José Luis Pérez (Centre del Carme): "Poner en contacto el arte con las Fallas ha sido un caso de éxito"

Parlem amb el director del Centre del Carme i del Consorci de Museus per a analitzar l’estratègia cultural que ha convertit al propi Centre del Carme en tot un referent de proximitat en tot el territori

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A parte de vertebrar, ¿qué más consideras que aporta el Consorci de Museus a toda la red de museos que lo integra?

Nosotros estamos aportando programación expositiva, pero también educativa. Estamos colaborando estrechamente con los Museos de Bellas Artes de Alacant, València y Castelló para aportar programación. La programación antes la decidía el director del Consorci directamente. Ahora, hacemos un reunión. De hecho, la semana pasada tuvimos una reunión con los directores de los Museos de Bellas Artes para plantear la programación del año que viene y del siguiente, de acuerdo con sus propuestas, sus necesidades y con el consenso generado entre los tres museos y el Consorci de Museus. De manera que es una forma también de trabajo en red que enriquece y que plantea propuestas interesantes que llegarán finalmente a las salas de exposiciones de estos museos.

'Trabajamos con un total de 30 colegios de toda la Comunidad Valenciana, que cada año reciben propuestas de producción artística en centros educativos. Todo eso está tejiendo otra forma de relación y está haciendo también que la cultura llegue a la ciudadanía mediante una fórmula que yo llamo “riego por goteo'

De la misma forma, estamos continuamente, a través de las convocatorias públicas, seleccionando proyectos que proceden de todo el territorio, mostrándolos en el Centre del Carme, pero también haciendo que itineren por Alacant, València y Castelló y por otros municipios. La semana pasada mismo inauguramos en Vilafranca la exposición de Art Contemporani de la Generalitat. Es una pequeña exposición adaptada. Esta semana, inauguraremos en Altea el proyecto de Art Contemporani de la Generalitat, que es una iniciativa de la Consellería de Educación, Cultura y Deporte para apoyar y potenciar los artistas nacidos o residentes en la Comunidad Valenciana. Es un proyecto que se gestiona desde el Consorci de Museus y que se mueve luego a través del Consorci por diferentes museos y salas de exposiciones de las tres capitales pero también de otros municipios. Y va a ser un recurso, además, muy útil para llevar la cultura contemporánea de calidad y de primer orden a un montón de centros y de salas de exposiciones de un montón de ciudades y pueblos de la Comunidad que habitualmente no tienen acceso a este tipo de oferta cultural de tan última generación.

Trabajamos con un total de 30 colegios de toda la Comunidad Valenciana, que cada año reciben propuestas de producción artística en centros educativos. Todo eso está tejiendo otra forma de relación y está haciendo también que la cultura llegue a la ciudadanía mediante una fórmula que yo llamo “riego por goteo”. A mí me parece que es importante depositar esa gota de forma continua y constante allá donde haya algo que debamos alimentar, que son las necesidades de la ciudadanía. Durante un tiempo se utilizó la fórmula del “riego a manta”, pero este uno lo hace cuando le sobran recursos hídricos. Nosotros, ni el sentido hídrico ni en el cultural nos podemos permitir el derroche. Por lo tanto, lo más inteligente es utilizar los recursos desde una perspectiva de riego por goteo, depositándolos de una forma continua y permanente, pero sin derroches ni excesos, sino yendo directamente a donde podemos ser útiles para que las cosas mejoren.

 Teniendo en cuenta la situación de infrafinanciación, ¿podrías comparar el caso del éxito del Centre del Carme con otro centro de referencia de España en cuanto a inversión? Porque siempre se intenta aprovechar cada euro invertido al máximo, pero, si se dispusiera de más dinero, se invertiría más. ¿Estás de acuerdo?

Desde luego, estamos sacándole el máximo rendimiento a cada euro que recibimos de dinero público. La verdad es que no te sabría saber hacer una comparación con otros centros o museos. Sí que te puedo decir que lo que está sucediendo en este momento en el Centre del Carme me atrevería a decir que no está pasando prácticamente en ningún lugar. El que una institución cultural se agite y se revolucione a esta velocidad, que encuentre el feedback con el público de esta manera, que conecte además con corrientes internacionales de pensamiento… La semana pasada, sin ir más lejos, estuvimos celebrando un encuentro con representantes de 14 instituciones culturales de 6 países diferentes en una red en la que nos hemos incorporado en la que hay representantes de instituciones y proyectos culturales independientes de España, Bolivia, Argentina, Brasil… Es un proyecto de fluxonomía 4D, que lo que busca justamente es otras formas de entender la cultura y de medir también los resultados. Nosotros somos capaces de hacer una valoración cuantitativa del trabajo que estamos haciendo, pero una valoración cualitativa es muy complicada.

De hecho no existe a día de hoy una fórmula con la que poder medir esos resultados, ese impacto de la cultura. Este proyecto de fluxonomía 4D está planteando una fórmula de nueva economía por la que la cultura se convierte en un elemento crucial de transformación social y económica y, por lo tanto, necesita ser medida de otra manera. Porque el impacto que tenemos no es solamente bajo criterios de ocio o tiempo libre. Finalmente la cultura ocupa una posición en el PIB del estado Español por encima de la agricultura. Esto es una cosa que a veces la gente no lo sabe. Estamos hablando de algo serio por mucho que a veces no se tenga la consideración adecuada a este sector.

'Lo que está sucediendo en este momento en el Centre del Carme me atrevería a decir que no está pasando prácticamente en ningún lugar. El que una institución cultural se agite y se revolucione a esta velocidad y que encuentre el feedback con el público'

Como profesional de la cultura, ¿te esperabas que el proyecto alcanzara estas cuotas de éxito en menos de cuatro años?

La verdad es que no. La respuesta del público ha sido una sorpresa y un regalo, sinceramente. Hemos estado trabajando en asociaciones de artistas, de críticos de arte, de comisarios y de galeristas, y muchos teníamos claro que había que cambiar cosas y teníamos que cambiar cosas que durante muchos años estuvimos haciendo sin que nadie escuchara. El proyecto con el que me presenté a este puesto, lo que hacía era de alguna forma reunir todo ese conocimiento colectivo y esas necesidades de transformación para canalizarlas a través de una institución pública como es el Consorci de Museus, que tiene la capacidad y la posibilidad de vertebrar esa transformación en todo el territorio. Lógicamente, para los cambios, hace falta tiempo. Es cierto que la revolución que se ha producido en el Centre del Carme ha sido en un tiempo récord, pero queda mucho trabajo por hacer, tanto aquí como en todo el territorio. De manera que tenemos que ser también humildes por una parte y pacientes por otra, en cuanto a que no hemos solucionado todos los problemas que tiene el sector ni hemos atendido todas las necesidades que tiene la ciudadanía.

Tenemos que seguir trabajando y seguir mejorando, tanto en nuestros procedimientos internos como en nuestra relación con los agentes sociales y culturales. Todo eso tiene que ir ganando peso y creciendo. Pero sí que es verdad que estamos contentos. Y yo estoy también, por una parte, agradecido a la Generalitat Valenciana y, especialmente, a la Consellería de Cultura y a sus máximos responsables por la forma en la que nos relacionamos y en la forma en la que son absolutamente respetuosos con el trabajo que se realiza. Recibimos el apoyo, pero recibimos también el respeto y la independencia. Y esto es algo a tener en cuenta y a destacar, porque en la Comunidad Valenciana, lamentablemente, y en otros tantos sitios, esto no ha sido lo habitual. De hecho, estamos viendo ya injerencias políticas claras en Andalucía y en la Comunidad de Madrid, que están destituyendo a directores de instituciones culturales que han llegado a través de una convocatoria pública y de un concurso de buenas prácticas.

'La revolución que se ha producido en el Centre del Carme ha sido en un tiempo récord, pero queda mucho trabajo por hacer, tanto aquí como en todo el territorio.'

No entender que ha habido un cambio en el modelo, que desde 2007 hay un código de buenas prácticas en el estado Español que regula como gestionar las relaciones en estas materias pone de manifiesto desconocimiento, pero también absolutismo y atropello. Yo agradezco, valoro y quiero que se reconozca que el trabajo que aquí se está haciendo se está haciendo con independencia, pero con respeto y apoyo, de manera que es mucho más fácil trabajar de esta forma, y los resultados son también mejores.

Pero seguro que una parte de éxito se debe a que le dedicáis muchas horas de las que figuran de cara al público.

Sí, estamos trabajando por encima de nuestras posibilidades. Eso responde a que hay un equipo humano ilusionado, apasionado y que ha entendido el cambio que se ha propuesto para esta institución y que se han sumado a ese cambio. Sin los trabajadores sería imposible llevar a cabo este proyecto, evidentemente. Por ejemplo, nuestro departamento de Educación tiene una persona. Al final, trabajamos con una precariedad de medios humanos muy aguda. Pero es cierto que estamos todos ilusionados y trabajando en la misma dirección. Deseamos que se puedan incorporar más compañeros a esta travesía, sobre todo porque hay mucha gente preparada y que sería estupendo que a través de una convocatoria pública se pudieran sumar.

¿Crees que es posible que dentro de unos años se reciba más financiación para centros culturales como el Centre del Carme?

Espero que no pasen muchos años. Si realmente queremos evolucionar como sociedad, tenemos que tender una sociedad del conocimiento y ahí la cultura es crucial. Quizás en España, y en la Comunidad Valenciana en particular, todavía no somos conscientes de que incorporar perfiles profesionales creativos a los recursos humanos de las empresas es algo que las enriquece, no es un sobrecoste, porque es algo que a cualquier empresas de cualquier sector va a añadir unos conocimientos y riqueza que no pueden añadir otros especialistas. Los perfiles de Humanidades, como Bellas Artes o Historia, que están como en cierto modo desautorizados en la sociedad contemporánea, son realmente la riqueza que va a potenciar el cambio de modelo económico y el crecimiento y el desarrollo de un montón de iniciativas que en este momento no están teniendo lugar porque no se está contemplando el potencial que tenemos entre las manos.

¿Hay hambre de cultura en la sociedad valenciana?

Sí, yo estoy convencido. Y lo ratifican los datos y la forma en la que la gente responde a las propuestas que lanzamos en València, en el Centre del Carme, pero también en el resto de actividades que hacemos en todo el territorio. Hay hambre de cultura, la gente responde con ilusión y entusiasmo. Hemos pasado una larga travesía en el desierto y ahora estamos en un momento álgido en el que el estado español completo está mirando hacia la Comunidad Valenciana porque estamos siendo capaces de remontar una situación muy complicada, pero, además, de una forma innovadora, con un sello propio. Lo que estamos aplicando a través del Consorci de Museus es un modelo de gestión que está siendo observado atentamente desde diferentes ámbitos. Yo estuve hace dos semanas en un encuentro en el Museo Thyssen, organizado por las Mujeres de las Artes Visuales, un foro para analizar la situación de la igualdad en el ámbito de la cultura y del arte en el estado Español. Nosotros mostramos en una presentación cuál es el trabajo que estamos haciendo en materia de igualdad y en materia de buenas prácticas. Realmente, despertó mucho interés porque estamos llevando a cabo programas que son innovadores y diferentes. Como por ejemplo, Reset, que son relecturas de género y multiculturalidad a partir de las colecciones de los museos que son las que son y que están construidas en una determinada época en la que la mirada era de hombre blanco colonial y, por lo tanto, las mujeres y otras culturas quedaban fuera de ese prisma de atención.

No somos capaces de completar esas colecciones, pero sí que podemos incentivar la investigación para que, por lo menos, a un nivel teórico se aporte conocimiento y se visibilice el papel de la mujer y otras culturas en la construcción de nuestra identidad cultural

La forma en la que construimos la colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat de una forma igualitaria. Cada adquisición que se realiza es al 50 % de hombres y 50 % de mujeres. Esto se tiene muy en cuenta. Los jurados que constituimos para cada una de las convocatorias públicas tienen siempre ese requisito de presencia de mujeres en equilibro, o incluso a veces más. Por ejemplo, de 79 proyectos seleccionados el año pasado, 43 están firmados por mujeres. Es decir, más del 50 % de los proyectos seleccionados el año pasado en nuestras convocatorias, estaban presentados por mujeres. Todo eso es una revolución que es necesaria y que responde a una cuestión de justicia y de evidencia. Cuando das igualdad de oportunidades las mujeres están en igualdad de posición y, por lo tanto, su valor se pone de manifiesto y se reconoce. El problema surge cuando no se dan las condiciones para que se produzca esa igualdad.

¿Estamos viviendo una época de renacimiento valenciano a nivel cultural?

Yo creo que València, y la Comunidad Valenciana, están en un muy buen momento. València en particular, tiene toda una red de museos e instituciones culturales públicas y privadas que permiten una oferta rica, variada y que cubre todos los aspectos y todas las capas del conocimiento, de manera que eso, unido a unos modelos de gestión avanzados que permiten otro tipo de relación con el público y que tienen la sensibilidad suficiente para generar fórmulas de inclusión, nos permite plantear una foto fija ilusionante en el medio y corto plazo, desde luego, y en el largo plazo finalmente va a depender de la voluntad de los gobernantes en cada momento. Si en este momento está sucediendo esto es porque existe un apoyo desde la Generalitat que está permitiendo que se impulsen este tipo de propuestas culturales. Si tienes un gobierno que pone líneas rojas a todo este tipo de cosas… La cultura no es amiga de imposiciones ni de límites.

Ante ese tipo de situaciones, antes o después la ciudadanía se rebela. La población valenciana es particularmente paciente y lo ha sido durante mucho tiempo por circunstancias de todo tipo, pero cuando al público se le muestra a lo que puede acceder, si eso se le arrebata, puede ser un problema, porque no se puede desear lo que no se conoce, pero lo que se conoce sí.

'València está en muy buen momento y ahora depende de la inteligencia de todos y todas que esto continúe y siga afianzándose y creciendo.'

¿Todo este caldo de cultivo permite que València sea la próxima Capital del Diseño en 2022?

Yo creo que sí. De hecho, los representantes de la capitalidad mundial del diseño, visitaron no solamente cuestiones de diseño, sino que visitaron también centros culturales, museos, se reunieron con agentes culturales diversos… Todo eso es lo que da valor a nuestro sistema del arte y a nuestra cultura. Lo que ya estamos aprendiendo es a tejer redes, que es una cosa que a los valencianos nos cuesta especialmente. Creo que si somos capaces de trabajar más en red y sumar, todo nos irá mucho mejor. El ejemplo de la capitalidad mundial del diseño es claro. Todos hemos apostado por apoyar esa iniciativa y nos hemos sumado en la medida de nuestras posibilidades. De manera que todo eso son potencialidades que hacen que emerja una determinada cuestión. Yo creo que València está en muy buen momento y ahora depende de la inteligencia de todos y todas que esto continúe y siga afianzándose y creciendo.

¿Qué esperas que se cumpla de aquí a pocos años ?

Espero que la cultura deje de ser tratada como la hermana menor de nada ni nadie. Espero que se entienda desde todos los estamentos y todos los niveles, también desde la ciudadanía. Espero que se entienda el valor que tiene, porque la cultura, junto con la educación, es un motor de transformación. Es un motor capaz de cambiar el mundo porque pone ideas en funcionamiento y porque es capaz de revolucionar la cabeza de la gente, no para decirles lo que tienen que pensar, sino para que se pongan en marcha a pensar.

Uno de los problemas graves que tiene nuestra sociedad, y que ha tenido durante mucho tiempo, es que se ha acomodado y ha permitido que otros construyan el relato, que los medios de comunicación, la televisión, la prensa o los poderes fácticos construyan relatos perfectamente elaborados para ser deglutidos por la masa sin procesamiento de ningún tipo. La cultura y el arte son de más difícil digestión, y por eso no llegan con tanta facilidad. Pero, sin embargo, lo que tienen es la capacidad de construir libertad y de hacer que las personas vivan de acuerdo a lo que piensan y lo que creen.

Para mí, el sueño principal sería que la cultura realmente formara parte de la vida de la gente de una forma natural de la misma forma que estamos consiguiendo que el Centre del Carme sea un espacio de vida cotidiana. Yo mi objetivo es que la gente vaya a un museo con la misma libertad y el mismo desenfado con el que va a un centro comercial, con la diferencia de que aquí no vamos a sacarle el dinero de los bolsillos, sino que vamos a llenarle la cabeza de ideas. Me gustaría que la cultura ocupara un espacio en los debates políticos y fuera un tema crucial en las campañas electorales. Eso sería un síntoma importante de que la cultura cuenta, y que tiene una función reconocida. Mientras que la cultura no ocupe tiempo en las campañas electorales, las cosas no irán bien. Eso depende de lo que el público quiera escuchar. Entonces, mientras que para el público la cultura y el medio ambiente no sean unas preocupaciones fundamentales, las campañas electorales no hablarán de eso. Este mes han habido cuatro debates electorales, y yo de cultura no he oído hablar, lo que quiere decir que estamos muy lejos de ser una sociedad como deberíamos.

La cultura, evidentemente, hace gente más abierta. Cuanta menos cultura tienes, más te pueden entrar las fakenews, menos contrastas. Al final, te empobreces como persona.

Iba a decir justo eso, es una cuestión de empobrecimiento personal. Y, al final, cuando una persona cree que solo es el aspecto que tiene o su capacidad económica, es decir, cuando solamente se queda con lo material, se empobrece tremendamente. Y una persona nunca va a tener el mismo nivel de satisfacción por la vida del materialismo para tener un bienestar y un equilibrio personal. Por una cuestión de salud, la cultura tiene que ocupar un espacio más importante en la agenda pública.
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