L’ETNO. Museu Valencià d’Etnologia otorga el XXI Premi Bernat Capó

El treball premiat es presenta com un viatge sobre els costums funeraris valencians des de la Pesta Negra de 1348

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Premis Capo Josep Lluís Santonja
Premis Capo Josep Lluís Santonja

A pesar de que por cuestiones relativas a la COVID-19 no se ha podido realizar el acto habitual de entrega del Premi Bernat Capó, las entidades organizadoras han acordado otorgarlo. En esta edición el galardonado ha sido Josep Lluís Santonja, por el trabajo Animetes Santes, un documento sobre la tradición funeraria valenciana.

El premio nacido en 1999 con el objetivo de fomentar la investigación y la divulgación de trabajos vinculados al estudio de la cultura popular valenciana -tanto material como inmaterial- lleva el nombre de Bernat Capó en honor al periodista, escritor y pensador valenciano, y está organizado por L’ETNO. Museu Valencià d’Etnología de la Diputació de València y Edicions del Bullent.

El diputado del área de Cultura de la Diputació de València, Xavier Rius, ha declarado que "el premio Bernat Capó es un referente para los estudios de la cultura popular. Ahora, con la organización del premio desde L’ETNO, damos un paso más en la difusión de una cultura abierta, inclusiva y con la perspectiva territorial que habitualmente trabajamos en nuestros museos". Así mismo ha añadido que "desde la Diputació queremos también agradecer la colaboración con el Ayuntamiento de Dènia, que desde los inicios ha tenido una notable implicación en el éxito de Bernat Capó".

Animetes santes, obra premiada en la edición XXI (2020), trata las tradiciones funerarias tradicionales valencianas, trabajo que entronca con la actual situación de pandemia a causa de la COVID-19 y con la actual exposición sobre la muerte, Faltar o morir, que se puede visitar en L’ETNO. Museu Valencià d’Etnología.

En las páginas del libro Animetes santes, se recorren las costumbres funerarias valencianas desde el primer descalabro para el mundo occidental que supuso la Peste Negra de 1348, y la generación de las particularidades propias de los valencianos hacia la muerte, como la celebración de la defunción de niños y niñas («albats» o «angelitos») que lejos de ser un acto penoso para sus familias, era motivo de alegría, porque tenían un nuevo «santet» que, muerto sin pecado, su alma ascendía directamente al cielo.

El trabajo nos habla de la modificación provocada por la Ilustración y el pensamiento higienista, con la regulación de las inhumaciones y la construcción de los cementerios extramuros para acabar con riesgo de contagios, así como los cambios actuales en la percepción de la muerte: la aparición de nuevas maneras de celebrar los funerales de una forma más sostenible e incluso tecnológica, con redes sociales o plataformas que sirven para enviar mensajes de despedida, compartir recuerdos o dar las condolencias a los familiares; el diseño y función de los cementerios, condicionados por la tendencia creciente de las incineraciones, y su función cultural o turística de algunos espacios funerarios de ciertas ciudades valencianas («Museo del Silencio» del Cementerio General de València, o la «Ciudad Dormida» del Cementerio de Alcoi).


En cuanto al título, Animetes santes hace referencia a una costumbre muy popular en las casas de nuestros mayores, cuando las mujeres encendían unas velas o animetes en recuerdo de los difuntos de la familia. Normalmente, también colocaban las fotos de los difuntos ante cada animeta. A veces también animeta era considerada como un tipo de «lar» protector de la familia y por eso le encendían una vela, aunque no fuera Fiesta de Todos Santos ni Almas. Así, en la costumbre popular valenciana las «animetes santes» eran las almas de todos aquellos difuntos familiares que protegían los vivos.

Josep Lluís Santonja es doctor en Historia por la Universitat d'Alacant y, actualmente, director del Archivo Municipal de Alcoi y de la Red de Bibliotecas Municipales de Alcoi. Ha publicado más de veinte monografías de investigación cultural e histórica, y más de un centenar de artículos de temática muy diversa, aunque de forma preferente sobre patrimonio documental, investigación histórica y cultural.


Como editor de las publicaciones del Ayuntamiento de Alcoi, hay que destacar la recuperación de la biografía y la documentación gráfica conservada por Gerard David Story, un descendente de judíos holandeses exterminados en los campos nazis establecido en Alcoi, en su libro Yo burlé en el Tercer Reich (2008).

Actualmente está trabajando en el estudio y transcripción de un libro de la Corte del Justicia de Alcoy de 1320, y en la historia de la «mili» de los alcoyanos durante el siglo XX.

En cuanto a la temática de este libro, el autor ha realizado varios trabajos entre los cuales destaca «Nàixer sense ascendència: expòsits en una ciutat industrial», en el volumen Onomàstica romànica: antroponímia dels expòsits i etimologia toponímica, especialmente de València (Acadèmia Valenciana de la Llengua, 2017).

El jurado del XXI Premio Bernat Capó está compuesto por Xavier Rius, diputado del área de Cultura de la Diputació de València; José V. Aguilar y Joan Seguí, conservadores de L’ETNO. Museu Valencià d’Etnologia; Adrià Besó, doctor en Historia del Arte y profesor de la Universitat de València, Mª José García, presidenta de Asociación Valenciana de Antropología, y Nuria Sendra, directora de Edicions del Bullent.

El premio está valorado en 6.000 € y conlleva la publicación del texto por Edicions del Bullent. A lo largo de estos veinte años se han galardonado trabajos que han alcanzado casi todos los aspectos de nuestra cultura tradicional. Desde el primer galardón otorgado a Joan Pellicer por su Costumari Botànic (1999), el premio ha considerado propuestas relacionadas con el imaginario valenciano de leyendas y cuentos, los juegos tradicionales, las manifestaciones festivas, la recopilación de romances y canciones, o fenómenos sociales concretos de nuestras tierras, como por ejemplo la emigración o el trabajo femenino.

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