Lo más probable es que la mayoría de personas relacionen la palabra «película» con el largometraje; incluso habrá un pequeño grupo de gente que añadirá a esta definición las películas que duran como máximo 30 minutos: los cortometrajes. Durante mucho tiempo, estas producciones audiovisuales han sido las grandes protagonistas en los festivales de cine. Sin embargo, hace 12 años el mediometraje hizo su aparición en la gran pantalla cuando se creó La Cabina - Festival Internacional de Mediometrajes de València. Ahora, la capital del Turia se prepara para celebrar del 21 al 29 de noviembre la duodécima edición de este certamen cinematográfico.
La Cabina ha recibido más de 500 mediometrajes este año. Brasil, Argentina, México, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Francia, Rusia, Irán, Argelia o China. Directores de todo el mundo han enviado sus obras con el fin de participar y obtener el reconocimiento que no pueden adquirir con otros certámenes cinematográficos. Y es que el Festival se ha consolidado internacionalmente en el mundo del cine. Por ello, esta edición contará con dieciocho estrenos españoles, un estreno europeo y siete estrenos en la Comunidad.
De todas las producciones recibidas, el Comité de Selección ha elegido un total de veintisiete películas para competir en las dos secciones principales de La Cabina. En la Sección Oficial, la cineasta Edwina Liard, la gestora cultural Alexia Guillot y el publicista Manuel López se han encargado de escoger dieciséis filmes que disputarán el título de mejor mediometraje. La técnica del departamento de programación de la Filmoteca de València, Áurea Ortiz, ha sido la responsable de definir las once películas que competirán en la sección Amalgama. Inèdits, la sección que propone una revisión de mediometrajes dirigidos por autoras y autores del panorama del cine internacional, estará representada por la historiadora del arte Irene Cubells.
Como de costumbre, el Centre Cultural La Nau repetirá como sede principal de La Cabina. En ella se desarrollarán las secciones de Inèdits, Amalgama, Visuals i AulaCabina, así como los actos de inauguración y clausura. La Sección Oficial, en cambio, tendrá lugar en La Filmoteca de València. Como novedad, este año se suma el espacio municipal La Mutant, gestionado por la Concejalía de Acció Cultural de l’Ajuntament de València, como sede de las actividades paralelas del Festival como el Carne Cruda on Tour del 25 de noviembre.
La Mutant
La música y la imagen seguirán siendo un apoyo fundamental en la celebración del certamen. La sección Visuals tendrá lugar en el Centre Cultural la Nau donde los asistentes podrán disfrutar de una experiencia audiovisual con música en directo con los grupos Amatria y Wisemen Project el día 28 de noviembre. Además, se realizará la sección Fashion Films que colabora con el máster en comunicación de moda de Barrerira A+D. El 25 de noviembre, con Maite Sebastiá, Víctor Claramunt, Eduardo Jaircovich y Carmen Errando al cargo, se realizará una jornada que combinará moda y cine. Junto con La Cabina, Barreira estrenará el 24 de noviembre a las 21h el mediometraje The Staggering Girl dirigido por Luca Guadagnino para la marca Valentino.
La Cabina no olvida la parte educativa y es que para el Festival la educación audiovisual es muy importante. Por ello, en su sección AulaCabina se llevarán a cabo sesiones para estudiantes de secundaria y bachillerato que podrán asistir a La Nau para disfrutar de una selección de mediometrajes y ampliar sus conocimientos sobre la industria del denominado séptimo arte. El Centro Cultural también acogerá el 23 de noviembre a las 19h la actividad de Videopoesía en la que poetas trasmitirán sus escrits a través del format visual y, además, se realizará una coloquio sobre la situación del videopoema en España.
La Cabina, dirigida por Sara Mansanet, se ha convertido en un festival de referencia para aquellos que solo necesitan entre 30 y 60 minutos para expresarse. Para la directora, es importante que en las ediciones se mantenga la presencia en la ciudad que ha sido el origen del Festival. Pero este hecho no es difícil que se cumpla, puesto que La Cabina consigue atrapar cada vez además espectadores; del mismo modo que José Luis López Vázquez quedó atrapado en aquella cabina en 1972. Y es que una vez quedas atrapado, ya no puedes escapar, en este caso, de la esencia del mediometraje.