso, cuando se dan cuenta de que han sido capaces de hacerlo por sí mismas. Muchas me dicen: “No pensaba que podría hacer esto”. Y ahí está mi recompensa. No es solo enseñar técnicas, sino ayudarles a conocerse mejor, a encontrar su estilo.
¿Crees que el maquillaje puede ser una herramienta de empoderamiento?
Siempre. El maquillaje puede cambiar cómo te sientes. A veces, cuando no tienes un buen día, te maquillas un poco y, al verte mejor, también te sientes mejor. He tenido clientas con cicatrices visibles por accidentes. Enseñarles cómo cubrirlas y ver cómo eso les devuelve la confianza es algo muy potente. Es más que estética: es autoestima. El maquillaje es una forma de mostrar quién eres, no de esconderte.
Has trabajado en desfiles. ¿Cómo es esa experiencia tan intensa y acelerada?
¡Pura adrenalina! Aprendí mucho en el teatro, donde a veces tienes dos minutos para un cambio completo. En pasarela pasa algo parecido: necesitas adaptar el maquillaje para que sea transformable rápidamente. Utilizamos productos y técnicas que lo facilitan. Es estresante, sí, pero también muy satisfactorio.

¿Qué tendencias ves ahora en Valencia?
Aquí se valora mucho el maquillaje natural, real. La piel tiene que parecer piel. Me encanta ese enfoque porque habla de mujeres reales con belleza real. Cada vez cuidamos más la piel, hay mucha conciencia sobre el skincare, los tratamientos, la estética… El maquillaje empieza con una piel bien cuidada.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar como maquillador o maquilladora en Valencia?
Que empiece. Que no se compare con quienes llevamos años, porque todos empezamos de cero. Que trabaje, que practique mucho y que entienda que aquí hay espacio para todos. No somos competidores, somos compañeros.