Enseñanza musical en clave de creatividad

Analitzem el valor i la presència de la capacitat creativa en l'àmbit educatiu de la música

Guardar

aula
aula

La creatividad es la facultad de crear, de generar algo de la nada a partir de la abstracción, el ingenio o la inventiva. Se trata de una capacidad inherente al ser humano, aunque descubrirla y potenciarla requiere, en muchas ocasiones, atención y trabajo. En cualquier caso, la creatividad es una herramienta esencial en el aprendizaje y el desarrollo de las personas, especialmente en ámbitos como la música.

Aunque parece evidente que la enseñanza musical debería tener un valor creativo intrínseco, la capacidad de creación no suele formar parte de los planes de estudios. Entre libros de texto, lecciones, manuales, dictados, ejercicios de técnica y el pitido del metrónomo, la creatividad en las aulas de los conservatorios de música queda relegada, inconscientemente, a un segundo plano.

"La creatividad es educable, puede ser estimulada y desarrollada mediante procedimientos adecuados"

La creatividad no solo se desarrolla como un valor añadido al aprendizaje musical y a la interpretación, sino que es un pilar básico en el mundo de la música. Una formación musical centrada únicamente en una técnica virtuosa y en el control de conocimientos teóricos, pero carente de creatividad en el aprendizaje y en la ejecución, evidencia un vacío notorio.

«La creatividad es educable, puede ser estimulada y desarrollada mediante procedimientos adecuados». Así lo afirma el músico y doctor en Pedagogía Josep Gustems en su libro Creatividad y educación musical: actualizaciones y contextos. Por tanto, es imprescindible trabajar la creatividad y aprovecharla como instrumento en las aulas para fomentar una educación acorde a los nuevos tiempos.

Cristina Tormo

En el Conservatorio Profesional de Música Francesc Peñarroja de la Vall d’Uixó, Cristina Tormo decora las paredes con infografías, cuadros de compositores, una «ruta para analistas» o la «tabla periódica de la armonía». Graduada en Magisterio y titulada superior en Piano, Solfeo, Armonía y otras áreas musicales, la docente imparte actualmente la asignatura de Armonía al alumnado de tercero y cuarto de enseñanzas profesionales.

El vínculo de Cristina con la creatividad empezó cuando le pidieron que impartiera la asignatura optativa de Creatividad y Música en el Conservatorio de Velluters, una de las escasas materias que incluyen, aparentemente, la creatividad en su programación. No obstante, tal y como explica la profesora, el planteamiento de la asignatura era muy rígido y se quedaba en la superficie del concepto de creatividad, ya que funcionaba como un cajón de sastre de los contenidos que no se podían incluir en otras materias. Así pues, Cristina se embarcó en el proceso de buscar alternativas para impartir Creatividad y Música de una forma que realmente hiciera justicia a su nombre y resultara útil para el alumnado. Con el tiempo, la profesora extrapoló la creatividad también a sus clases de Armonía y Análisis.

Cristina Tormo

"Hay que darle libertad al alumnado para que pueda ser creativo"

«Hay que darle libertad al alumnado para que pueda ser creativo». Esta es la máxima sobre la que Cristina Tormo sienta las bases de sus técnicas como docente. Según explica, un currículum rígido cargado de contenidos teóricos no favorece el desarrollo creativo del alumnado en el aula. «La música ya es creativa en sí misma. Si el músico solamente toca notas, le estás cortando esa forma de expresarse. Es necesario que tenga herramientas para desarrollar esa parte creativa», explica.

Cristina recurre al método Flipped Classroom, que consiste en invertir las localizaciones de enseñanza y aprendizaje, es decir, trabajar la teoría en casa y la práctica en el aula. Según explica, a través de esta técnica, el alumnado se implica mucho más, porque tiene ganas de llegar a clase y saber hacer las actividades con sus compañeros y compañeras. «El aula se hace más práctica y las actividades, atractivas», sintetiza la profesora.

Tal y como indica la revista de psicología Infad, el modelo Flipped Classroom «ofrece la posibilidad de enseñar al alumnado a sus ritmos individuales, lo que supone una personalización superior para cada uno». Este es uno de los aspectos que más olvidan los métodos tradicionales de enseñanza, ya que se basan en lecciones teóricas dirigidas a auditorios concebidos como un todo.

"Los grupos pequeños de alumnado favorecen la creatividad y ayudan a identificar en cada alumno su potencial"

En este sentido, Nieves Pascual, catedrática de Musicología del Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo de València, señala: «Todo el alumnado no es igual, sino que cada persona tiene intereses y habilidades diferentes». Por este motivo, la enseñanza creativa supone también un reto para el profesorado, ya que implica adecuar los contenidos y la forma de transmitirlos a la diversidad de la audiencia. «Los grupos pequeños de alumnado favorecen la creatividad y ayudan a identificar en cada alumno su potencial», plantea Nieves Pascual.

Cristina Tormo

La Taxonomía de Bloom es otro de los recursos creativos en los que Cristina Tormo basa sus clases. Se trata de una teoría que presenta seis puntos de vista mediante los cuales se consolida el aprendizaje. La capacidad de creación se presenta como el punto más alto, y para alcanzar esa etapa es necesario partir de otras como la comprensión, la memoria o el análisis. El alumno o la alumna pasa por los seis estadios, y así es posible explicar diferentes actividades y enfoques para abordar un mismo contenido. La profesora asume la creatividad no solo como un elemento más de su ejercicio docente, sino como un valor fundamental. «La creatividad debería trabajarse como cualidad, igual que se trabajan el sonido o la técnica», sostiene.

Rosa Piqueras, directora comercial territorial de Bankia, también concibe la creatividad como uno de los «pilares fundamentales para el desarrollo humano en cualquier disciplina». La directiva transmite el compromiso de la entidad financiera con la música a partir del programa Bankia Escolta València. Mediante esta iniciativa, Bankia destina el patrocinio más grande del territorio valenciano al fomento de la música.

Por su parte, Cristina Tormo insiste en la importancia de enseñar de una forma acorde al contexto actual: «No se puede enseñar como hace veinte años; estamos rodeados de estímulos visuales y auditivos a los que debemos adaptar la enseñanza para no alejarnos de la realidad del alumnado», argumenta. A esta idea se suma la catedrática Nieves Pascual, quien considera que el personal docente peca, en muchas ocasiones, de heredar prácticas anteriores y trasladarlas al alumnado de forma sistemática, sin tener en cuenta el paso del tiempo.

Cristina Tormo

La creatividad, al fin y al cabo, también es una vía para anticiparse a los avances sociales, tal y como señala Rosa Piqueras. La directora comercial territorial de Bankia reivindica la capacidad creativa como una forma de encontrar soluciones a problemas complejos que permite a la sociedad seguir adelante. En este sentido, la representante de la entidad financiera remarca el compromiso musical que impera en València, y al cual Bankia se suma como institución. «El arte es progreso, desarrollo económico y bienestar social», afirma, y recalca que estos son aspectos muy arraigados en su acción.

La creatividad desde la perspectiva del alumnado

En 2017, Empar Guanter, flautista y estudiante de Magisterio en Educación Primaria con la Mención de Música, cursó la asignatura de Creatividad y Música en el Conservatorio Profesional de Música Ciutat de Moncada, impartida por Cristina Tormo. Su trabajo final –el cual califica como un proceso creativo muy libre y satisfactorio–, fue un vídeo que abordaba lo que era para ella la música, editado por su compañero Jesús Ros.

"La creatividad tiene que ser una cualidad imprescindible en el personal docente"

«La creatividad tiene que ser una cualidad imprescindible en el personal docente», afirma Empar. A partir de su trayectoria como alumna y de su preparación actual como maestra, la estudiante reivindica que hay que trabajar mucho para dar los contenidos de manera que el alumnado se sienta a gusto en el aula. Además, añade: «Tocar una pieza es un proceso creativo, pero no nos damos cuenta; lo hacemos más como un proceso técnico que creativo».

La flautista considera que la enseñanza musical no es tan libre como debería; para ella, todavía está muy ligada al mundo clásico y a la técnica. Aunque comprende que es imposible escapar del currículum, su alternativa para incluir en él la creatividad es clara: «Falta mejorar el enfoque, que no sea tan cerrado y estricto; que no sea solo entonar, trabajar el ritmo y hacer escalas a 120».

Desde el Conservatorio Superior de Música de València, Nieves Pascual afirma que, en efecto, el aprendizaje musical no solo implica el desarrollo de contenidos de forma memorística y técnica, sino que exige capacidad de abstracción y plasmación de sentimientos. Aun así, establece que todavía queda mucho por hacer. Por tanto, ¿cuáles son las claves en las que confía para avanzar hacia una docencia más creativa? : el tiempo, la colaboración y la comunicación entre departamentos y, sobre todo, la voluntad de docentes y alumnado.

Destacados